El legado cultural de Arizona enfrenta una situación crítica. La vivienda en la que se concibió la bandera estatal, emblema esencial de la identidad regional, corre el riesgo de ser eliminada. Se trata de una propiedad ubicada en Phoenix, conocida como la May Hicks Curtis House, que podría desaparecer ante el avance de proyectos urbanísticos. La disputa entre conservación y modernización vuelve a surgir, generando preocupación en diversos sectores que buscan resguardar los espacios con valor histórico.
El hogar histórico de la bandera oficial de Arizona
Situada en el número 1302 de la calle North 3rd, dentro del histórico barrio Roosevelt, esta residencia fue hogar de May Hicks Curtis, reconocida por su participación activa en la comunidad durante las primeras décadas del siglo pasado. Ella fue la mujer que se encargó de coser la primera bandera del estado, para que, siete años después, se convirtiera en símbolo oficial. La insignia presenta trece rayos rojos y dorados que aluden a los estados originales, junto con una estrella de cobre, elemento que remite a la riqueza minera local, y cuyo diseño corrió a cargo del coronel Charles W. Harris, según lo informado en la página oficial del estado.
El inmueble representa uno de los últimos vestigios arquitectónicos de la etapa territorial previa a la incorporación de Arizona como estado en 1912. Su estructura, levantada en 1904, refleja las características del estilo del suroeste norteamericano. Esta casa no solo fue reconocida por la comunidad; también figura en los archivos del Departamento de Estado de Arizona como un sitio de valor patrimonial.
El lazo con la bandera otorga un significado patriótico al lugar. Además, permite recordar la participación de ciudadanos como Hicks Curtis en la formación del tejido social. Ella organizó reuniones vecinales, promovió mejoras urbanas e incluso ofreció su vivienda para eventos públicos. El inmueble constituye hoy una pieza silenciosa del pasado fundacional de la región.
El inmueble, entre los lugares históricos más amenazados de Estados Unidos
El futuro de la propiedad permanece incierto. Un plan inmobiliario plantea construir nuevas viviendas en el terreno, lo que implicaría su demolición. Phoenix enfrenta un aumento en la demanda habitacional y, como consecuencia, crece la tensión entre expansión urbana y conservación de la memoria colectiva. El sitio web del Saving Places señala que la casa de Hicks Curtis aparece en la lista de los sitios más amenazados del país, publicada en 2025 por la organización The National Trust for Historic Preservation.
Quienes respaldan el desarrollo afirman que la zona requiere espacios habitacionales y comerciales para acompañar el crecimiento económico. Por otro lado, se advierte que eliminar esta residencia sería un daño definitivo. Desde la organización mencionada remarcan que una vez destruidos, los valores culturales no pueden recuperarse; también sostienen que el lugar representa un ícono difícil de reemplazar para la ciudad. Hasta el momento, las autoridades no emitieron una resolución definitiva; sin embargo, la comunidad teme que el tiempo juegue en contra.
Otros patrimonios en riesgo en Estados Unidos
La situación de esta casa no constituye un hecho aislado. Según cuenta la página Saving Places, en diversas regiones del estado, otros sitios de interés cultural enfrentan amenazas similares. Entre ellos se destacan el Water Towers District en Casa Grande, las construcciones del Mission Garden en Tucson y las ruinas de Adamsville, uno de los asentamientos agrícolas indígenas más antiguos de la región. Todos figuran en la misma lista de lugares históricos en peligro elaborada este año.
La construcción de autopistas, el crecimiento comercial y la falta de acciones estatales agravan el problema. La carencia de mantenimiento adecuado en muchas estructuras contribuye a su deterioro, lo que facilita que sean reemplazadas por edificaciones modernas. Este patrón se repite en varios municipios.
Phoenix ofrece un ejemplo claro. En las últimas décadas, perdió numerosas edificaciones del siglo pasado en nombre del progreso. A pesar de ello, urbanistas y defensores del patrimonio afirman que avanzar no implica borrar el pasado; proponen integrar la historia al presente como parte del desarrollo urbano.
Para los habitantes de Arizona, la bandera representa algo más que un estandarte, simboliza el desierto, la fortaleza minera, la herencia del oeste y el esfuerzo de quienes construyeron la región. Por ese motivo, preservar el sitio donde se gestó adquiere un significado mayor. No se trata solo de proteger una estructura; implica resguardar la identidad.
A medida que se incrementa la conciencia sobre el valor de estos espacios, organizaciones como The National Trust for Historic Preservation insisten en su defensa. En sus informes, destacan que los sitios con importancia histórica otorgan sentido de pertenencia y fortalecen los lazos comunitarios. Además, reconocen que la conservación también puede impulsar la economía; el turismo patrimonial genera ingresos al atraer visitantes interesados en conocer los orígenes de cada localidad.