Las palabras “madre”, “Evita” y “Perón” aparecen equiparadas en libros de lectura obligatoria para los chicos que aprendían a leer en los años 50 del siglo pasado en la Argentina.
Veamos la página 5 del libro de lectura Privilegiados, de Ángela Gutiérrez Bueno: “Eva amó a mamá. Eva me amó”, se lee en letra cursiva. Hay una ilustración de una madre y su niña junto a un gran corazón que contiene el rostro de la “abanderada de los humildes”. En la página 67 de Ronda infantil, de María Alicia Domínguez, otro texto de los primeros grados de entonces, se ponen en pie de igualdad dos fechas: el 9 de julio de 1816, Día de la Independencia, con el 9 de julio de 1947, en la que “el general Perón proclama en Tucumán la independencia económica”.
En el libro Mamá me mima, Evita me ama/La educación argentina en la encrucijada, Emilio J. Corbière, su autor, consigna que “la propaganda del peronismo en los textos escolares fue bochornosa especialmente después del fallecimiento de Eva Perón. El culto a la personalidad se acrecentó a medida que las contradicciones entre gobierno y oposición se generalizaban y hubo libros de texto que salieron en septiembre de 1955, en el mes del derrocamiento de Perón, que de manera porfiada defendían y exaltaban hasta el paroxismo los logros del gobierno justicialista”.
Fernando Bravo, por su edad (81 años), se topó con este tipo de material didáctico (si así se le puede llamar) cuando iba a la escuela. Lo recordó en su programa de Radio Mitre a propósito de que trascendió que la señal infantil Paka Paka –creada durante la segunda presidencia de Cristina Kirchner, como un desprendimiento del canal Encuentro– planificaba poner en el aire un dibujo animado de ideología fuertemente libertaria.
Como se suman cada vez más repercusiones negativas sobre el tema, empezó a sonar alguna alerta oficial para enfriar el tema. El vocero, Manuel Adorni, confirmó ayer a LA NACION que “está todo en revisión”.
Harían muy bien en repensarlo y echarse atrás, lo cual, además, develaría cierta capacidad de escucha para enmendar un error anunciado, algo que no es muy habitual en los elencos gubernamentales de cualquier ideología. De no arrepentirse a tiempo, La Libertad Avanza subirá al podio de los gobiernos que pretenden manipular la cabeza de los más chicos adoctrinándolos, junto con sendas segundas presidencias de Perón y de Cristina Kirchner. Cuando gobernaba la hoy titular del Partido Justicialista consintió que la serie animada La asombrosa excursión de Zamba cayera repetidas veces en un revisionismo ramplón que ensalzaba la figura de Eva Perón y denostaba la de Sarmiento, entre otros múltiples ejemplos de una relectura interesada que buscaba “hacer juego” con las preferencias ideológicas del kirchnerismo.
El desembarco de Tuttle Twins en Paka Paka plantearía algo similar, pero con un dibujito que “hace juego” con la prédica libertaria. Dicha producción pone en un altar a economistas liberales de la historia como Adam Smith y Milton Friedman, demoniza a Karl Marx y hasta podría llegar a aparecer un Javier Milei adolescente luchando contra las pérfidas ideas estatistas. ¿Se viene SuperMilei?
Hay tres problemas graves si se avanza en esa dirección: 1) con los chicos, no: es insólito y condenable que se insista en adoctrinarlos metiéndoles en la cabeza las ideas unilaterales del poder de turno; 2) el endiosamiento de una ideología, con culto a la personalidad, que profesa este oficialismo ya sin disimulo, y 3) que se pretenda hacerlo desde una señal del Estado que mantiene la ciudadanía con sus impuestos.
La diputada Silvana Giudici presentó un proyecto para cerrar Paka Paka. El Gobierno, en cambio, piensa “ponerlo en valor” para venderlo.
Es casi objeto de estudio repasar el razonamiento de Daniel Parisini, el célebre “Gordo Dan”, que tiene tanto predicamento “cultural” sobre las filas libertarias. “Si el adoctrinamiento es de derecha, entonces no es adoctrinamiento. Porque nuestras ideologías no son equivalentes”, dice en referencia al socialismo y al liberalismo. “Una defiende la realidad y la otra una fantasía”, agrega sin distinguir que liberales y libertarios no son lo mismo, como va quedando cada día más claro desde que gobierna Javier Milei. “Enseñar uno está mal y enseñar el otro está bien”, decreta el influencer libertario.
Solo las posturas mesiánicas están convencidas de ser propietarias exclusivas de la verdad y que, por lo tanto, esta no debe ser refutada. Se trata de una concepción unilateral y, por lo tanto, autoritaria. En democracia, las ideas se manejan en el libre juego de las mayorías y los consensos.
De todos modos, el Gordo Dan ya dejó atrás Paka Paka y ahora está concentrado en imponer otra idea polémica, pero más superficial: “Maradona es Milei”.