En plena carrera por la alcaldía de Nueva York, Andrew Cuomo presentó una ambiciosa propuesta de seguridad pública centrada en fortalecer a la Policía de Nueva York (NYPD, por sus siglas en inglés). A contramano del enfoque de Zohran Mamdani, quien priorizó políticas comunitarias y sociales como pilares de la seguridad ciudadana, el exgobernador optó por una estrategia orientada directamente a recuperar el prestigio, la moral y la cantidad de efectivos dentro de las fuerzas policiales.
Una estrategia de US$250 millones para recuperar la fuerza policial
El exgobernador de Nueva York y ahora aspirante a alcalde describió la situación de la NYPD como una crisis de moral, profesionalismo y dotación. En su anuncio, Cuomo sostuvo que los agentes “se sienten desmoralizados, faltos de respeto y agotados”, una combinación que, según él, derivó en renuncias masivas y jubilaciones anticipadas, afectando de manera directa la seguridad pública.
El plan que propuso Cuomo contempló una serie de incentivos económicos, beneficios educativos y reformas estructurales con el objetivo de reclutar, mantener y profesionalizar a 5000 nuevos efectivos. Esta cifra permitió alcanzar nuevamente un total de más de 39.000 oficiales activos, un número que no se veía desde hace más de dos décadas.
Las claves del plan de Cuomo con incentivos al reclutamiento y retención
El eje central de la propuesta fue revertir la disminución del personal policial y aumentar la competitividad del NYPD frente a otras ciudades. Según detalló Cuomo en su presentación, el número de postulantes cayó drásticamente: de 18.000 en 2017 a apenas 8000 en la actualidad. Mientras tanto, el crimen se mantuvo en niveles elevados, con delitos mayores un 30% por encima de los registros prepandemia y un incremento del 60% en los delitos en el transporte público en comparación con el primer semestre de 2019.
Para atraer nuevos talentos y conservar a los agentes actuales, el plan incluyó los siguientes incentivos:
- Bono de reclutamiento: un pago de US$15.000 para quienes ingresen a la fuerza, para igualar la oferta salarial de otras ciudades como Los Ángeles o Houston.
- Estímulos por retención: compensaciones adicionales según la antigüedad y el rendimiento de los oficiales: US$5000 anuales entre el segundo y quinto año de servicio; US$3000 entre el sexto y noveno año; US$2500 anuales para agentes con más de una década.
- Formación comunitaria y bonificaciones: agentes capacitados en crisis de salud mental, idiomas o patrullaje comunitario recibirán bonificaciones y tendrán prioridad en ascensos.
Una respuesta a las políticas de “no financiación de la policía”
Durante su discurso, Cuomo criticó abiertamente los efectos de las propuestas que, según él, debilitaron a la policía en los últimos años. “Este plan ayudará a revertir años de daño causados por las políticas de ‘desfinanciar a la policía’ y les dará a los neoyorquinos una fuerza policial motivada y con dotación completa, como se merecen”, afirmó. Su mensaje se presentó como una respuesta directa a los sectores políticos que, como Mamdani, propusieron redefinir el papel de la policía a partir del fortalecimiento del entramado social.
En ese sentido, el plan de Cuomo también contempló:
- Revisión de salarios: con un salario inicial de US$60.884, el NYPD quedó por debajo de ciudades como Los Ángeles (US$94.753), Houston (US$78.452) y Phoenix (US$74.360). Cuomo propuso una reevaluación estructural para mejorar la competitividad nacional.
- Becas para formación universitaria: se creó un fondo público que cubrió el 100% de los costos de matrícula y aranceles en universidades CUNY y SUNY para oficiales sin título universitario, eliminando una barrera económica clave en la carrera policial.
- Ampliación del Grupo de Respuesta Estratégica (SRG): el cuerpo de élite del NYPD recibió 400 nuevos agentes en un período de cuatro años para reforzar la vigilancia en estaciones de transporte, centros comerciales y zonas de alto riesgo.
El modelo opuesto: la propuesta de Mamdani con foco en lo social
En contraste con la visión de Cuomo, el legislador estatal Zohran Mamdani planteó una estrategia de seguridad basada en la creación del Departamento de Seguridad Comunitaria (DCS, por sus siglas en inglés), una nueva agencia con enfoque de salud pública que busque prevenir la violencia antes de que ocurra, sin centrar la solución exclusivamente en el accionar policial.
El DCS, con un presupuesto proyectado de US$1100 millones —de los cuales US$455 millones correspondieron a nuevos fondos—, se encargaría de articular múltiples agencias y programas sociales que funcionan de manera fragmentada en la ciudad. Entre los objetivos principales presentados en la plataforma de Mamdani se destacaron:
- Reforzar programas de salud mental en toda la ciudad.
- Instalar servicios médicos en locales comerciales desocupados.
- Desplegar trabajadores sociales en 100 estaciones del subte.
- Aumentar la presencia de embajadores de tránsito para asistir a los usuarios del transporte público.
- Ampliar las iniciativas contra la violencia armada y los delitos de odio.
Mamdani insistió en que la policía “tiene un papel importante”, pero señaló que actualmente se le exige cubrir los vacíos que dejó un sistema de asistencia social deteriorado. En este sentido, su diagnóstico apuntó a un NYPD sobrecargado y con resultados pobres: apenas el 39% de los crímenes se resolvieron y los tiempos de respuesta empeoraron más del 20% respecto a 2022, según su plataforma.