Más detalles se revelan por el asesinato de Alexander Valverde Laines, quien fue encontrado en la maletera de su auto en una calle de Breña. Esta vez, Katherine Bello Serrano, quien es sindicada como la cuñada y cómplice de Keillys Aguilera Meneses, declaró a las autoridades y confesó que el crimen se planeó desde hace dos meses.
Según documentos difundidos por América Noticias, ambas mujeres coincidieron en el diseño de la muerte de sus esposos, debido a que buscaban asesinar a ambos hermanos.
Bello Serrano relató que idearon diversos planes para deshacerse de los cuerpos, como quemarlos, disolverlos en ácido o enterrarlos, siempre buscando maneras de no dejar rastros.

“Yo le decía a Keillys que tenía que ser juntos, porque si lo hacíamos por separado, luego no podríamos hacerlo con el otro. Keillys lo pensaba en otra forma: quemarlo con ácido. Siempre había coordinación entre ambas a fin de quitar la vida a nuestros esposos” manifestó la investigada.
Un crimen planeado
El testimonio señala que el plan contemplaba darles una sustancia ilícita tanto a Alexander Valverde como a Rommel Valverde Laynez, llevarlos en automóvil a un lugar aislado y asfixiarlos o emplear otros métodos. E incluso no descartaron enterrarlos.
Keillys Aguilera señaló que la idea de un principio fue de su cuñada por las presuntas agresiones que eran víctimas. Es así como durante la ejecución del crimen, las dos mujeres actuaron en conjunto, aunque sus versiones difieren en detalles decisivos sobre quién asfixió a Alexander.
“Keillys tomó una bolsa amarilla y la coloca en su cabeza. Mi cuñado intenta moverse. Seguidamente, vi que ella tomó otra bolsa transparente que estaba en la habitación y también la colocó en la cabeza. No estoy segura si había una soga o era la bolsa que amarró en el cuello de Alexander”, relató la acusada.
Tras salir del cuarto y habiendo fracasado en su intento de asesinar también a Rommel Valverde, concentraron sus esfuerzos en deshacerse del cuerpo de Alexander.
La estrategia para evitar sospechas incluyó esperar largas horas en la casa familiar, rodeadas de suegros y niños, hasta encontrar el momento para sacar el cadáver. Según el informe de América Noticias, Aguilera presionó a su cómplice para enfrentar el olor del cuerpo.
“Me pide que sea fuerte y que me tapara la boca porque si no, no iba a aguantar el olor que era fuerte”, recordó Bello Serrano en su testimonio ante las autoridades.

El cuerpo fue arrastrado hasta la entrada de la vivienda, donde permanecieron más de media hora aguardando una oportunidad para salir. Finalmente, colocaron el cadáver en la maletera del vehículo, el cual fue abandonado por Aguilera a varias cuadras del domicilio, en las inmediaciones del Jirón Huaraz.
“Yo le dije que por qué lo había llevado a ese lugar, ya que teníamos que botarlo en otro lugar o quemarlo, enterrarlo. No se concretó lo que teníamos pensado. Por ello, el cadáver se quedó en Jirón Huaraz”, afirmó la implicada.

Días después, los vecinos alertaron a la PNP por fuertes olores en la zona, por lo que la PNP acudió al lugar y halló el cadáver. Mientras tanto, Bello Serrano retiró 3.000 soles del banco y emprendió su fuga.
