La trayectoria de Fito Páez trasciende la música. Reconocido por su influencia en el rock argentino, el artista ha llevado su universo creativo también a la literatura, donde explora formas de expresión más allá del pentagrama. Lo ha hecho en varias ocasiones: desde las novelas La puta diabla y Los días de Kirchner, hasta su Diario de viaje o sus Memorias. Pero ahora da un paso más y explora el terreno de la poesía, lo que suma nuevas capas a una obra marcada por la búsqueda artística permanente.
En El hombre del torso desnudo, Fito Páez se presenta ante el desafío de transformar el silencio en música hecha solo de palabras. El libro despliega una voz íntima que enfrenta la escritura con la misma intensidad que caracteriza su carrera musical. Sin las melodías para sostenerlo, el autor invita a descubrir qué ocurre cuando la narrativa se apoya únicamente en el lenguaje poético.
Al abordar poemas como “La alfombra verde”, por ejemplo, confronta la tentación de dejarse llevar por lo autobiográfico y el verso libre, abriendo paso a una reflexión sobre la identidad, la voz interior y los límites de la poesía frente a la experiencia personal. Ayer presentó el libro en la librería Naesqui, repleto de amigos, escritores, editores, artistas y periodistas. A continuación, tres poemas de Fito Páez ilustran este cruce entre música y literatura.
LOS DUELISTAS
Para él era una forma de vida
Llevaba agua para su redil sin medir consecuencias
Tenía que ganar, viajaba solo
«Solo quiero la parte más grande del pastel», pensaba
Ser así fue su fortaleza
Para mí también era una forma de vida
Ofrecía mi corazón sin medir consecuencias
Nadie ganaba, viajaba acompañado
«Solo quiero vivir el universo, sentir el amor», pensaba
Ser así fue mi fortaleza
Llegó la mañana del duelo
No había padrinos ni testigos
La bruma
La montaña
El amanecer
Él empuñó el arma, levantó su brazo y disparó
Sonreí
El plomo atravesó mi pecho
Un hilo de sangre
Seguí de pie
El mismo proyectil
Se hundió en el medio de la frente del duelista
Aquel hombre desconocido me devolvió una sonrisa
Un rulo le tapó los anteojos manchados de sangre
Igual que dos gotas de agua del mismo rocío
Entre la bruma montañosa del amanecer
Caímos muertos en el campo de honor
TAJO FONTANA
Para Romina Richi
Las nenas de Rosario andan por ahí
Abriendo sus piernas
De 12 a 14
Mal horario para los hombres
Que sueñan con la cárcel a deshoras
Las nenas de Rosario son flores que se abren
Sus perfumes nos vuelven pecadores
Las chicas de Rosario nunca te dejan solo en el Berlín
Porque prefieren perder su reino por un caballo
Las chicas de Rosario
Se cuelgan del monumento
Siempre te piden un beso de lengua
Se meten en la cama con vos y te quieren por un rato
Al otro día se despiertan temprano
Piden té con leche, jugo de naranja
Y un carlito en el room service
Había un hombre, Lucio Fontana, corazón
Que tajeaba las telas
Y al mundo se le abría una aventura
Dicen que era el viento en sus manos, corazón
El que abría el himen de las nenas de Rosario
CARTA ARGENTINA
No me gusta la barbarie política dislocada
Para eso tenemos a los artistas
Para dislocar (¿los tenemos?)
Así proponer nuevas perspectivas de pensamiento
Que forjen sentimientos comunitarios
Que unan
Que arrimen sentido de pertenencia y disparate
Macro- y microcosmos
¿Qué significa el progresismo evangelizador argentino
Asustado, queriendo reparar lo irreparable
A último momento con tandas publicitarias?
No me gustan los especuladores
El empresariado en su orgía de codicia
Ante la posibilidad de llevárselo todo nuevamente
No me gustan las mafias empresariales ni sindicales
No me gusta su complicidad en bambalinas
Nunca cediendo nada en una mesa de negociación
Los hace sentirse débiles, impotentes
Lo son
¿Por qué la vida política argentina
No generó una brutal autocrítica
Y no creó una descendencia erudita y canchera?
No me gustan los intelectuales dando cátedra
Alertando los peligros de la derecha en motosierra
Un minuto antes de que termine el partido
No me gusta el fascismo
Crío hijos, pago mis impuestos
Soy un artista construyendo una poética universal
Desde la República Argentina
Confío en una parte de la tribu inteligente
Sensible a la solidaridad y al amor
No existe el voto calificado
El voto es el voto
La renovación cada cuatro años
Basta de seguir engañándose
La democracia es un bien muy preciado
Conseguido después de mucho dolor, que se pelea día a día
En cada canción, cante quien cante
¿Que las democracias también se disfrazan de dictaduras?
¡Por supuesto!
Nadie se chupa el dedo en este cambalache
Harto de los salvadores de la patria
De mesianismos huecos
De corsarios disfrazados de economistas
Nosotros, las personas de a pie
Estamos obligadas a construir un espacio noble
Poniendo en su lugar a los obsesionados
Por la acumulación de riquezas
Víctimas de sus traumas personales
¿Qué culpa tenemos si tu papá y tu mamá no te quisieron?
Meterle palo duro a todo el mundo
Que no piensa como vos te transforma en un monstruo
Si lo único que te interesa es el dinero
Hay algo que anda mal en tu vida
Tenemos más intereses
No somos todos cooptables ni idiotas
El piano tiene muchas notas
Ustedes tocan solo una, el dinero
Necesitamos políticos, empresarios y sindicalistas honestos
Con sensibilidad social
Atentos a los ruidos del hambre
De la economía, de la flora y de la fauna
Que anhelen el bien común con sana obsesión
Dispuestos a negociar, no a tener razón
La libertad, la de verdad, es silenciosa
No hace espamento
Se llama Ortiz de Borges García Lamborghini
Favio Urdapilleta Walsh Spinetta Forero Fogwill
Rodríguez González Lugones Sosa
Ayala Mora López Berkins
Todo tiene muchos apellidos en nuestras tierras
Los otros conceptos de libertad son recienvenidos
No se puede refundar todos los días una nación
Menos el concepto de libertad
Sueño vano de delirantes trasnochados
¡Basta de borracheras de poder!
¡Iluminémonos!
Será solo desatormentándonos
Sin líderes brutos ni logias endemoniadas
Que logremos, tal vez, una vida más plena y digna
La acción debe ser inteligente
Crear nuevas estructuras
Con estas que conocemos vamos a vivir detenidos
En un limbo conservador, aburrido
Tristemente tolerante
Polémicamente inclusivo y asesino
No puede ser que la Argentina sea la máquina más perfecta
De producir pobres en el mundo
Vi pasar a muchos
Con botas, Ferraris, Rivotril y mocasines
Aquí de pie, a mis sesenta y dos
El amor por delante
La curiosidad de un futuro mejor a su lado
Nunca me gustó que me den consejos
No voy a darlos ahora ni nunca
Cualquier duda, escuchen los discos
Vean las películas y lean los libros, son un montón
Ahorren tiempo, trolls:
«Yo ya no pertenezco a ningún ismo»
Abre, 1999
Muchos de ustedes ni siquiera habían nacido
Háganme caso
Búsquense un trabajo honesto
Entren al juego de la oferta y la demanda
A la necedad general, esta última línea:
No se consideren enemigos