En las inmediaciones del nuevo aeropuerto Jorge Chávez, donde se instalaron paneles promocionales para mostrar la diversidad cultural del Perú, un error encendió la alerta entre las autoridades regionales y los defensores del folclore nacional. La imagen de la danza de los negritos de Huánuco aparece asociada al carnaval de Tacna, generando una controversia que no tardó en escalar. Para la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur) de Huánuco, se trata de una equivocación que va más allá del descuido gráfico: representa una distorsión de la identidad cultural.
Uno de los banners instalados sobre la avenida Morales Duárez, justo frente al aeropuerto, muestra con claridad a un grupo de danzantes de negritos con trajes tradicionales, pero lleva inscrita la palabra “Tacna”. El error ha sido notado por conductores, transeúntes y visitantes que identificaron de inmediato la incongruencia. La danza de los negritos, ícono de las festividades navideñas en Huánuco, no pertenece a la región del sur. Sin embargo, según el material promocional, el público podría asumir lo contrario.
“Resulta inaceptable que sea utilizada de forma incorrecta para representar otra festividad”, señaló Dircetur Huánuco en un documento enviado a PromPerú.
En el mismo texto, se precisa que la imagen usada es una manifestación tradicional propia de Huánuco y su uso fuera de contexto representa una imprecisión que podría inducir a error tanto a peruanos como a visitantes extranjeros.
En otro panel cercano, la misma danza aparece como parte de un pasacalle en Tacna, pero sin ningún tipo de aclaración que permita entender que se trata de una delegación visitante. El silencio gráfico refuerza la idea equivocada de que la danza pertenece a esa región.
Una danza con historia y significado
La danza de los negritos —también llamada cofradía de los negritos— tiene un papel central en las celebraciones navideñas en Huánuco. Es ejecutada por grupos organizados en cofradías, cada una dirigida por caporales, y complementada con personajes como el turco, la dama, el abanderado y el viejo hidalgo o Corrochano. En sus orígenes, se trataba de una expresión religiosa donde los mayordomos organizaban fiestas para adorar al niño Jesús. En ocasiones, estos contrataban a afrodescendientes para danzar, y al no encontrarlos, se usaban máscaras negras para que la danza fuera representada por otros miembros de la comunidad.
Actualmente, esta manifestación se vive con intensidad en pueblos y ciudades huanuqueñas. Las calles se llenan de música, color y pasos cuidadosamente ejecutados. Para los habitantes de la región, no es solo una celebración, sino una expresión de fe y pertenencia. Por ello, resulta particularmente sensible que esta imagen se utilice de forma imprecisa.
Reacciones ciudadanas y demandas a PromPerú
La molestia no tardó en llegar a medios como Canal N, donde se recogieron testimonios de ciudadanos que expresaron su sorpresa e incomodidad. Una mujer entrevistada frente al banner expresó: “Definitivamente, el diablito sí es de Huánuco, ¿no? Y la forma de bailar también es distinta. Los movimientos son más enérgicos, es otra situación”. Añadió que ha estado en ambas regiones y conoce las diferencias culturales.
Al revisar el cartel, notó que en la parte inferior se mencionaba la participación de la danza en un pasacalle tacneño. Sin embargo, cuestionó su visibilidad: “Está como que chiquito, ¿no? El ruido en realidad te está desinformando”. Su observación refleja una preocupación común: si no se contextualiza adecuadamente la participación de otras regiones en eventos, se corre el riesgo de malinterpretar la procedencia de expresiones culturales.
Otro ciudadano indicó que al tratarse de un panel donde figura el nombre de PromPerú, la responsabilidad institucional se vuelve evidente: “Ahí deberían entrar, ¿no? Porque es mucho más grave que diga PromPerú, que sea el aeropuerto”.
La diversidad cultural y los riesgos de la simplificación
Las expresiones culturales peruanas están íntimamente vinculadas con sus territorios. Cada danza, cada música, cada atuendo tiene una raíz geográfica, social y simbólica. El carnaval de Tacna, por ejemplo, tiene danzas como la diablada y la morenada, que no guardan relación directa con los negritos de Huánuco. Asociarlas puede llevar a conclusiones erradas sobre la historia y las identidades regionales.
Uno de los riesgos que se repite en campañas de promoción cultural es la simplificación visual. Al elegir una imagen sin precisar su procedencia, o al no indicar adecuadamente el contexto, se reduce una expresión compleja a un simple decorado. Para los conocedores del folclore, estos errores son más que deslices gráficos.
Como comentó una artista entrevistada por el canal: “Como artista plástico obviamente tengo que aprender de eso. Entonces en historia tú lo ves, pero una persona que no conoce tranquilamente puede pensar que es de Tacna, ¿no?”. Desde su perspectiva, el desconocimiento puede convertirse en desinformación cuando no se brinda suficiente contexto visual.