Agustina Tremari, de reina de Florencio Varela a robarse todas las miradas como una “viuda negra”: “Me siento afortunada”

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Agustina Tremari compone a Antonella, la joven y sensual asistente en la peluquería de Mica (Malena Pichot) en la serie Viudas negras, p*tas y chorras, que puede verse en Flow, TNT y HBO Max. Pese a que el suyo es un personaje secundario, su talento no demoró en llamar la atención del público, que antes la había visto en la última serie de Polka para eltrece, Buenos chicos, y en la ficción de Disney+ Robo Mundial.

LA NACION habló con Tremari ella acerca de sus comienzos, del día que fue elegida reina de Florencio Varela, de la carrera universitaria que dejó atrás por la actuación y de sus sueños a futuro.

Agustina Tremari como Antonella, su personaje en Viudas negras, p*tas y chorras

-¿Cómo llegaste a Viudas negras…?

-Hice un casting que tuvo dos instancias y cuando me enteré que la serie era de Malena Pichot dije “quiero estar ahí”, porque me gusta mucho su trabajo. Y me entusiasmé más todavía cuando me dijeron que iba a estar Pilar Gamboa. A la semana me avisaron que había quedado y estaba feliz. Me dieron pocos rasgos de mi personaje, Antonella; me dijeron que era bella, sexy, femme fatale, que trabajaba en la peluquería de Mica y que iba a devenir en viuda negra; sabía más de su imagen física y no tanto de lo emocional. El maquillaje pronunciado, la ropa y toda la caracterización estuvieron a cargo del equipo de vestuario y maquillaje. Fue muy divertido interpretar a este personaje.

-¿Y cómo fue la experiencia de grabar con Malena Pichot y Pilar Gamboa, a quienes admirás tanto?

-Me siento una afortunada por trabajar con gente que admiro y me gusta su trayectoria. Todo lo que hace Malena me divierte, como por ejemplo Cualca, Por ahora, Mundillo. Y Pilar también es una referente en cuanto a la actuación. Aproveché para estar muy permeable y observar, para aprender de ellas y de todo el elenco, que es increíble.

-¿Qué te dicen sobre la serie y tu personaje?

-Las repercusiones son muy buenas. A la gente le gusta mucho, les parece divertida. Una compañera de teatro me dijo que se rio muchísimo en todos los capítulos y eso se agradece, porque contagia buena energía. Muchos amigos me dijeron que estaba hermosa, increíble, que les encantó mi trabajo. Cuando sale un material de estas características me siento un poco rara porque lo que más hice yo es teatro independiente, y el teatro sucede en ese momento y también se destruye en ese momento; en cambio, la serie queda.

-¿Y sos autocrítica o complaciente con tu trabajo?

-Soy bastante autocrítica y autoexigente. Me gusta verme y al mismo tiempo lo siento necesario, pero después pienso que podría haberlo hecho de otra manera. Sé que no se puede lograr un conformismo total.

-Empezaste a trabajar hace muy poquito, ¿cómo fue?

Viudas… es mi segunda experiencia en plataformas. La primera fue la serie Robo mundial, que está en Disney+ con Joaquín Furriel y Benjamín Amadeo, y se estrenó en 2022. Y después fui parte del elenco de Buenos chicos, en eltrece; era la rebelde del grupo. En este momento estoy escribiendo con amigas, queriendo generar mis proyectos en teatro. Me encantaría hacer cine, también. Y donde más experiencia tengo es en teatro, y creo que es lo que más me gusta.

-¿Cómo elegiste ser actriz?

-No hace tanto que trabajo, apenas tres años. Terminé la escuela secundaria y mi primera opción fue ser bailarina; había estudiado ocho años de danza jazz y ese fue mi primer acercamiento al mundo artístico, pero nunca había hecho clásico y había algo de la técnica que me costaba mucho. Hice el ingreso a la UNA (Universidad Nacional de las Artes) para composición coreográfica y cuando vi a las chicas bailar clásico me di cuenta de que no era para mí.

Tremari en la avant premier de la serie con la que cumplió un sueño

-¿Y cuál fue tu segunda opción?

-Había estudiado inglés y se me ocurrió que podía hacer el traductorado, pero finalmente me metí en la carrera de actuario en economía en la Universidad de Buenos Aires, porque me gustan las matemáticas. Estuve un año y medio, y al mismo tiempo empecé a estudiar teatro en El método Kairós y dije: “Es esto… ¿Qué estoy haciendo estudiando actuario en economía?“. No sé ni qué hace un actuario (risas). Y me decidí con mucho miedo porque el trabajo es muy inestable. Eso fue en el 2016. En el 2018 hice el ingreso a la Escuela Metropolitana de Arte Dramático para formarme como actriz.

-¿Antes habías tenido alguna experiencia?

-No, nunca. Sí hice una obra en el Kairós cuando egresamos, pero era de fin de curso, lo mismo en la EMAD. Nadie de mi familia tiene que ver con el mundo del espectáculo. Mi hermano quiere ser actor y cuando voy improvisamos mucho y nos divertimos, y tengo un tío músico y una tía egresada de la escuela de arte de Varela. Pero actores, ninguno.

-¿Fuiste Reina de Florencio Varela?

-¡Si! (risas). Fue en el 2011. Una compañera de colegio se iba a anotar y me pidió que la acompañara, pero yo no quería porque no me llamaba la atención. Se lo conté a mi mamá, que me alentó, le hice caso y gané (risas). Algo muy random. Era un desfile en el que hacíamos dos pasadas: una en traje de baño y otra con vestido de fiesta, y elegían a Miss Elegancia, Miss Simpatía, Miss Pasarela, primera y segunda Princesa y a la Reina. Si lo pienso, eso de los certámenes de belleza quedó obsoleto, pero en su momento fue gracioso. Hasta me acuerdo de una amiga que me miraba y lloraba (risas).

-¿Seguís en Florencio Varela?

-No, hace tres años y medio que vivo en Capital, pero voy todas las semanas a ver a mi familia y a mis amigos. Me mudé porque estaba estudiando, había empezado a trabajar y tenía dos horas de ida y otras dos de vuelta, y ya no quería.

-¿Dónde trabajabas?

-En la boletería de El Método Kairós, pero tuve que dejar cuando grabé Buenos chicos, por cuestiones de tiempo. Y ahora empecé a trabajar en el showroom de mi estilista, Fortaleza Aguirre. No sé mucho de moda, pero estoy adentrándome en este mundillo. Es algo temporal, porque él necesitaba a alguien que le dé una mano y le dije que sí porque también me sirve.

-Con una profesión tan inestable y una industria audiovisual que atraviesa un momento complicado, ¿tenés ansiedad en los periodos en que no hay trabajo?

-Por supuesto que genera mucha ansiedad, más de lo que me gustaría. Pero hay momentos en que podés surfear más la incertidumbre y otros en que te preguntas qué vas a hacer ahora. El otro día escuchaba a Pilar (Gamboa) que decía que nunca hay que perder el entusiasmo y yo no lo pierdo, y por eso me junto con amigos, escribimos, intentamos gestionar cosas. Siento que eso es clave, y también crearte un buen grupo de gente que esté en la misma que vos.

-¿Te gusta escribir?

-Sí, pero más como un diario íntimo en el que cuento lo que me pasa. Para escribir escenas o una obra, necesito trabajar con otras personas. Capaz de una improvisación sale algo y alguien que está viendo lo escribe; ese proceso está bueno. También el año pasado empecé a tomar clases de canto y descubrí que me gusta mucho. Sé que tengo potencial, pero me falta. Y además sumo otra herramienta porque se complementa con la actuación.

-¿Estás en pareja?

-No, estoy sola en este momento.

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