Los reyes de los Países Bajos aterrizaron en Praga para participar en una breve visita de Estado a la República Checa. Y una vez más, Máxima dejó claro que es una de las reinas más estilosas del mundo, capaz de viralizar en segundos sus looks. Esta vez, de su valija salieron cinco equipos, en su mayoría de las firmas con las que se siente más cómoda, Natan y Jan Taminiau. También tocados espectaculares y de diseño original, algunas piezas de su joyero personal y varias más importantes del invaluable cofre de los Orange Nassau, como la tiara Mellerio, con rubíes, que fue un regalo de Navidad que Guillermo III le hizo a la reina Emma en 1888. Si bien en Praga mostró algún estreno, como el vestido con falda plisada y acabado en degradé con el que se bajó del avión, sin dudas se llevaron los aplausos los looks “con cara conocida” a los que resucitó como sólo ella sabe. Entre ellos, un Valentino Couture de inspiración romántica que estrenó hace diecinueve años. Resultó el final perfecto para una visita que terminó en solitario ya que el Rey volvió antes por la crisis política desatada en Países Bajos.
