AHMEDABAD, India.– Decenas de estudiantes de medicina en el estado occidental indio de Gujarat almorzaban este jueves en el comedor universitario del BJ Medical College cuando el avión de pasajeros de Air India que transportaba a 242 personas a Londres se estrelló contra el edificio.
“El accidente ocurrió durante la hora del almuerzo, por lo que los estudiantes de medicina estaban en el comedor al momento de la tragedia. Oramos por todas las almas perdidas y por quienes están en tratamiento”, dijo el doctor Dhruv Chauhan, vocero nacional de la Asociación Médica India (JDN).
“Estoy conmocionado. Imaginen a 50 o 60 jóvenes estudiantes de medicina, llenos de sueños, estudiando para curar a otros… desaparecidos en un instante porque un avión se estrelló contra su residencia”, agregó. “No eran solo estudiantes: eran futuros salvavidas. Me parte el corazón”, añadió.
Tras el desastre, se pudo ver la cola desgarrada del avión siniestrado sobresaliendo del edificio y otros restos esparcidos que ardían por la zona.
Un número aún no establecido de estudiantes y otras víctimas en tierra murieron en el accidente, según informó Minakshi Parikh, decana de la Facultad de Medicina B.J., cuyo campus se encuentra cerca del final de la pista del aeropuerto.
En total, se estima que más de 260 personas fallecieron entre pasajeros, tripulantes y víctimas en tierra, declaró G.S. Malik, comisario de policía de Ahmedabad, en una entrevista.
Esto convierte al accidente en el desastre aéreo más mortífero de la India desde 1996.
Las imágenes de video muestran el avión mientras descendía, casi como si estuviera planeando, y luego del impacto y el estallido, se ve una bola de fuego que se eleva sobre el lugar.
El doctor Bharat Ahir, quien llegó al lugar poco después del accidente, dijo haber visto a los rescatistas sacando a la gente de entre el denso humo.
Los videos y fotografías del comedor dañado muestran que las comidas de muchos de los estudiantes habían quedado en los platos, sin terminar.
Ahir dijo que temía que las víctimas en el complejo residencial cercano, un monobloque de varios pisos donde viven médicos y sus familias, pudieran superar en número a las del comedor.
“La parte trasera del avión quedó atascada en el comedor mientras que la parte delantera impactó contra el edificio residencial”, dijo.
Las imágenes provenientes del lugar muestran la maraña ennegrecida de los restos de la nave. El Boeing 787-Dreamliner parecía haberse roto en grandes pedazos, con un ala tirada en la calle.
Por la tarde se podía ver a los bomberos rociando edificios quemados y árboles cubiertos de hollín y agrietados mientras caminaban con cuidado entre los escombros.
De entre los restos del aparato y de los edificios calcinados contra los que chocó el avión se extrajeron multitud de cuerpos descuartizados.
A lo largo del día se vio reflejada la incertidumbre sobre el destino de los estudiantes y médicos especialistas que viven en los edificios de la zona.
Keyur Prajapathi, de 27 años y recién graduado, reconstruyó la angustia que él y sus compañeros experimentaron: “Oímos un rugido y vimos una nube de humo elevándose hacia el cielo. Unos momentos después, todos nuestros celulares comenzaron a sonar. La explosión dañó gravemente cuatro edificios del campus, incluyendo el comedor, donde varios cientos de nuestros compañeros estaban almorzando en ese momento. Nos encontramos rodeados de escombros y llamas. Pero reaccionamos y trasladamos a los heridos al hospital lo más rápido posible, a pesar de la confusión y el miedo”.
En un hospital cercano, el personal médico corría por las salas concurridas con camillas y sillas de ruedas vacías, según mostró un video verificado. Multitudes de personas se arremolinaban.
Afuera, un grupo de hombres caminaba por las calles con una camilla que transportaba a un herido. Ambulancias tras ambulancia pasaban.
Víctimas del avión
Simultáneamente con las historias de las víctimas en tierra, se contaban los nombres e historias de quienes perdieron la vida en el avión, o de quienes estuvieron muy cerca del lugar del accidente, además del único sobreviviente.
La pasajera Ranjiitha Gapakumaran, una enfermera de 42 años, originaria de Kerala, que llevaba un año trabajando en el Reino Unido, se encuentra entre quienes viajaban en el vuelo hacia el Reino Unido.
Había regresado a la India para ver a su esposo, a sus dos hijas, ambas en edad escolar, y a su anciana madre. Pero también para supervisar el progreso de las obras de su nueva casa. Ranjiitha, que había salido de Kochi el día anterior en tren, regresaba a Londres; pero soñaba con regresar pronto a Kerala y trabajar en el servicio de salud.
Otra mujer india que vive en Londres con su esposo, Bhoomi Chauhan, tuvo más suerte; perdió su vuelo debido al tráfico: “Todavía estoy temblando después de enterarme de lo sucedido. Una mano divina me salvó”, declaró al reportero de Republic TV.
Agencias AFP y Reuters