La emoción se ha apoderado en las playas del Mar Menor. Hasta allí se han acercado cientos de miles de personas para despedir a uno de los símbolos de España: la Patrulla Águila. Tras 40 años de acrobacias en los cielos, el grupo acrobático del Ejército del Aire y del Espacio ha volado por última vez ante su público este domingo en el marco del festival aéreo Aire 25, que ha tenido lugar en la Base Aérea de San Javier (Murcia), sede de la Academia General del Aire (AGA).
La Patrulla Águila ha estado arropada por casi la totalidad de las aeronaves de las Fuerzas Armadas: desde los aviones apagafuegos hasta cazas F-18 y Eurofighter, pasando por aviones históricos y helicópteros de combate Tigre. Las patrullas más importantes de Europa también han querido estar presente en el adiós al equipo acrobático español; así, los grupos de Francia, Suiza, Reino Unido e Italia han deslumbrado con sus habilidades a los asistentes del evento. “Es un orgullo que la Patrulla Águila cumpla cuatro décadas con esa conjunción de élite que ensalzan y dan una importancia a este cumpleaños que celebramos con tanta intensidad”, ha destacado el director de la AGA, coronel Luis Felipe González Asenjo.
El fin de la Patrulla está ligado al retiro de su mítica aeronave, el CASA C-101. Este avión, en el se han adiestrado innumerables generaciones de aviadores de la fuerza aérea española desde los años ’80, fue reemplazada, en 2022, por el Pilatus PC-21, sistema a cuyos mandos se ha puesto el mismísimo Felipe VI, adelantándose varios meses a la Princesa de Asturias. Leonor, que iniciará su último año de instrucción militar en el Ejército del Aire, el próximo septiembre, aprenderá a volar en la aeronave que ha probado este sábado su padre.
Si bien el plan original del Ejército era que la Patrulla Águila continuara surcando los cielos con el PC-21, según han confirmado desde la fuerza área esa idea ha quedado descartada ante las dudas del Consejo Aeronáutico sobre su viabilidad. De esta manera, tras la exhibición en la Región de Murcia, el histórico equipo acrobático español será desactivado este lunes. “Tras esta desactivación, los aviones C-101 serán trasladados a otras unidades, en Madrid y Albacete”, ha detallado González Asenjo.
“Los aviones caducan”, ha lamentado el jefe del Ejército del Aire, general del aire Francisco Braco Carbó. “Por mucho que intentes mantenerlos en vuelo el tiempo pasa, es algo inexorable”. Braco también ha remarcado el “esfuerzo logístico” que supone mantener activos a los culopollo, cariñoso mote con el que se conoce a estas aeronaves en la fuerza aérea: “Son aviones muy veteranos que requieren un sostenimiento muy grande a la vez que tripulaciones y mecánicos dedicados”. No obstante, el general ha prometido que “en el futuro” España volverá a tener con un grupo acrobático. “Estamos trabajando en ello”, ha asegurado.
Historia de la Patrulla Águila
La Patrulla Águila es un símbolo de la destreza y precisión de la aviación española. A lo largo de su trayectoria, ha realizado más de 500 exhibiciones, de las cuales 170 se han llevado a cabo en el extranjero. Con más de 275.000 horas de vuelo acumuladas, el equipo acrobático ha sido embajador de España, demostrando su habilidad en maniobras complejas y espectaculares en eventos internacionales de renombre, como la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992.
La historia de la Patrulla comienza en 1985, cuando un grupo de pilotos de la Academia General del Aire formó el primer equipo con cinco aviones CASA C-101 para realizar vuelos acrobáticos. Desde ese primer vuelo, la patrulla ha crecido, incorporando más aviones y desarrollando nuevas maniobras y diseños. En 1992, la patrulla estrenó una nueva pintura inspirada en la mítica Patrulla Ascua y fue en ese mismo año cuando se hizo historia al dibujar, por primera vez, los colores de la bandera española en los cielos de Sevilla, durante el Día de la Hispanidad.
A lo largo de estas cuatro décadas, el equipo aéreo ha acumulado numerosos premios nacionales e internacionales, y ha participado en más de 20.000 misiones. Esta formación no solo es un referente en el mundo de la acrobacia aérea, sino también un símbolo del compromiso y la excelencia del Ejército del Aire y del Espacio, que representa a España en todo el mundo.
