Después de la consagración como campeón del mundo con la selección argentina en Qatar 2022, la carrera futbolística de Alejandro “Papu” Gómez ingresó en una pendiente que parecía conducirlo al retiro profesional. Surgieron algunas lesiones, cambios de clubes y la noticia de un doping positivo en 2023 que le implicó una sanción por dos años que lo marginó de las canchas. Sin embargo, a los 37 años, el mediocampista está dispuesto a volver.
El 8 de octubre de 2023, con la camiseta de Monza, Gómez jugó su último partido antes de confirmarse la suspensión que ya le había sido comunicada a fines del año anterior, dos días antes de la definición de la Copa del Mundo ante Francia, por un control sorpresa cuando todavía jugaba en Sevilla, de España.
“Que en la final del Mundial te llegue un mail con una noticia así es horrible. Mientras festejaba estaba con la cabeza en lo que iba a pasar; les conté a mis compañeros después del título”, revelaría el jugador tiempo después, mientras cumplía con la pena y apelaba con la intención de que sea más benévola la sanción.
Su petición fue rechazada. Sus explicaciones no convencieron a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que consideró una “negligencia grave” haber consumido terbutalina, un broncodilatador prohibido que Papu alegaba su ingesta “inconsciente” e “inducida por un error”. La terbutalina es una antagonista beta 2, que produce un aumento en la contractilidad del corazón, con lo cual hay un mayor aporte sanguíneo y se pueden producir mayores esfuerzos, además de tener una recuperación más rápida tras realizar un esfuerzo. El expediente del Comité Sancionador no consideró los argumentos de Gómez y se quedó con la falta de previsión del argentino.
¿Qué pasó? “En España no hay doping después de los partidos como en la Champions, en Italia y en otras ligas. Entonces, llego a la madrugada de Sevilla y me voy a dormir. Generalmente, me tomo una pastilla después de todos los partidos porque me cuesta mucho dormir. En el medio de la noche me dio un ataque de tos y le pedí a mi esposa un jarabe, el de Milo, mi hijo más chico. Al otro día fui a entrenar, había doping sorpresa y no informé sobre el jarabe”, justificó la aparición de esa droga prohibida.
Así, Papu estuvo obligado a interrumpir su carrera. Fue entrenándose con algunos grupos diferentes que le abrieron las puertas, se habló del posible retiro y ahora, con el plazo de la sanción por vencerse en el horizonte, encontró nueva casa. En Padova, que acaba de ascender de la tercera a la segunda división del fútbol italiano, le ofrecieron sumarse al plantel con un contrato por dos años, con la opción de renovar por uno más. El acuerdo está y sólo resta estampar la firma.
Eso sí, si bien el torneo comenzará en agosto, tras confeccionarse el fixture y darse a conocer las fechas precisas, el exjugador de Arsenal, San Lorenzo y Catania, entre otros clubes, deberá esperar hasta el 21 de octubre para estar a disposición para el cuerpo técnico para jugar.
Por lo pronto, Gómez siguió manteniéndose en buena forma e incluso muestra en sus redes sociales parte de las rutinas de ejercicios que realiza cada día, con la ansiedad por retornar a los campos de juego.
Con una plantilla integrada casi exclusivamente por futbolistas italianos, que sumó recientemente al brasileño Jonathan Silva Pertinhes, desde Torino, y un entrenador, Matteo Andreoletti, que tiene un año menos que el argentino, Gómez buscará ganarse un lugar dentro de uno de los tres equipos que ascendieron, tras ganar el grupo A. Para Padova, el máximo objetivo será regresar a la Serie A, donde estuvo en 1996, antes de una crisis institucional que incluyó su refundación en 2014, a más de 100 años de su creación.