Durante una sesión de la Comisión del Plan de Desarrollo del Concejo de Bogotá se aprobó en primer debate el Proyecto de Acuerdo 437 de 2025, que busca designar y establecer el nombre de la primera calle indígena en la capital colombiana. La iniciativa tiene como objetivo principal promover el reconocimiento y la visibilidad de las comunidades indígenas en el espacio público, marcando un hito simbólico y político en la historia de la ciudad.
El proyecto, liderado por el concejal Taita Óscar Bastidas Jacanamijoy, fue respaldado por los concejales ponentes Humberto Amín y María Victoria Vargas, que presentaron ponencias positivas sobre la propuesta. Bastidas expresó su agradecimiento por el apoyo recibido, destacando que esta medida dignifica la presencia de los pueblos indígenas en el territorio urbano y reconoce su aporte cultural, social y espiritual a Bogotá.
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La creación de la calle indígena busca honrar a las comunidades indígenas que habitan en la ciudad, resaltando su papel en la construcción de una capital pluriétnica, multicultural e intercultural. Este acto simbólico pretende fomentar la inclusión, la reparación histórica y el respeto por la cosmovisión indígena, elementos que se consideran esenciales para fortalecer el tejido social de la ciudad.
El proyecto también establece que la designación del nombre de la calle será un proceso participativo, en el que se involucrará a las autoridades de los pueblos indígenas reconocidas, así como a expertos en historia y patrimonio cultural. Según el acuerdo, la ubicación de la vía será determinada en concertación con las comunidades indígenas y las entidades distritales competentes, garantizando un enfoque inclusivo y respetuoso.
El proyecto detalla que como parte de la implementación de la iniciativa, se llevará a cabo un trabajo de caracterización cultural y social sobre la comunidad indígena y el significado del nombre que se elija para la calle. La información será compartida con la ciudadanía mediante una placa conmemorativa que se instalará en el lugar designado. Además, se realizará un diagnóstico de la infraestructura actual para verificar su idoneidad y garantizar las adecuaciones necesarias.
El acuerdo también contempla la señalización y el mantenimiento de la calle, asegurando la conservación de su significado cultural y simbólico. Asimismo, se prevé la realización de actividades de divulgación y sensibilización dirigidas a la ciudadanía, con el propósito de fomentar el respeto y el conocimiento sobre las culturas indígenas y su importancia en la historia y el presente de Bogotá.
Entre los considerandos del proyecto, se destaca que la diversidad cultural y étnica de Colombia es un patrimonio invaluable, y que Bogotá, como territorio multiétnico y pluricultural, debe garantizar espacios para la visibilización y el reconocimiento de las comunidades indígenas. Según el cabildante, la presencia de nombres indígenas en el espacio público refuerza el sentido de pertenencia, inclusión y respeto hacia estas comunidades, contribuyendo a la cohesión social y al reconocimiento de la diversidad.
El proyecto también subraya que designar la primera calle indígena en Bogotá constituye un acto simbólico de gran relevancia para la reparación histórica y la inclusión de las comunidades indígenas en el tejido social de la ciudad. El gesto busca garantizar que los miles de ciudadanos indígenas que residen en la capital se sientan representados, respetados y valorados.
En cumplimiento de la Ley 21 de 1991, que adopta el Convenio 169 de 1989 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre Pueblos Indígenas y Tribales, el proceso de designación del nombre de la calle se llevará a cabo bajo los principios de respeto, inclusión y participación. Este enfoque busca asegurar que las decisiones relacionadas con el proyecto reflejen las necesidades y perspectivas de las comunidades indígenas.