La Academia Colombiana de Jurisprudencia, institución reconocida por su trayectoria y conformada por influyentes juristas del país, difundió una declaración en la que expresa su posición frente a los recientes actos del Ejecutivo nacional.
El pronunciamiento se dio a conocer luego de que el presidente Gustavo Petro firmara un decreto que convoca a una consulta popular, previsto para el 7 de agosto, sin haber pasado por el Congreso ni contar con aval de las altas cortes.
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En su comunicado, la Academia planteó reparos de fondo sobre el camino escogido por el mandatario para avanzar con la iniciativa de consulta. En sus primeras líneas, el documento señala: “Ante los inesperados y reprochables acontecimientos que en los últimos días se han venido sucediendo, los cuales implican la ruptura del orden institucional del país, la Academia Colombiana de Jurisprudencia, como centenaria institución privada, centro del pensamiento jurídico y cuerpo consultivo de la nación, se permite manifestar”.
El texto está dividido en cuatro puntos que abordan, desde una perspectiva constitucional, los límites del poder presidencial y la importancia de respetar la separación de poderes.
En el primero de ellos, la entidad recuerda que la estructura del Estado se sustenta en la distribución de funciones entre las distintas ramas del poder público:
“Que la creación, división, independencia y colaboración de los poderes públicos es una de las grandes conquistas del orden democrático y republicano, sin lo cual el Estado Social de Derecho perdería su razón de ser y, por lo tanto, el bienestar social no se lograría”.
En el segundo punto, los juristas insisten en el papel del poder judicial como intérprete legítimo de la Carta Magna: “Que es al poder judicial, en sus diversos estamentos, al que le corresponde la guarda de la Constitución Nacional y, por lo tanto, su interpretación con autoridad”.
La afirmación se da en un momento de tensión institucional, en el que diversos sectores políticos han advertido que el Ejecutivo estaría asumiendo funciones propias de otras ramas del poder.
El tercer punto del comunicado se dirige directamente al Ejecutivo, al que le formulan un llamado para actuar con prudencia frente a la opinión pública: “Que, por lo tanto, exhortamos a los poderes públicos en especial al ejecutivo, a comportarse con mesura en sus manifestaciones, transmitiendo seguridad, credibilidad y confianza a la comunidad en general”.
Esta solicitud surge en medio de crecientes reacciones políticas, académicas y sociales sobre la legalidad del decreto presidencial.
Finalmente, el documento concluye con un énfasis en la necesidad de cumplir con lo establecido en la Constitución, en lugar de reinterpretar su contenido o generar escenarios de inestabilidad jurídica:
“Antes que la ruptura y atrevidas interpretaciones de la Constitución Nacional, se debe cumplir con la misma, ejecutando sus mandatos y fortaleciendo los logros ya obtenidos”.
El pronunciamiento de la Academia ocurre pocos días después de que el jefe de Estado firmara el decreto mediante el cual se convoca a los ciudadanos a las urnas para definir un paquete de reformas sociales.
Esta acción ha generado una fuerte controversia, pues se llevó a cabo sin el trámite habitual ante el Congreso ni consulta previa a las altas cortes, lo que ha sido interpretado por algunos como una vulneración al orden institucional vigente.
La convocatoria a consulta popular está programada para coincidir con la conmemoración de un nuevo aniversario de la Batalla de Boyacá. La fecha elegida, el 7 de agosto, ha sido leída por sectores políticos como un gesto simbólico con implicaciones políticas y jurídicas.
Diferentes voces del ámbito jurídico y político han alertado sobre las implicaciones de proceder con la consulta en los términos actuales.
En días recientes, 16 personalidades del país, entre ellos exministros, exmagistrados y académicos, firmaron un pronunciamiento conjunto en el que advierten sobre los riesgos que podría representar el decreto para la estabilidad institucional y el equilibrio de poderes.
El Ejecutivo, por su parte, ha defendido la decisión como un mecanismo para darle voz directa al pueblo colombiano, argumentando que las reformas han sido bloqueadas por el Congreso.
El presidente ha sostenido que la consulta popular es una vía legítima para avanzar en transformaciones sociales, ante lo que considera una resistencia sistemática de las élites políticas tradicionales.
El debate continúa abierto mientras se esperan respuestas de organismos de control, así como del Consejo Nacional Electoral y la Corte Constitucional, sobre la viabilidad jurídica del mecanismo propuesto.
En este contexto, el pronunciamiento de la Academia de Jurisprudencia se suma al creciente número de observaciones desde distintos sectores que piden cautela, respeto a los procedimientos y apego a la legalidad en la implementación de decisiones de alto impacto institucional.