Al grito de “¡Arte! ¡Arte! ¡Arte!”, desde lo alto de una grúa, Marta Minujín dio hoy la señal de largada para que diez de sus dobles comenzaran a repartir entre una multitud reunida en el Centro Cultural Recoleta los 20.000 paquetes de fideos que recubren su Torre de Pisa de Spaghetti. Acababa de comenzar la celebración de los 21 años de la Noche de los Museos, el circuito anual gratuito organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cuyas autoridades preveían una convocatoria récord -superior al millón de personas- en los más de trescientos espacios participantes. Solo en el Recoleta, la gente formó fila durante horas para poder entrar.
“Es una maravilla, es un milagro”, dijo a LA NACION la artista más popular de la Argentina, de 82 años, mientras se disponía a cumplir este sueño concebido hace más de cuatro décadas. En una carta fechada el 16 de marzo de 1983 le proponía a Guillermo Whitelow, entonces director del Museo de Arte Moderno, instalar en un lugar público cercano al actual Recoleta una reproducción de la Torre de Pisa “recubierta por miles de botellas de un conocido aperitivo que financiará los gastos”.

Pionera en reunir voluntades públicas y privadas para realizar proyectos monumentales, como el Partenón de libros prohibidos en la Avenida 9 de Julio (1983) y en la Documenta de Kassel (2017), Minujín acaba de llegar de París, donde participó de la feria Art Basel, la más importante del mundo. Con esta nueva obra, busca transmitir el mensaje de que “el arte está acá, que la gente aprenda a vivir en arte, que vaya a los museos y tenga una reflexión frente a las obras”.

“Estoy feliz de hacer realidad otro de mis sueños. Y acá en Argentina, me encanta. El último que hice fue el Big Ben recostado en Manchester, pero no es lo mismo. Como decía Manuel Peralta Ramos: ‘A mí me gusta estar acá’”. “Yo viajo por todos los países y mi relax, mi fortaleza, es ir a los museos y ver lo que hacen otros artistas -agregó, rodeada de familia y amigos-. La Tate Modern, el MoMA, L’Orangerie… Los museos son templos. Hacen bien, te dan tranquilidad. El arte te da contenido y un alimento espiritual. La gente ya no va tanto a las iglesias, como en el Medio Evo; ahora empieza a ir a los museos”.

Un clima místico fue especialmente notorio en el Museo del Agua, alojado en el Palacio de Aguas Corrientes. Cartografía del Alma, muestra de pinturas de Nat Orlowski, aporta un ambiente que invita a la introspección en este Monumento Histórico Nacional construido a fines del siglo XIX, con fachadas revestidas con decenas de miles de ladrillos esmaltados y piezas cerámicas fabricadas especialmente en Inglaterra, y techos importados de Francia.

En el subsuelo de otro importante edificio patrimonial que fue sede del diario La Prensa, sobre la Avenida de Mayo, la Casa de la Cultura ofrece una experiencia inmersiva destinada a descubrir su majestuosa escultura Palas Atenea y el reloj Paul Garnier, único en América Latina. Habrá además conciertos con temas populares y éxitos de películas en el Salón Dorado y en el Patio Central, y en la puerta de entrada tocará la Banda Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires.

Ese es uno de los puntos del maratónico recorrido nocturno de Gabriela Ricardes, ministra de Cultura del gobierno porteño, tras la apertura oficial en Recoleta. Habrá que ver qué permite el tráfico y la cantidad de gente en las calles, ya que el transporte será gratuito hasta las dos de la mañana. Pero entre sus destinos previstos se cuentan también el Buenos Aires Museo (BAM), el Moderno y la Usina del Arte, en San Telmo y La Boca.

En estos dos barrios que integran el Distrito de las Artes se realizó hoy además, de 14 a 18, el circuito Gallery impulsado por Pinta que también cuenta con apoyo oficial de la Ciudad. Algunas instituciones participaron de ambos circuitos gratuitos. Entre ellas los museos Marco, Macba y Moderno y las fundaciones Proa, Santander, Larivière y Andreani. En estas últimas se inauguraron además cuatro muestras.

En la misma zona, también con horario extendido hasta las 22, la galería Barro abrió al público La Chola En el Aire, muestra de La Chola Poblete, la artista mendocina que fue distinguida en la última edición de la Bienal de Venecia. Ella recibió al público a las 18 en el rol de conductora de un programa de televisión, en una performance que incluyó invitados especiales curada por Antonio Villa.

Antonio Berni es otro de los grandes protagonistas del recorrido, con importantes obras –como Domingo en la chacra, Ramona espera y La Difunta Correa– que ocupan un lugar central en la nueva puesta de la colección permanente de Colección Amalita; la exhibición de Chacareros como parte de un homenaje que le rinde el Sívori en el marco del 120° aniversario del nacimiento, y otras que integran los acervos del Museo Nacional de Bellas Artes y el Malba, donde se acaba de inaugurar Pop Brasil: vanguardia y nueva figuración, 1960s-70s.
Otro de los hitos, por donde tiene previsto pasar cerca de la medianoche el secretario de Cultura Leonardo Cifelli, será la proyección en el Fondo Nacional de la Artes de hologramas de más de tres metros de altura sobre los balcones de la casa de Victoria Ocampo. Fueron generados por UXart a partir de las obras que Eduardo MacEntyre y Miguel Ángel Vidal que hicieron junto a IBM en 1969 y que se exhiben también allí. Apenas una parte de todo lo que ofrece la Noche de los Museos: la programación completa está disponible en festivalesba.org.
