Aunquer el estado actual del mercado inmobiliario es fuente de preocupación para casi todo tipo de perfiles, la crisis de acceso a la vivienda se agrava especialmente para las personas mayores, que se enfrentan a barreras adicionales para encontrar un hogar adecuado. Muchos propietarios se muestran reticentes a alquilar a pensionistas, por prejuicios o preocupaciones económicas, dejando a este colectivo en una situación de vulnerabilidad. La falta de alternativas asequibles y adaptadas a sus necesidades obliga a los mayores a lidiar con incertidumbre, exclusión y dificultades que afectan directamente su bienestar y estabilidad. Esta discriminación fue el tema de un reciente debate en el programa Y Ahora Sonsoles, emitido en Antena 3 y presentado por Sonsoles Ónega.
El programa ilustró esta problemática mostrando anuncios reales donde se priorizaba a inquilinos jóvenes. Al simular la búsqueda de una vivienda para una persona mayor de 60 años, el equipo del programa comprobó que la negativa aparecía de forma sistemática. “Estamos buscando a una persona sola, con trabajo estable. O sea, da igual la edad, pero que siga trabajando”, declaró un casero, dejando claro que la jubilación actúa de barrera directa para este tipo de alquileres. Al ser preguntado si un jubilado podía optar a esa vivienda, su respuesta fue tajante: “Sería inviable. Lo siento”.
Ya en plató, Ana Esteban, una mujer de 65 años que busca piso en Zaragoza desde hace tres o cuatro años, relató las dificultades a las que se enfrenta por su edad. Según la pensionista, se le niega la posibilidad de alquilar y desde el primer momento los propietarios preguntan la edad como filtro excluyente. Relató asimismo que las negativas suelen revestirse de excusas ambiguas, como cambios repentinos en la disponibilidad de la vivienda, tras haberse interesado por conocer su edad. “Me llama y me dice: ‘No, no, ya lo hemos alquilado’”, expuso Esteban.
Un problema de convivencia
La propietaria Alba Aldehuela aportó su visión personal al respecto, explicando a la presentadora que prefiere convivir con personas de un perfil similar al suyo, dado que vive en la misma vivienda en la que alquila habitaciones a otras personas. “No es que me moleste, pero es la preferencia”, justificó en el plató. “Por suerte es aquí en Madrid, entonces hay mucha gente que demanda pisos”, manifestó en la tertulia, reslatando la capacidad que tiene para elegir a sus futuros compañeros. Aunque afirmó que no considera discriminatorio su elección, reconoció que prioriza conceptos de convivencia y afinidad generacional, al igual que sucede habitualmente en alquileres de habitaciones. “Buscas gente más o menos con el mismo rol”, sostuvo.
Estas declaraciones están en línea con el parecer de otros propietarios entrevistados por el programa, que aportan justificaciones basadas en la supuesta dificultad de convivencia derivada de diferencias generacionales. “Más de 30, 50, pues ya choca un poco la convivencia, los horarios, las costumbres”, argumentó otro casero contactado.
Discriminación en el alquiler
Los colaboradores y presentadores del programa abordaron la cuestión ética detrás de esta selección por edades. Sonsoles Ónega cuestionó directamente la racionalidad de descartar a personas mayores, recordando que, paradójicamente, suelen ser inquilinos más estables y responsables en los pagos. “Es más seguro una persona mayor que no va a hacer tanto cambio, a lo mejor ya de vida, de irse de ciudad…”, aseguró la presentadora.
