Con la llegada del invierno en Lima, los recién nacidos se encuentran entre los grupos más expuestos al impacto del clima. Su sistema inmunológico aún inmaduro y la incapacidad de regular su temperatura corporal los convierte en una población altamente vulnerable a enfermedades respiratorias.
El Hospital Nacional Docente Madre Niño San Bartolomé ha emitido una serie de recomendaciones dirigidas a madres, padres y cuidadores, a fin de evitar cuadros que podrían agravarse rápidamente en esta población. Entre las principales amenazas se encuentran la bronquiolitis y la neumonía, dos infecciones respiratorias que, si bien son comunes, representan un alto riesgo en menores de tres meses.
El frío no enferma, pero puede facilitar el contagio
Según especialistas en neumología pediátrica, el frío por sí mismo no causa enfermedades. Sin embargo, puede generar condiciones que favorecen el contagio, como el hacinamiento en espacios cerrados, la menor ventilación y el contacto cercano con personas resfriadas.
Un resfrío común en un adulto puede parecer inofensivo, pero en un recién nacido podría evolucionar en cuestión de horas hacia una bronquiolitis o una neumonía. Estos cuadros pueden requerir hospitalización urgente y, en casos graves, poner en riesgo la vida del bebé.
Por esta razón, se insiste en mantener a los recién nacidos en ambientes abrigados, bien ventilados y libres de corrientes de aire. Además, es fundamental evitar la exposición a personas con síntomas respiratorios, aunque estos parezcan leves.
Siete claves para proteger a los recién nacidos este invierno
Las autoridades de salud recomiendan adoptar una serie de medidas simples pero eficaces para proteger a los bebés durante esta temporada:
- Evitar salidas innecesarias si el clima presenta condiciones extremas, como frío intenso o vientos fuertes.
- Abrigar al bebé de manera adecuada, sin exagerar, y evitar cambios bruscos de temperatura entre ambientes.
- No permitir el contacto directo con personas enfermas, incluyendo caricias o besos.
- Promover la lactancia materna exclusiva, ya que esta refuerza el sistema inmune del recién nacido gracias a los anticuerpos presentes en la leche.
- Lavar las manos frecuentemente antes de cargar o alimentar al bebé.
- Evitar el humo de cigarro en el entorno, incluso si se fuma en otro ambiente del hogar.
- Mantener actualizadas las vacunas, en especial las que protegen contra infecciones respiratorias.
Estas acciones pueden parecer simples, pero son determinantes para reducir los riesgos de complicaciones.
Lactancia materna, incluso si la madre está enferma
Frente a madres que se encuentran atravesando cuadros respiratorios, las autoridades médicas señalan que no es necesario suspender la lactancia. Por el contrario, se recomienda continuar con ella, adoptando ciertas precauciones básicas como el uso de mascarilla y el lavado constante de manos.
Esto se debe a que la leche materna no solo alimenta al bebé, sino que también le transfiere anticuerpos que lo ayudan a defenderse del virus que afecta a la madre. Esta protección pasiva puede ser decisiva en los primeros meses de vida.
La recomendación se mantiene incluso en casos de infecciones respiratorias agudas, siempre que la madre no esté impedida físicamente de amamantar.
Signos de alerta que requieren atención médica inmediata
Detectar a tiempo una posible infección respiratoria en recién nacidos es fundamental. Entre los signos más comunes se encuentran:
- Secreción nasal persistente
- Fiebre
- Tos
- Irritabilidad o decaimiento
- Rechazo al pecho o biberón
- Respiración agitada o con silbidos
Ante cualquiera de estos síntomas, se debe acudir inmediatamente a un establecimiento de salud, sin esperar a que el cuadro progrese. Las infecciones respiratorias en menores de tres meses pueden agravarse con rapidez, incluso en cuestión de horas.
Tanto la bronquiolitis como la neumonía, aunque pueden ser de origen viral, suelen provocar dificultad respiratoria severa en los recién nacidos. En muchos casos, requieren hospitalización para monitoreo y oxigenoterapia.