
La imposibilidad de evacuar a los heridos tras el bombardeo a una escuela-refugio en el barrio de Al Tufá, en Ciudad de Gaza, permanece vigente debido a la continuidad de las hostilidades y el mantenimiento de bloqueos militares en la zona, según informaron fuentes sanitarias y organizaciones locales. El incidente, que dejó al menos seis muertos y varios heridos, se produjo en un contexto donde el acceso a la ayuda y la atención médica sigue restringido, pese a los acuerdos recientes de alto el fuego. De acuerdo con los reportes de la agencia WAFA, el ataque se registró este viernes y la escuela afectada, gestionada por el Ministerio de Educación, funcionaba como albergue temporal para decenas de familias desplazadas por el conflicto.
El Ministerio de Sanidad gazatí, citado por WAFA, actualizó el balance relacionado con estos hechos al precisar que, desde la entrada en vigor del acuerdo de alto el fuego respaldado por una propuesta estadounidense, el número total de víctimas fatales se elevó a 395, con más de mil personas lesionadas. Este saldo refleja un incremento continuo de afectados, aun cuando se han adoptado medidas orientadas a la reducción de enfrentamientos y la flexibilización del acceso humanitario. Los ataques identificados y reportados desde el inicio de la tregua, señalan fuentes médicas y locales, han dificultado la capacidad de respuesta de los equipos de rescate y emergencias, quienes denuncian obstáculos adicionales para ingresar a las áreas golpeadas por la violencia.
El medio WAFA detalló que la ofensiva sobre la escuela cercana al hospital Al Durra se efectuó mediante fuego de artillería lanzado por fuerzas del Ejército israelí, resultando en víctimas mortales y varios heridos, incluidos menores de edad. Testigos entrevistados por el diario Filastin y otras publicaciones locales relataron que, tras el impacto, los equipos de emergencia vieron limitada su capacidad de circulación por la presencia militar, lo cual retrasó la asistencia y la evacuación de las personas afectadas por el ataque. Las fuentes recalcaron que, en muchos casos, estas demoras agravan las condiciones de salud de los heridos y aumentan el número de fallecimientos.
Datos aportados por el Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza y citados tanto por la agencia WAFA como por otros medios locales, señalan que desde el inicio de la ofensiva israelí, el 7 de octubre de 2023, se han acumulado 70.669 víctimas mortales y 171.165 lesionados en ese territorio. Además, los reportes indican la recuperación de 634 cadáveres en sectores de la Franja donde las fuerzas israelíes han cedido posiciones después de realizar incursiones militares. Estos registros ilustran el alcance del daño sufrido por la población gazatí a lo largo del conflicto, especialmente en áreas residenciales densamente pobladas y próximas a infraestructuras esenciales como hospitales y escuelas.
La afectación particular sobre la escuela-refugio del este de Ciudad de Gaza suscitó manifestaciones de preocupación por parte del Ministerio de Educación, que enfatizó la utilización de la instalación como espacio de protección para familias desplazadas y la inclusión de niños entre los muertos y heridos reportados. Este escenario ha generado demandas para que se refuercen las garantías de seguridad de los civiles y se facilite la prestación de ayuda humanitaria sin obstáculos. El diario Filastin, en su cobertura sobre el incidente, subrayó el riesgo considerable que enfrentaban los desplazados, al situarse el blanco del ataque en una zona de alta concentración poblacional y contigua a recursos sanitarios.
Las organizaciones locales y fuentes consultadas por WAFA advirtieron que la continuada dificultad para acceder a los sitios objetivo de bombardeos impide obtener cifras precisas sobre el total de víctimas y complica la entrega ágil de suministros y apoyo médico. La persistencia de menores entre quienes resultan heridos o fallecidos ha incrementado la inquietud de la población y de los equipos humanitarios sobre las consecuencias de los bombardeos directos en zonas que sirven de resguardo a personas vulnerables. Las restricciones impuestas en los alrededores del hospital Al Durra obstaculizan aún más la labor de los servicios de socorro, ante la demanda creciente de recursos y la destrucción de infraestructuras que impide una atención adecuada.
WAFA, en su seguimiento del desarrollo de los combates y la situación sanitaria, recogió testimonios de habitantes desplazados, médicos y responsables de los equipos de rescate, quienes describieron daños extensos en edificios e insuficiencia de medicinas, equipos y otros insumos esenciales. Estas condiciones se agravan ante la imposibilidad de abrir corredores seguros para la llegada de ayuda internacional y la evacuación sanitaria de personas en estado crítico. Las cifras oficiales de mortalidad y lesiones, que se continúan actualizando diariamente, revelan la magnitud de la emergencia existente en la Franja, donde la coexistencia entre guerra y desplazamiento forzado pone en riesgo la vida y el bienestar de miles de personas.
A pesar del anuncio de alto el fuego, los obstáculos en la atención y el movimiento en áreas afectadas persisten, según han destacado tanto la agencia WAFA como el Ministerio de Sanidad gazatí. Esta situación sostiene un elevado nivel de inseguridad entre la población atrapada y plantea desafíos para la protección y el socorro de civiles. Las necesidades urgentes de reforzar los corredores humanitarios y las condiciones de asistencia permanecen como reclamos centrales de las organizaciones locales y autoridades sanitarias ante la persistencia de bloqueos, ataques y riesgos en sectores densamente poblados y cercanos a instalaciones utilizadas como refugios.
