Los integrantes de la Global Sumud Flotilla han reclamado este martes la “liberación inmediata” de su compañera Reyes Rigo, detenida en Israel, y han denunciado que tanto ella como otros miembros del grupo humanitario fueron víctimas de violencia “contundente” y “torturas” por parte de las fuerzas de seguridad israelíes durante su arresto. Las declaraciones se han producido a las puertas del Congreso de los Diputados, en un acto en el que han contado con el respaldo de la líder de Podemos, Ione Belarra.
Sofía Buchón, integrante de la flotilla, ha rechazado rotundamente la versión oficial israelí, que acusa a Rigo de haber agredido a una sanitaria. “Nadie presenció esa supuesta agresión”, ha afirmado, señalando que, por el contrario, “muchos testigos presenciaron una escalada de violencia ejercida por los cuerpos de seguridad hebreos contra Reyes”. Buchón ha calificado las acusaciones israelíes de “propaganda sionista” y ha reclamado una respuesta diplomática firme del Gobierno español ante lo que considera una “detención arbitraria”.
“Les tiraron del pelo y las arrastraron por el suelo”
Alejandra Martínez, también activista y militante de Podemos, ha ofrecido un relato detallado de los momentos previos a la desaparición de Rigo tras su detención. Según ha explicado, los incidentes se produjeron cuando las detenidas eran trasladadas entre celdas en un contexto de “privación de sueño” y agotamiento extremo. En ese momento, agentes israelíes redujeron violentamente a una compañera danesa, y Rigo “simplemente la agarró para evitar que cayera al suelo”.
“Entonces a ellas se las arrastra tirando del pelo para intentar meterlas en la celda, y después de eso lo que vivimos es un dispositivo policial antidisturbios con más de veinte policías, seis de ellos con fusiles de asalto y un perro. Esa fue la última vez que vimos a Reyes”, ha relatado Martínez ante los medios. La activista ha exigido al Ejecutivo español que “garantice de inmediato el regreso a casa” de su compañera, apelando a la “responsabilidad humanitaria” de las autoridades españolas.
“Una muestra de la violencia del Estado israelí”
Por su parte, la concejal de Podemos en Palma de Mallorca y también integrante de la flotilla, Lucía Muñoz, ha asegurado que en un primer momento se les informó de que Reyes Rigo regresaría en el mismo avión que el resto de los activistas, pero que finalmente no se les dio ninguna explicación sobre su paradero. “Nos negamos a salir de la celda hasta saber dónde estaba, y entonces las autoridades israelíes nos sacaron por la fuerza, nos maniataron con bridas y nos arrastraron hasta el autobús para iniciar la deportación”, ha denunciado.
Muñoz ha calificado los hechos como “una pequeña muestra de la violencia que ejerce el Estado genocida” y ha criticado lo que considera una campaña de desinformación del Gobierno israelí. “Nos han llamado terroristas, y también pijos de vacaciones en el mar. Su propaganda es contradictoria y grotesca”, ha dicho, en referencia a las versiones difundidas en medios israelíes sobre la flotilla humanitaria.
Vejaciones, torturas y robo de pertenencias
Otro de los activistas, Simón Vidal, ha denunciado que durante su arresto fueron “golpeados, vejados y sometidos a torturas de bajo impacto”. Según su testimonio, los detenidos fueron mantenidos durante horas con las manos atadas y obligados a permanecer en el suelo con las piernas cruzadas, “agachando la cabeza violentamente contra el suelo mientras nos gritaban terroristas”. Vidal ha afirmado además que las autoridades les impidieron realizar necesidades básicas y negaron productos de higiene a las mujeres.
En su relato, ha señalado que algunos fueron vendados con telas que, según describió, “tenían rayas blancas y azules, como las que usaban los nazis en los campos de concentración”. “Fue una forma de tortura psicológica, un intento de humillación”, ha añadido.
Manuel Alonso, también participante en la flotilla, ha advertido de que, además de Reyes Rigo, aún hay otros activistas “secuestrados por Israel”, concretamente tres personas de nacionalidad noruega y dos de origen marroquí. Alonso ha reclamado que se mantenga la presión diplomática internacional para exigir la liberación de todos los retenidos, subrayando que su detención “constituye una violación flagrante del derecho internacional humanitario”.