El anuncio sorprende y emociona, porque va a contramano de la tendencia. Mientras distintos sanatorios porteños cierran sus servicios de Maternidad, afectados por una alarmante baja en la tasa de natalidad, el Sanatorio Mater Dei comunica la renovación total de sus instalaciones en el sector. Son 24 habitaciones individuales, dos suites, tres salas de preparto, dos salas de partos completas y dos quirófanos para uso exclusivo de obstetricia, todo el primer piso de su edificio en la calle San Martín de Tours. Una inversión de 2,1 millones de dólares, posible gracias al compromiso generoso de su red de benefactores.
Un sector en crisis
El sistema de salud argentino atraviesa una crisis sin precedentes donde ninguno de los actores parece conforme: los hospitales, las clínicas, las obras sociales, las prepagas, los médicos y los pacientes tienen reclamos. El sector privado cubre obligaciones del Estado y atiende a alrededor del 70 por ciento de los pacientes.
En los últimos años, la desvalorización y los problemas económicos hicieron que las clínicas y los sanatorios se enfoquen especialmente en los sectores de mayor rentabilidad, donde se pueden apalancar para ser sustentables. Y una de las áreas más afectadas fue la Maternidad, servicio que desapareció de algunos de los clásicos y más prestigiosos sanatorios porteños.
La Maternidad quedó relegada principalmente por dos motivos. Primero, por la prestación médica en sí misma, que es de las menos rentables. Y segundo, porque cada vez hay menos pacientes para el área, hay menos nacimientos. Es un sector que no crece.
La baja de la tasa de natalidad, ese fenómenos que observábamos en Europa hace 40 años, ya hizo eco en la Argentina, donde las familias son cada vez más chicas, tienen menos hijos. Siempre se hace foco en el problema previsional: ¿de dónde van a salir los aportes para pagar las jubilaciones? También se habla, desde hace un tiempo, de una nueva vejez sin abuelos.
En Capital Federal, en los últimos 10 años la tasa de la natalidad cayó un 40 por ciento. No se puede sostener un sector de Maternidad sin madres ni bebés. Y, como en un juego de dominó, detrás de Maternidad caen Neonatología y Pediatría.
“La mejor Maternidad”
Enrique Camerlinckx, director de Mater Dei, explica: “El sanatorio sigue siendo elegido como maternidad. Eso se refleja en la cantidad de partos que hacemos cada mes, un promedio de 170. Lo que pasa acá no se condice con lo que sucede en Capital Federal: nosotros solo caímos un 10 por ciento en los últimos 10 años. Estamos absorbiendo, por decirlo de alguna manera, nacimientos que se hacían en clínicas que cerraron sus maternidades. Por eso decidimos hacer esta inversión tan importante, porque apuntamos a ser la mejor Maternidad”, asegura.
Gracias a los ingresos generados por sus prestaciones médicas, el Sanatorio Mater Dei logra mantener el equilibrio financiero: pagar sueldos y gastos. Pero para enfrentar inversiones en equipamiento e infraestructura, deben recurrir a una extensa red de benefactores.
Hace dos años, la dirección elaboró un plan de modernización de las instalaciones del sanatorio. “Tuvimos una charla con Eduardo Eurnekian, le presentamos el masterplan y nos alentó a llevarlo adelante con una donación muy significativa. Empezamos con la etapa 1: la construcción de nuevos consultorios externos y la modernización del área de instalaciones que estaba muy deteriorada. La sala de máquinas, caldera, sistema de agua, termomecánica…”, describe Camerlinckx.
La renovación de la Maternidad estaba relegada en el masterplan, ocupaba el noveno lugar. Sin embargo, a fines de 2024, las autoridades decidieron adelantar esa etapa y la presentaron como primera opción en la cena anual de recaudación de fondos. En menos de 6 meses lograron recaudar los 2,1 millones de dólares necesarios. En enero de 2025 comenzaron las obras, que ya son realidad.
“La maternidad es un don”
Las Hermanas de María de Schoenstatt son “dueñas” y responsables del Mater Dei. La Maternidad estuvo presente desde el origen del Sanatorio e impactó directamente en su nombre. Cuenta la hermana Teresa, Licenciada en Comunicación Social: “Buscábamos un nombre para el lugar y pensamos en un atributo de la Virgen. ¿Y cuál es el principal atributo de María? Fue tan privilegiada por ser madre de Dios… Entonces lo bautizamos Mater Dei, que quiere decir Madre de Dios en latín. Al principio hubo quienes pensaban que era un nombre en inglés que, mal pronunciado, quería decir ‘Día de la Madre’. Así nos hicimos fama de maternidad, cuando somos un sanatorio con todas las especialidades».
La hermana Rafaela conoce todos los secretos del primer piso de Mater Dei. Es una pieza clave en el área de Maternidad. “Tenemos un compromiso con la vida y estamos al servicio de la dignidad humana -asegura-. La una maternidad es un don. El hijo es un don, no una necesidad ni un derecho. Lo que hacemos por la maternidad es una opción clara por defender, alentar y nutrir la sed de la Humanidad de colaborar con Dios en la continuidad de su amor, que se expresa en cada ser humano. A través de este compromiso con el servicio materno infantil, estamos recibiendo la presencia de Dios en la vida de quienes eligen ser madres. No cuestionamos, no nos piden consejos, pero podemos dar testimonio de que la vida llega y es recibida”.