Ahora la Secretaría de Salud de EE.UU. dice que los niños no necesitan vacunarse contra el Covid

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NUEVA YORK.— Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la agencia de salud pública de Estados Unidos, ya no recomendará que los niños reciban dosis de rutina de la vacuna contra el Covid, un giro significativo respecto de su enfoque anterior, que sugería refuerzos anuales para todos a partir de los 6 meses de vida.

El anuncio fue hecho el martes por el secretario de Salud norteamericano, Robert F. Kennedy Jr., alegando que faltan datos que respalden la vacunación de niños sanos. La medida refleja su histórico escepticismo sobre la necesidad de vacunar a los niños contra el coronavirus. Kennedy, quien como secretario de Salud tiene bajo su órbita los CDC, he insistido reiteradamente que el Covid-19 casi no representa un riesgo para los niños.

Es cierto que a muchos niños tener Covid no les traerá consecuencias: más allá de un poco de congestión nasal, tos u otros síntomas leves, si es que tienen alguno, se recuperarán en unos días. Sin embargo, algunos niños enferman gravemente y, en raras ocasiones, llegan a morir a causa de la infección. Además, los datos muestran que más de un millón de niños norteamericanos han desarrollado “Covid largo” o “persistente”.

Esta discrepancia es la raíz de un continuo debate entre los investigadores médicos sobre el riesgo real que representa el Covid-19 para los niños, y si deberían recibir anualmente la vacuna para prevenirlo.

Muchos coinciden en que el esquema original de vacunación brindaba una protección significativa contra enfermedades graves en niños. Los datos de los CDC muestran que dos o más dosis de la vacuna contra el Covid tienen una eficacia del 40% en la prevención de visitas a salas de guardia e internaciones en niños menores de 5 años.

Sin embargo, la cuestión de si los niños necesitan refuerzos anuales para protegerse de las nuevas variantes que circulan es más controvertida. Para los niños, la vacuna anual tal vez no sería tan provechosa como para los adultos, porque el sistema inmunitario de los niños puede “recordar” las vacunas durante mucho más tiempo, explica Michael Mina, exprofesor de epidemiología de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, que ha estudiado en profundidad el Covid-19. Otro argumento en contra de la vacunación anual contra el coronavirus es que la mayoría de los niños de Estados Unidos ya cuentan con cierto grado de protección por infecciones o vacunas previas.

La protección adicional puede ser crucial para niños con afecciones subyacentes y para quienes viven con adultos mayores o con alto riesgo de enfermar gravemente

Quienes están a favor de la vacunación anual de los niños enfatizan que la protección que dan las vacunas o las infecciones previas disminuye con el tiempo, especialmente a medida que surgen nuevas variantes, por lo que otra dosis puede ser necesaria. Además, hay incipiente evidencia de que la vacunación puede proteger contra el Covid largo, aunque todavía falta mucho para que pueda considerarse como algo científicamente comprobado. “Sabemos que el Covid-19 sigue ahí, que podemos prevenirlo y que la vacuna no tiene efectos secundarios relevantes”, asegura el doctor Chris Forrest, profesor de pediatría del Hospital de Niños de Filadelfia. “Por lo tanto, creo que la vacunación tiene un valor totalmente positivo”.

Esa protección adicional puede ser crucial para niños con afecciones subyacentes y para quienes viven con adultos mayores o con alto riesgo de enfermar gravemente.

“Cuantas más comorbilidades tenga el niño, más rápido consideraría, en general, vacunarlo contra el covid”, asegura el doctor Aaron Glatt, director del departamento de medicina del Hospital Mount Sinai South Nassau de Oceanside, Nueva York. “Y en caso contrario, con un niño de 3 años perfectamente sano, sin ningún problema médico y que ya ha tenido Covid-19 una o dos veces, no creo que existan datos científicos que respalden su vacunación”.

Sin embargo, agrega Glatt, “eso no significa que sea incorrecto o peligroso vacunarlo”. En última instancia, según los médicos, la cuestión radica en cómo las familias interpretan el riesgo para sus hijos.

Esto es lo que muestran los datos científicos hasta el momento:

¿Qué tan leve suele ser el Covid-19 en los niños?

Es difícil obtener datos confiables sobre la cantidad de casos pediátricos leves, pero los médicos afirman que la mayoría de los niños presentan pocos síntomas.

Quizás la mejor información disponible sobre el Covid en niño es la que data del año 2020, antes de que los niños desarrollaran una inmunidad generalizada gracias a la vacunación o a haber cursado la enfermedad. Una revisión de estudios de ese año reveló que alrededor del 4% de los niños con Covid-19 de todo el mundo desarrollaron síntomas graves, como dificultad para respirar, fiebre alta y dolor en el pecho.

¿Qué probabilidad hay de que los niños tengan que ser internados o mueran a causa del Covid-19?

El riesgo de internación para los niños con Covid-19 es generalmente bajo. Entre septiembre de 2020 y abril de 2024, alrededor de 234.000 niños fueron hospitalizados por covid en Estados Unidos. Aunque con el tiempo el virus ha ido causando una enfermedad cada vez más leve, entre octubre de 2024 y marzo de 2025 los niños y adolescentes siguieron representando alrededor del 4% de las internaciones relacionadas con la enfermedad.

Sin embargo, para los bebés menores de 6 meses el riesgo es mayor. Entre octubre de 2022 y abril de 2024, los bebés menores de 6 meses tuvieron más probabilidades de ser internados que cualquier otro grupo etario, excepto los adultos mayores de 75 años.

Las muertes pediátricas por Covid-19 son muy poco frecuentes. Datos provisorios de los CDC muestran que en Estados Unidos han muerto más de 1800 niños a causa de la enfermedad. Y según los datos te UNICEF, alrededor del mundo han muerto de Covid más de 17.400 niños y adolescentes menores de 20 años.

¿El Covid es grave solo para los niños con afecciones subyacentes?

En una aparición en Fox News en abril, el secretario Kennedy afirmó que “algunos niños con comorbilidades muy profundas pueden tener un ligero riesgo” de enfermarse de Covid-19, pero que “la mayoría de los niños no”.

Sin embargo, los datos de los CDC de julio de 2023 a marzo de 2024 revelan que la mitad de los niños internados a causa del Covid no tenían enfermedades subyacentes.

Es cierto que las afecciones subyacentes —como la obesidad, la diabetes, las cardiopatías y las enfermedades pulmonares crónicas— aumentan el riesgo de internación. Los niños con estas y otras afecciones aún tendrían que vacunarse.

Pero el aumento del riesgo en caso de comorbilidades no es pequeño: las investigaciones han demostrado que los jóvenes con al menos una afección subyacente tienen un 28% más de probabilidades de terminar en terapia intensiva por el Covid que aquellos sin afecciones subyacentes, y un 125% más de probabilidades de morir a causa de la infección. Cuantas más comorbilidades tenga un niño, mayor será su riesgo.

En un episodio reciente del programa “Dr. Phil Primetime”, el secretario Kennedy afirmó que las personas que murieron por Covid-19 “ya estaban tan enfermas desde antes que prácticamente estaban al borde del precipicio, y que llegó el Covid y les dio el último empujón”.

Pero los médicos señalan que el hecho de que los niños tuvieran afecciones subyacentes no implica que su salud fuera extremadamente precaria antes de infectarse.

“Es totalmente falaz que solo se trataba de niños que igual se iban a morir y que el Cvoid simplemente se los llevó”, dice la doctora Sarah Long, profesora de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Drexel, que ha asesorado a los CDC y a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés). Y a pesar de que el año pasado el secretario Kennedy dijo durante un evento que “no hay un solo niño sano que muera de Covid”, lo cierto es que niños sin problemas de salud preexistentes enfermaron gravemente y en raras ocasiones han fallecido. Una revisión de datos sobre 183 muertes pediátricas por Covid entre 2020 y 2022 reveló que el 32% de los niños fallecidos no padecían otra afección médica.

¿Vacunar a las embarazadas protege a los bebés?

Kennedy también anunció el martes que los CDC ya no recomendarán la vacunación contra el Covid para mujeres embarazadas sanas. Las embarazadas tienen un riesgo mucho mayor de enfermar gravemente a causa del Covid.

Vacunar a las embarazadas también reduce el riesgo de que sus bebés sean internados por la enfermedad. Los bebés menores de seis meses tienen un mayor riesgo de ser internados por Covid, en parte porque su sistema inmunitario es muy frágil y no pueden ser vacunados.

¿Y el riesgo de miocarditis?

El secretario Kennedy aseguró que las vacunas contra la Covid-19 tienen una “gran relación” con ciertos tipos de inflamación cardíaca, llamadas miocarditis o pericarditis. La vinculación de la vacuna con ese problema se dio en muy pocos casos, especialmente en adolescentes varones, y la mayoría de los casos de miocarditis asociados con las vacunas fueron leves. Un análisis de casi cuatro millones de personas que recibieron dosis de refuerzo detectó 28 casos de miocarditis probable o confirmada, todos de resolución rápida y favorable. En la etiqueta de advertencia de las vacunas contra el Covid-19 figura el “riesgo menor de inflamación cardíaca en hombres jóvenes”. El mes pasado, la FDA les solicitó a los laboratorios Pfizer y Moderna que ampliaran esa advertencia para incluir a los jóvenes de entre 16 y 25 años, citando datos que mostraban alrededor de 38 casos de inflamación cardíaca por millón de dosis en este grupo etario.

Lo cierto es que las investigaciones demuestran sistemáticamente que el virus, la enfermedad en sí misma, conllevan mucho más riesgo de miocarditis que la vacunación. Una revisión de casos reveló que el riesgo de miocarditis tras sufrir infección de Covid era más de siete veces mayor que el riesgo tras la vacunación.

¿Cuál es el riesgo de Covid largo o persistente?

Las estimaciones sobre el Covid largo o persistente en niños varían ampliamente. Pero incluso en la banda inferior de esas estimaciones, los estudios muestran que alrededor del 1% de los niños de Estados Unidos — aproximadamente un millón de niños—, han tenido alguna vez Covid largo, definido en términos generales como síntomas que persisten o reaparecen al menos tres meses después de una infección. Esto incluye a muchos niños que tuvieron infecciones leves o asintomáticas.

El Covid largo o persistente es una afección que en los niños suele provocar fatiga, mareos, dificultad para respirar y problemas para concentrarse y dormir.

“Son niños cuyas actividades cotidianas se ven gravemente afectadas, que no pueden ir a la escuela debido a una fatiga muy profunda u otros síntomas”, explica la doctora Laura Malone, directora de la Clínica de Rehabilitación Pediátrica Post-Covid-19 del Instituto Kennedy Krieger. “Esos chicos no pueden practicar deportes ni realizar actividades que impliquen un esfuerzo”, agrega la especialista.

(Traducción de Jaime Arrambide)

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