En las redes sociales en Perú, el nombre de Mario Irivarren ha inspirado numerosos memes en los últimos días luego de que él admitiera que quiso llamar a su expareja Vania Bludau para “cerrar ciclos”.
Cuando una relación amorosa llega a su fin, es común que uno o ambos integrantes sientan la necesidad de cerrar ciclos para afrontar una ruptura amorosa. Esta expresión, tan escuchada, se refiere al proceso emocional de soltar, comprender y dar por terminado ese vínculo que alguna vez fue significativo. Sin embargo, muchas personas creen que cerrar ciclos implica necesariamente reencontrarse con la ex pareja, tener una conversación pendiente, repasar lo vivido o buscar algún tipo de conclusión mutua.
Pero la realidad es que cerrar ciclos no requiere necesariamente volver a ver a esa persona ni abrir antiguas heridas. Cerrar un ciclo puede y debe ser un proceso personal, introspectivo, donde lo más importante no es lo que el otro diga o haga, sino lo que uno mismo decide elaborar, comprender y transformar.
7 pasos para cerrar ciclos con tu expareja
1. Aceptar la pérdida: el primer paso para cerrar un ciclo es aceptar que la relación terminó. No es fácil, pero es fundamental. Resistirse a la realidad solo prolonga el dolor. Aceptar no significa resignarse, sino entender que hay un antes y un después, y que ahora toca avanzar.
2. Romper el contacto: evitar la tentación de escribir, llamar o revisar sus redes sociales es crucial. El contacto constante impide que la herida sane. Borrar el número, dejar de seguir a la persona o silenciarla en redes puede parecer radical, pero es un acto de autocuidado.
3. Analizar la relación: tomarte un tiempo para reflexionar sobre lo que funcionó y lo que no, sin idealizar a tu ex ni castigarte, te ayudará a crecer emocionalmente. Esta mirada objetiva es clave para no repetir patrones en futuras relaciones.
4. Perdonar: perdonar no es justificar, sino liberar. Perdonarte a ti mismo y perdonar a tu ex (sin necesidad de decírselo) es una forma de soltar la carga emocional. El rencor te ata al pasado; el perdón te libera.
5. Buscar apoyo: hablar con amigos, acudir a terapia o compartir tu proceso con personas de confianza puede ayudarte a ordenar tus emociones. No estás solo ni tienes que cargar con todo sin ayuda.
6. Reinventar tu vida: recuperar tus intereses, establecer nuevas rutinas o retomar actividades que habías dejado de lado fortalece tu identidad personal. Es el momento ideal para redescubrir quién eres sin esa relación.
7. Cerrar la puerta al pasado: este paso es simbólico pero poderoso: escribir una carta que no enviarás, eliminar recuerdos que te hacen daño o simplemente hacer una pausa de consciencia para decirte “esto ya terminó”. Marcar ese cierre ayuda a dar espacio a lo nuevo.
¿Por qué es importante cerrar ciclos con tu ex pareja?
Cerrar ciclos no es solo olvidar o dejar ir, es un proceso emocional necesario para sanar. Cuando una relación termina, quedan emociones, pensamientos y expectativas sin resolver. Si no se hace un trabajo consciente para cerrar ese capítulo, esas cargas pueden trasladarse, de manera inconsciente, a nuevas relaciones.
Una persona que no ha cerrado su ciclo con su ex puede comparar constantemente a su nueva pareja, mantener esperanzas de reconciliación o sabotear vínculos futuros por miedo a repetir el dolor. Además, puede quedarse atrapada en la culpa, el rencor o la nostalgia, dificultando su bienestar emocional.
Cerrar un ciclo permite hacer espacio interno para nuevas experiencias, nuevas relaciones y, sobre todo, para una conexión más sana contigo mismo. No se trata de borrar el pasado, sino de integrarlo y dejar que ocupe su lugar sin invadir tu presente.
¿Cerrar ciclos o una excusa para un reencuentro sexual?
En ocasiones, el deseo de cerrar ciclos con una ex pareja puede convertirse en una excusa emocional para justificar un reencuentro sexual. Bajo la idea de obtener claridad o despedirse bien, algunas personas buscan retomar la intimidad física como una forma de revivir lo perdido, aunque sea momentáneamente.
Sin embargo, este tipo de encuentros rara vez aporta verdadero cierre emocional y, por el contrario, puede reabrir heridas, confundir los sentimientos y dificultar el proceso de sanación. Es importante distinguir entre una necesidad real de cerrar un ciclo y una justificación impulsada por el deseo o la nostalgia.