El reciente pronunciamiento público de Juan Manuel Santos volvió a agitar el panorama político colombiano.
En una videocolumna difundida el 16 de octubre, el expresidente y premio Nobel de la Paz llamó a “recuperar la sensatez” en medio de la polarización que domina el debate nacional y abogó por un proyecto de centro que, según dijo, “represente la moderación y el consenso” frente a lo que calificó como “los extremos” del espectro político.
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“Los extremos solamente sirven para dividir”, afirmó Santos en su intervención, donde señaló directamente al presidente Gustavo Petro como “un extremista de izquierda” y advirtió sobre el riesgo de que un eventual candidato de derecha con posturas radicales llegue a la presidencia.
“Si llega un extremista de derecha, lo único que obtenemos es un país ingobernable. Y las probabilidades de estallidos sociales y bloqueos aumentarán. Y así, entre gritos, el país no avanza”, sostuvo el exmandatario.
El mensaje, interpretado como una señal de regreso a la actividad política con miras a las elecciones de 2026, no pasó inadvertido.
Apenas un día después, Álvaro Uribe respondió con dureza desde su cuenta en X, en un mensaje donde atacó la trayectoria de Santos y rechazó que el centro político pueda ser una alternativa para el país.
El expresidente Uribe respondió a través de su cuenta en X, donde arremetió contra Santos y rechazó que el centro político pueda ser una opción válida para el país.
“¿Quién dijo que el centro es entregar el país al terrorismo; desconocer el resultado de un plebiscito, violar la palabra y mantenerse en mentiras; manipular la justicia; financiarse con Odebrecht; aumentar enormemente la burocracia estatal; comprar un Congreso con mermelada?”, escribió Uribe.
En su mensaje continuó: “Permitir que la corrupción de compinches quebrara a Saludcoop, Café Salud y Caprecom; sobornar o amenazar periodistas con mermelada; crecer la coca de 48.000 hectáreas a 220.000; aumentar los impuestos. Eso no es ni centro ni tercera vía (…). ¡Ojo con el personaje central del engaño!”
El cruce de declaraciones reavivó la histórica rivalidad entre ambos expresidentes, una disputa que ha marcado buena parte del debate político desde la firma del Acuerdo de Paz con las Farc en 2016.
Mientras Santos insiste en que la reconciliación y la búsqueda de consensos son indispensables para la gobernabilidad, Uribe mantiene que el discurso de centro encubre, en realidad, lo que considera un legado de corrupción y concesiones al “terrorismo”.
La intervención de Santos también generó reacciones en otros sectores.
Figuras públicas como Vicky Dávila y Abelardo de la Espriella criticaron la videocolumna, interpretándola como una movida electoral.
Dávila cuestionó a quién respaldará el exmandatario en 2026, mientras que De la Espriella lo acusó de promover un continuismo disfrazado.
“Un tipo que engañó a Colombia no puede ser quien pontifique: tú lo que empiezas a promover, Juan Manuel, es tener en la presidencia a otro títere servil que siga tapando lo que negociaste en el proceso de Odebrecht”, escribió el abogado.
Aunque Santos no mencionó nombres, su mensaje fue leído como un respaldo implícito a posibles aspirantes del centro político.
Entre ellos figuran Sergio Fajardo, exgobernador de Antioquia; Roy Barreras, exembajador en Reino Unido; Luis Gilberto Murillo, excanciller y actual embajador en Estados Unidos; Juan Fernando Cristo, exministro del Interior; y Claudia López, exalcaldesa de Bogotá, todos con vínculos directos o históricos con el santismo.
Fuentes cercanas al exmandatario señalaron a Semana que Santos busca promover un gobierno de coalición “capaz de tender puentes entre sectores opuestos”, lo que ha llevado a algunos analistas a hablar de una posible reactivación del “petrosantismo”, etiqueta acuñada por el propio Álvaro Uribe para referirse a eventuales acercamientos entre el presidente Petro y el expresidente Santos.
Durante su videocolumna, el exjefe de Estado reiteró que Colombia necesita “moderación, discusiones honestas y un gobierno de consenso”, rechazando la lógica de la confrontación permanente.
“Nadie tiene soluciones mágicas y lo que viene en el orden público, en lo fiscal, en lo energético, en la salud, exige ideas reales. Los extremos solo prometen destruir al contrario. Es tiempo de reivindicar la sensatez, de volver al equilibrio que propone la tercera vía: el mercado hasta donde sea posible, el Estado hasta donde sea necesario”, subrayó Santos.