Argentina y EE.UU., alianza para el conocimiento

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Estados Unidos es un mercado estratégico para la Argentina y para toda América Latina. No sólo concentra a las principales compañías tecnológicas y de servicios del mundo, sino que, además, se ha convertido en un socio natural para impulsar la innovación, la cooperación y el desarrollo de la economía del conocimiento. En un contexto global donde la inteligencia artificial está redefiniendo el trabajo, la industria y la competitividad, la complementariedad entre el ecosistema norteamericano y el talento argentino adquiere una relevancia inédita.

Esa visión se materializó días atrás, cuando junto a un grupo de líderes de empresas argentinas participamos de una misión institucional a Nueva York y Washington. Formaron parte compañías como Accenture, Globant, EY, Baufest, PwC e INVAP. Mantuvimos reuniones en el Council of the Americas, el Center for Global Enterprise, la Universidad de Georgetown, el BID y la Embajada Argentina. Más allá de la agenda, todas estas instancias compartieron un mismo propósito: identificar nuevas oportunidades de colaboración, inversión y expansión internacional del talento y la industria argentina.

El potencial de la economía del conocimiento es mucho más amplio de lo que suele percibirse. No se trata solo de software o servicios digitales: abarca biotecnología, servicios audiovisuales, nanotecnología, industria aeroespacial, servicios geológicos, inteligencia artificial y todas las actividades que utilizan información, creatividad y saber especializado para generar valor. Es una economía basada en capacidades y no en recursos naturales; en talento más que en materias primas.

América Latina tiene ventajas competitivas únicas: talento altamente flexible, adaptabilidad ante escenarios de cambio y una enorme capacidad para innovar en condiciones adversas. Para las empresas tecnológicas de la región, la oportunidad es clara: posicionarse como socios globales en la transformación digital que atraviesa a todas las industrias. Y en la Argentina esa oportunidad ya está en marcha.

Según el último informe Argenconomics, las exportaciones argentinas de servicios basados en el conocimiento alcanzaron un récord histórico de $US 9700 millones entre julio de 2024 y junio de 2025, con un crecimiento interanual del 20,8% y una tasa que duplica el promedio mundial. El objetivo hacia adelante es ambicioso: triplicar esa cifra y llevar las exportaciones del sector a $US 30.000 millones, superando incluso al complejo sojero.

Este dinamismo explica el creciente interés de compañías como OpenAI, Amazon, JP Morgan o Glencore, entre muchas otras, en explorar las capacidades de talento, investigación y desarrollo que ofrece el país. En un mercado global donde las empresas compiten por ingeniería, creatividad y conocimiento aplicado, la Argentina aparece hoy como un actor confiable, competitivo y con potencial para escalar.

El conocimiento se ha convertido en la nueva moneda del comercio global. Esta industria no sólo genera divisas: posiciona a la Argentina como exportador de talento, innovación y soluciones de impacto para sectores de alto valor estratégico. La inteligencia artificial, las alianzas internacionales y la gestión del conocimiento marcan hoy los ejes del liderazgo digital en el mundo.

Triplicar nuestro nivel de exportaciones requiere profundizar la complementación con el mercado norteamericano, especialmente promoviendo que empresas globales integren en la Argentina parte de su back office tecnológico y profesional. Nuestro país combina fortalezas de talento, formación, estabilidad institucional y afinidad cultural que lo convierten en un destino atractivo para inversiones de largo plazo en la economía del conocimiento.

La construcción de confianza es tan importante como la innovación tecnológica. La ética profesional, la predictibilidad y las relaciones sostenidas en el tiempo son los pilares sobre los que se elige un destino para desarrollar proyectos globales de alto impacto. Estados Unidos mira hoy a la Argentina con optimismo. No sólo por la calidad de su talento, sino también por la madurez de su ecosistema y su compromiso con la innovación responsable.

El desafío -y la oportunidad- es transformar ese reconocimiento en liderazgo. En los próximos años, las empresas que integren inteligencia artificial, cultura organizacional y conocimiento aplicado serán las que definan la economía del futuro. Argentina y la región tienen una ventana histórica para convertir su talento en una ventaja global sostenible. Aprovecharla ser clave para construir una nueva etapa de desarrollo.

Presidente de Argencon

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