Saber adaptarse a los cambios. Aprender y desaprender. Expandir nuestra curiosidad. Esas son algunas de las frases que resuenan en oficinas, cafés y redes sociales en tiempos donde la inteligencia artificial (IA) marca agenda. Sin embargo, pocas veces se habla de lo abrumador que puede resultar transitar este proceso de transformación, y de lo fácil que es, en medio de tanta velocidad, perder el rumbo.
En un panel moderado por la periodista de LA NACION Carla Quiroga, Andrés Rieznik, doctor en física, divulgador científico y profesor en la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), exploró las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías, así como también sus amenazas y a qué debemos estar atentos, en el marco de la edición 11 del Summit de Innovación, organizado por este medio.
IA e ideas humanas
¿Qué tienen en común el agujero del rollo del papel higiénico y la IA? Si bien a simple vista no parece haber relación alguna, para Rieznik hay una característica que, a grandes rasgos, los asemeja. “Si el agujero fuese más chico, todo se desenrollaría mucho más rápido. Eso pasa con la IA: podemos iterar mucho más rápidamente nuestras ideas”, explicó el experto.
Y continuó: “Nos permite hacer experimentos, probar ideas más rápido y ajustarlas”.
No obstante, Rieznik también destacó el lado negativo de esta nueva era tecnológica: el FOMO -fear of missing out- y la ansiedad. “Es como si todos estuviéramos con miedo a perdernos de algo, que algo está ocurriendo y no me estoy dando cuenta”, dijo.
En este sentido, el divulgador científico deslizó una idea clave: el eslabón humano seguirá siendo esencial. “La IA alucina y eso no tiene una solución técnica a la vista. Los modelos de IA ya no se equivocan a nivel sintáctico, pero semánticamente sí. Si no hay un humano para filtrar y discernir lo que es razonable de lo que no es razonable, no llegás a ningún lado”, profundizó.
Nuevas tecnologías, nuevas amenazas
Por otro lado, Rieznik ilustró, a través de un truco de magia con cartas, uno de los grandes peligros de las nuevas tecnologías: los diez segundos de distracción. “La distracción es el gran problema de la innovación. Eso sí es una amenaza”, afirmó.
Sin embargo, lo paradójico es que, en un escenario de constante transformación, hay un elemento clave que no cambiará, según Rieznik: la importancia del estudio y la capacitación. “Tenemos que seguir haciendo lo que hacemos siempre”, sostuvo, y aseguró que aquellas personas que no se distraen fácilmente y cuentan con una gran capacidad de aprendizaje seguirán siendo las más exitosas.
Por último, el especialista dio un consejo clave para estudiar y no perderse en la ansiedad en tiempos de IA: aplicar la técnica Pomodoro, que propone ciclos de 40 minutos de concentración seguidos por pausas de 10 minutos. Esta técnica fue utilizada por el profesor de física salteño Daniel Córdoba para ayudar a sus alumnos, quienes en su mayoría lograron ingresar al Instituto Balseiro. “Si sos trabajador y estudiás, va a estar todo bien”, concluyó.