EL CALAFATE.- La montaña de cajas y papeles que se encontraron en la exsede de Austral Construcciones, la empresa que fue insignia del auge y caída del empresario kirchnerista Lázaro Báez, demuestra que allí funcionaban todas las compañías satélites del grupo, algunas de las cuales, según se probó en la Causa Vialidad, fueron utilizadas para simular licitaciones.
Esta semana, cerca de 200 funcionarios y operarios de la provincia comenzaron a limpiar el predio de 16 hectáreas. “Parece Kosovo”, detalló un testigo a LA NACION. Mientras mucha de la documentación estaba mezclada y semidestruida, otra aún mantiene el orden de otros tiempos. Arqueología de un pasado no muy lejano.

Entre tanta documentación hay carpetas de la UTE conformada por Austral Construcciones Gotti, y ACSA y Biancalani. Se presentaba juntas o separadas en varias de las licitaciones. Todas pertenecían a Báez. Gotti, fue utilizada por Báez para dar los pasos iniciales en la obra pública. Al final de los ‘90, la constructora contaba con acreencias con el estado de Santa Cruz que no lograba cobrar, por lo cual le cedió a la financiera Invernes todos sus derechos de cobro de certificados de obra pública. Báez ingresó a la empresa como gerente y con la transferencia de los fondos en marcha, Báez fundó Austral Construcciones SA. Desde entonces, las operaciones de Gotti quedaron en manos de Báez. Con los años también adquirió Biancalani.

Las cajas azules con miles y miles de archivos se reparten por doquier. Algunas llevan el rótulo de Kank y Costilla, la empresa que Báez se apropió e el 2007, cuando la voraz actividad en la obra pública ya estaba en marcha. El 95% de acciones las adquirió a nombre de Austral y el 5%, a su nombre. Allí nombró director a su hijo Martín Báez, quien también formó parte del directorio de Austral y lo designó presidente en la empresa Loscalzo y Del Curto Construcciones SRL. Varias maquinás de gran porte tenían pintado en aerosol las letras KyC, en referencia a la constructora.

También apareció un Certificado de obra emitido por la Dirección Nacional de Vialidad a favor de Austral Construcciones por $ 9.859.096,50 correspondiente a obras en la Ruta Nacional 288 en el tramo Estancia La Julia-Tres Lagos, de 2012. Ese certificado de obra encontrado al azar, en valores actualizados aplicando la Inflación en Argentina (2012 – 2025), equivalen a $3.719.583.820. La obra nunca se terminó.

En otras cajas de archivo se puede reconstruir la historia del Club Boca de Río Gallegos, cuya nueva sede fue construida y donada al club por Báez e inaugurada por Cristina Kirchner en 2011. Hasta que los Báez llegaron a Boca, era apenas un tradicional club de barrio. En la foto se observan facturas de como el Club Boca compraba materiales y realizaba pagos a Austral Construcciones y a Loscalzo y Del Curto. Es decir Báez contrataba y compraba a sus propias empresas. Durante la inauguración, Martín Báez, había asegurado que la donación de la sede “es una de las tantas formas en que nuestra familia demuestra agradecimiento, por lo que ha devuelto al medio al que le brinda trabajo, solidaridad y lealtad”.

Entre 2006 y 2008 hubo por lo menos quince obras de remediación ambiental otorgadas e forma directa a la empresa Austral Construcciones, a las que los fiscales de la causa Vialidad se refirieron como “la caja clandestina de Lázaro Báez que nunca se controló”. Se las consideró “una farsa, un sistema simulado”. Se presupuestaron obras y equipos, y plazos de trabajo que eran “irrealizables” -en esos tiempos y con esa maquinaria-, pero todos los cuales fueron certificados y abonados. Al igual que las redeterminaciones de precios que se aplicaban a las obras que ya tenían sobreprecios.

En las cajas azules y carpetas se observa el nombre de Epelco, una de las constructoras más desconocidas de Báez, domiciliada en Libertad 141 de Río Gallegos, fue a través de la cal compró la casa que los Kirchner habían adquirido en 2003 a poco de llegar a la presidencia. La vivienda era de la familia Gotti y los Kirchner la deshabitaron en 2008, cuando se hicieron frecuentes las protestas sociales frente a la casa vacía. Ese año Báez la compró.

Los tentáculos de la obra pública llegaron hasta Formosa, las hojas anilladas muestran el proyecto técnico del hospital Dr Pedro Insfrán, en la localidad de Laguna Blanca de esa provincia. La licitación para el hospital fue adjudicada a una unión transitoria de empresas (UTE) formada por Austral Construcciones S.A. y Creaurban S.A. Con el tiempo la UTE cedió el contrato a Mateo-Covasa SRL, lo cual fue aprobado por el gobierno de Formosa.

Los biblioratos enuncian en sus lomos información sobre obras en las 3 y la 40, las dos rutas nacionales donde se centraron la principales obras de Báez en Santa Cruz entre 2003 a 2015, en esos años, Santa Cruz fue la provincia más beneficiada por la obra pública vial y el 80% de las obras se otorgaron a las empresas constructoras de Lázaro Báez. Detrás de estas obras se montó una trama de corrupción que condenó a prisión a nueve procesados. El perjuicio que le provocó la maniobra a la Administración Pública Nacional, según el voto de del juez Mariano Borinsky, fue de 84.000 millones de pesos.
Una maquinaria que luce en mal estado dentro del predio, embargada en el marco de causas judiciales de otras empresas vinculadas a Báez. Muestra el letrero con el que se identificó durante el gobierno de Mauricio Macri a bienes muebles e inmuebles sospechados de ser fruto de la corrupción. Ahora quedará bajo custodia.
