Mientras estaba en el apogeo de su carrera, Gachi Ferrari quiso tomarse un año sabático sin imaginar que aquellos 12 meses terminarían convirtiéndose en 40 años. Fue tal el flechazo que tuvo con el empresario italiano Lando Simonetti -su actual marido-, que eligió dejar todo atrás, embarcarse en una nueva aventura y sumergirse en la misma pasión que la de su amor: el mundo de la moda. Como si tuviera la receta exacta para cada profesión, la ex “Chica Para Ti” hoy disfruta de su presente, al igual que lo hacía en la década de los 70 y 80, cuando brillaba como modelo y conductora de reconocidos ciclos infantiles, entre los que encontraba El Libro Gordo de Petete y El Club de Anteojito y Antifaz.
Su alma inquieta la acompaña desde la adolescencia, cuando, con intención de tener su propio dinero, se anotó para ser promotora en una agencia. En una de sus visitas al stand llamó la atención de un fotógrafo, quien le manifestó su deseo de fotografiarla. “Empecé a hacer publicidad y de golpe me llamaron de Para Ti, donde arranqué con ‘La Chica Para Ti’. Entonces, hacía la nota de tapa, belleza y moda. Después, al día siguiente, hacía la retirada de tapa… Era impresionante lo que trabajaba”, recordó en diálogo con LA NACION.
Fue tal la repercusión de aquellas producciones fotográficas que el artista gráfico Manuel García Ferré la llamó para conducir El Libro gordo de Petete. Junto al pequeño pingüino de color rojo y amarillo, que tenía un gorro de lana con un pompón encima y un chupete colgado del cuello, presentaba la adaptación de la historieta en la pantalla chica. Se trataba de un micro de unos minutos en el que cada noche daban información que provenía de una gran enciclopedia. “El libro gordo te enseña, el libro gordo entretiene y yo te digo contenta, hasta la clase que viene”, decían al despedirse, eslogan que hasta el día de hoy sigue en el recuerdo de quienes no querían irse a dormir sin aprender algo nuevo.
Pero no solo estaba ahí cuando los niños se iban a dormir. Cada mañana, junto a Berugo Carámbula, se destacaba al mando de Arriba chicos, un programa radial infantil que tenía como objetivo acompañar a los chicos desde que se levantaban hasta su trayecto al colegio. También condujo Jardincito, Supershow Infantil, Telejuegos y participó en La noticia rebelde.
Y al igual que dice el dicho “una cosa lleva a la otra”, su aparición con Petete, el personaje que competía con otros muñecos populares como El Topo Gigio, hizo que otros productores la quisieran en sus telenovelas. Así fue que debutó como actriz en Pobre diabla (1973) y siguió con Mi cuñado (1976), junto a Osvaldo Miranda y Ernesto Bianco. La actuación también la llevó a la pantalla grande, donde se lució en Una mujer (1975) con Federico Luppi y Cipe Lincovsky, Los superagentes biónicos (1977) y en Cantaniño cuenta un cuento (1979).
Sin imaginarlo, el enamorarse no solo la alejaría de los sets de filmación, las tablas y las cámaras, sino que la encontraría alrededor del mundo, en fábricas, rodeada de telas y con vínculos inesperados con figuras importantes, como miembros de la realeza británica. En 1985 se puso en pareja con Lando, a quien conoció en una de las visitas del empresario textil a la Argentina, momento en el que él trajo una marca de ropa infantil para comercializar en el país. Sin embargo, el boom ocurrió un año después, cuando fundaron juntos La Martina, la marca argentina de ropa de lujo, especialmente conocida por su línea de polo, la misma que hoy es proveedora oficial de la Asociación Argentina de Polo y la Federación Internacional de Polo.
Los compromisos con la firma hicieron que Lando tuviera que visitar varios destinos en poco tiempo, lo que le significaba un desgaste también a Gachi, quien en aquel entonces grababa hasta tres programas a la vez. Convocada por su marido para ayudarlo con la marca, eligió tomarse un año sabático, pero nunca más volvió.
Aunque al comienzo le costó dejar la televisión, siempre abrazó su decisión. “Al principio lo extrañé mucho. Yo venía de un reconocimiento en la calle que era permanente, porque claro, estás en tantos lugares que te reconocen enseguida y los chiquitos más aún todavía”, señaló. Sin embargo, se encontró con otro panorama cuando se cumplieron tres años de su retiro. “Me parecía muy raro que nadie me reconociera después de haber trabajado durante 20 años en televisión. Sentís un vacío… pero después te acostumbrás”, agregó.
Para ella, La Martina “es su vida, su todo”. “Fue lo que me hizo encontrar a mi marido, me hizo ganar plata, desarrollarme profesionalmente y como persona. Además, ahí trabajan nuestros hijos”, contó. Lando es padre de un hijo de su matrimonio anterior; y Gachi, por su parte, de otro. En la actualidad, los dos trabajan para la marca y esperan que también lo hagan sus nietos en un futuro.
Tanto desde muy jovencita, cuando comenzó con las primeras fotos en revistas, como ahora -con 73 años-, Gachi dice tener la fórmula del éxito, el mismo que la acompañó en cada uno de los proyectos que decidió encarar. “Si se lo preguntaras a mi marido, te diría ‘tenés que insistir siempre en hacer lo que vos creés que está bien’. Él te diría eso. Yo no soy tan constante como para decir eso. Yo creo que recién en la segunda te va bien porque siempre recibís muchos cachetazos… Yo hubiera tirado la toalla seguramente 20 veces más que él, pero él insiste, insiste e insiste porque si hacés las cosas bien en algún momento te va a dar resultado”, admitió.
En la actualidad, nadie la reconoce por la calle, salvo cuando ven su DNI en algún comercio o cuando compra con tarjeta de débito y/o crédito. “Gachi, fuiste la ídola de mi juventud de cuando era chiquita”, le dijo el otro día una cajera de supermercado. Lo cierto es que ella no solo fue la cara de El libro gordo de Petete, pero es imposible no asociarla a ello.
“En su momento no le daba tanto interés, hasta podría decirte que lo hacía quizás por plata. Con el tiempo, le empecé a tener muchísimo respecto y admirarlo mucho más”, se sinceró y completó: “Cuando me empezaron a reconocer, le empecé a dar muchísima más importancia a lo que era. Y alejado totalmente del tiempo, me parece que fue espectacular porque era muy lindo, muy bien hecho”.