El volcán Kilauea, ubicado en Hawaii, entró en una nueva erupción el jueves por la noche y generó fuentes de lava en el cráter Halema’uma’, que han llegado hasta los 306 metros de altura.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, la columna eruptiva alcanzó al menos 5000 metros sobre el nivel del suelo.
Asimismo, estimó emisiones de dióxido de azufre superiores a 50 000-75 000 toneladas diarias. En ese sentido, explicó que los altos niveles de gas volcánico -principalmente vapor de agua , dióxido de carbono y dióxido de azufre- constituyen el principal riesgo para los residentes de los alrededores porque pueden causar problemas respiratorios.
Asimismo, detalló que “persisten otros peligros significativos en torno a la caldera del Kilauea, como la inestabilidad de la pared del cráter Halemaʻumaʻu, el agrietamiento del terreno y los desprendimientos de rocas, que pueden verse agravados por los terremotos en la zona cerrada al publico”.
El Observatorio Volcánico de Hawaii continúa monitoreando de cerca a Kilauea y mantiene contacto con el Parque Nacional de los Volcanes de Hawaii y la Agencia de Defensa Civil del Condado de Hawaii sobre peligros eruptivos.
Volcanes activos en todo el mundo
Esta semana se registraron procesos eruptivos en los volcanes más vigilados del mundo.
El Volcán de Fuego, uno de los más vigilados a nivel mundial, ubicado en Guatemala, cerca de la ciudad antigua, volvió a mostrar signos de intensa actividad el miércoles por la tarde. Experimentó frecuentes explosiones eruptivas cada quince o veinte minutos.
Además, el volcán Etna de Sicilia, el más alto dentro de los activos de Europa, expulsó el lunes una inesperada nube de ceniza y gas que se extendió rápidamente por los vientos tras el desplome de su cráter sureste. En ese contexto, expertos no descartaron otros colapsos y temieron nuevas explosiones.