Anthony Edwards, el chico malo de la NBA, de boca gigante y un talento inconmensurable: gestos obscenos y multa

admin

Un talento fuera de lo común. Un temperamento indomable. Una estrella que se asoma en el horizonte de la NBA. La luz de un jugador de elite. Una boca tan grande que no hace más que crear un personaje incómodo y antipático. Una vida dura, compleja, signada por el abandono, marcada por los rumores de ser hijo extramatrimonial de Michael Jordan… Pero es hijo de Roger Caruth y de Yvette Edwards. El joven Anthony, de Edwards se trata, forjó su camino, se transformó en una figura de la competencia con la camiseta de Minnesota Timberwolves y en esta primera serie de playoffs ante Los Angeles Lakers no sólo demostró que le sobra paño para sacudir la lógica de LeBron James y Luka Doncic, sino que se quedó en el centro de la escena por sus peleas con los hinchas, de las feas, de las que nada tienen que ver con lo que proyecta su brillo.

Anthony Edwards, se pavonea con su camiseta número 5 de los Timberwolves por el Crypto Arena. Es parte de su personalidad, pero además, entiende que debe mostrarle al mundo ese dorsal con orgullo, porque justamente es en homenaje a su madre, Yvette Edwards, y su abuela, Shirley, sus dos grandes amores, sus referentes, a las que perdió en 2015 un día 5 de enero y de agosto, respectivamente, cuando él apenas tenía 14 años.

Pero el pequeño Anthony no se comportó como a ellas les hubiera gustado. Porque su figura se elevó por encima del resto por cuando la NBA anunció una multa de $50 mil dólares para él, como consecuencia de un gesto considerado obsceno y comentarios inapropiados dirigidos a un aficionado de los Lakers durante el Juego 1 de la serie de playoffs.

Siempre tuvo problemas de conductas, como cuando tenía apenas 6 años y escribió en la pared blanca de la casa de su abuela una frase que marcó para siempre su destino: “Voy a ser jugador de la NBA”. Shirley no lo regañó, sólo le dijo que se ponía objetivos muy altos y que esperaba que los cumpliera, contó el propio Edwards en una entrevista con ESPN. Aunque en esta oportunidad no se trató de una travesura, sino de una acción vergonzante.

El incidente se produjo el 19 de abril último, cuando en un momento de tensión, Edwards estaba esperando para ingresar al campo de juego y se cruzó con un fanático que se burlaba de su compañero Rudy Gobert. El jugador le respondió con una frase vulgar, acompañada de un gesto hacia su entrepierna. Aunque no fue captado por las cámaras oficiales de la transmisión, el momento fue grabado por asistentes y se viralizó rápidamente en redes sociales, lo que llevó a la NBA a tomar medidas disciplinarias.

Esa noche fue una de las figuras y dio el primer golpe de la serie, porque Minnesota sorprendió a los Lakers en su casa. El segundo acto no resultó tan perfecto porque LeBron y Luka Doncic se encargaron de frenar la furia de Edwards, o Ant-Man, el hombre hormiga, un apoco que le puso su padre cuando era un niño, haciendo un juego de palabras con su nombre. El sobrenombre, rentabilizado entre Marvel y Adidas con unas zapatillas especialmente diseñadas para él, le cabe perfecto, porque es un jugador de poca talla para los estándares de la NBA (1.93 metros) y tiene una potencia arrasadora.

Sin embargo, nada de esto pudo estar por encima de la sanción que fue emitida por Byron Spruell, presidente de operaciones de la NBA, como resultado de una revisión de conducta que incluyó tanto el lenguaje usado por Edwards como sus acciones físicas. Aunque algunos fanáticos de los Lakers pretendían una suspensión para algún partido de la serie, la liga optó por una multa económica.

Fue elegido en el primer puesto del draft virtual de la pandemia de 2020. Y si bien su impacto no fue inmediato en la competencia, en 2023 ya dio su primer gran paso ingresando al All Star Game. Aunque su personalidad está lejos de ayudarlo, porque no es la primera vez que Edwards enfrenta medidas disciplinarias por su comportamiento en la cancha. A lo largo de la temporada regular acumuló 18 faltas técnicas y ya había sido multado en otro encuentro por lanzar un balón a las tribunas. Incluso, en noviembre de 2024 la NBA anunció una multa de 35.000 dólares para Edwards, por hacer “un gesto obsceno” en la cancha durante el partido contra Sacramento Kings.

Su presencia en la cancha es imponente, tiene una sonrisa que dibuja felicidad y una pizca de ironía. Quizá esos gestos los adquirió lejos del básquetbol, cuando comenzó a jugar al fútbol americano en los Atlanta Vikings y fue considerado como el mejor corredor del país con tan sólo 10 años. Pasó por varias posiciones en el ataque y la defensa —quarterback, running back y cornerback—. Los expertos afirmaban que habría sido un running back de élite en la NFL. Sin embargo, tras una grave lesión en uno de sus tobillos lo alejaron del fútbol americano y gracias a la insistencia de sus hermanos, que se ocuparon de él tras el fallecimiento de su madre y su abuela, probó con el básquetbol.

Aunque le gustaba poco en los primeros tiempos, comenzó a jugar en el instituto Atlanta Xpress y se convirtió en uno de los jugadores con más proyección de los Estados Unidos. Tras su explosión en el instituto rechazó ofertas de algunas prestigiosas universidades de la NCAA como Florida State, Kansas, Kentucky y Carolina del Norte. Pero eligió estar cerca de su familia, por eso eligió los Bulldogs de Georgia, en los que se habían formado sus dos modelos a seguir: Dwyane Wade y Victor Oladipo.

Aunque los ojos de la NBA estaban puestos sobre su rivalidad con Doncic, él se toman las cosas con naturalidad, ama los desafíos. Con apenas 23 años, domina los momentos, porque si bien pierde los estribos con las provocaciones, también sabe bien cómo sacar de eje a su rival. Por eso se lo vio en el segundo juego de la serie con algunos cruces con Doncic que permitieron medir la temperatura del duelo.

Si de algo sabe Edwards es de centro de la escena, porque antes del primer partido se lo vio haciendo bromas con Doncic, el blanco de sus provocaciones esa noche Adentro de la cancha, también se hablaron y se desafiaron, porque los dos están hechos de la misma madera competitiva. Aunque Ant-Man, no sabe de tibiezas, por eso no tuvo problemas en confesar algunas cuestiones que otros hubieran evitado para se políticamente correcto. “No me acaba de encantar el baloncesto. Está en mi corazón, pero el futbol americano es donde empecé. Prefiero ver un partido de la NFL que uno de la NBA. Que no se malinterprete, el baloncesto es mi prioridad. Pero lo veo como un trabajo, aunque me gusta mi trabajo”, dijo hace un tiempo Edwards. Está claro que nada es poco para él, su único objetivo es trascender.

Deja un comentario

Next Post

Ajustado por inflación: los dólares financieros registran el valor real más bajo desde abril de 2017

La salida del cepo cambiario sorprendió al mercado. Aunque se esperaba que ocurriera en algún momento de 2025, los analistas estimaban que el Gobierno levantaría las restricciones sobre el dólar después de las elecciones legislativas de este año. Sin embargo, la noticia fue bienvenida y la respuesta en las cotizaciones […]
Ajustado por inflación: los dólares financieros registran el valor real más bajo desde abril de 2017

NOTICIAS RELACIONADAS

error: Content is protected !!