Asif Kapadia: “Soy periodista de investigación, artista y hombre de negocios, todo al mismo tiempo”

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“Unas 200 veces”, responde Asif Kapadia cuando se le pregunta por el número de menciones que han hecho de Diego Maradona desde que llegó a Buenos Aires, esta vez para formar parte del FIC.UBA 2025 y en ese contexto, recibir el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires. “Es el jugador más dramático de todos los tiempos y, para mí, el mejor de la historia”, dice en diálogo con Infobae Cultura a propósito de uno de sus más famosos personajes-objetos de estudio y realización, plasmado en un extraordinario documental titulado simple e inevitablemente Maradona (2019).

El adjetivo utilizado para el ídolo argentino (“dramático”) define una de las cualidades del estilo narrativo de Kapadia, nacido en Londres en el seno de una familia trabajadora de origen indio y convertido en una referencia mundial del cine documental. Algo similar a lo que sucedió con otras dos de sus celebradas películas: Senna (2010), dedicada al piloto brasileño de Fórmula 1 muerto en la pista; y Amy (2015), sobre la vida, pasión y muerte de la cantante inglesa Amy Winehouse. La exploración de ídolos caídos, realidades distorsionadas y límites del documental ha sido una constante en su obra. “Lo principal es tratar de encontrar la verdad”, define en un momento de esta entrevista.

Cada una de estas tres películas documentales -a la que habría que sumar la que realizó sobre el tenista Roger Federer, aunque se sabe que el perfil público del deportista suizo dista de cualquire referencia al “drama”- permiten al espectador un acercamiento único a una imagen más humana de personajes que con semejante fama parecen inalcanzables y que, en los casos de Senna y Maradona, generan una devoción de santos populares. Su capacidad para abordar sujetos célebres, sin caer en la idealización y la sensibilidad para mostrar la dimensión humana de los protagonistas, han aportado una renovación fundamental al género documental.

El director británico destaca la búsqueda de la verdad en sus documentales sobre Maradona, Senna y Amy Winehouse

“Mi estilo, principalmente, se trata de confianza: la gente tiene que confiar en mí. No tengo una cámara, solo tengo un micrófono. Hago investigación y edición. Soy como un periodista, un reportero de investigación, un artista y un hombre de negocios. Todo al mismo tiempo”, define con una sonrisa en el bar del hotel donde se hospeda en Buenos Aires.

—¿Cuál es tu método de trabajo?

—Cada película, normalmente, toma de tres a cinco años. Es mucho tiempo y es muy diferente a cuando trabajas en televisión, que haces algo rápido. Así que, si hay alguien importante y no puedes conseguirlo, dices: “Bueno, no tenemos tiempo.” Yo no hago eso. Cuando quise hacer una película sobre Maradona, tuve que hablar con Claudia. Y si Claudia dijo: “No”, yo le respondí: “No voy a ir a ningún lado. Cuando estés lista, vendré. Si es un año, dos años, tres años. Cuando estés lista, vendré”. Y así es como normalmente funciona. Todo el proceso es muy orgánico, porque lo principal es tratar de encontrar la verdad.

5 de julio de 1984: Diego Armando Maradona durante su presentación como nuevo fichaje en Nápoles (Foto: EFE/EPA/ANSA/archivo)

—Con Maradona no habrá sido fácil.

—En este caso, Diego estaba en Dubái, así que también me reuní con él. Ahora, lo clásico con Diego es que le hice una pregunta, él me dio una respuesta. Pero no creí que fuera la verdad. (risas) ¿Entonces qué hice? Él era la persona real y esta era su respuesta, pero toda mi investigación y mis pruebas decían que había otra respuesta. Así que tuve este desafío de decir: “Voy a tratar de mostrar al verdadero Diego y al verdadero Maradona en una sola película”.

Realicé una especie de maestría en Diego Maradona, y en un idioma que no hablo. Fue doblemente complicado, pero esto es lo que amo y lo más emocionante. Recuerdo haber leído un libro sobre él cuando yo era estudiante. Siempre tuve este pensamiento: “Si pudiera hacer una película sobre un futbolista, el mejor sería Diego, porque su historia es como un drama”.

Sabía que sería una película difícil, porque habría muchos problemas. Había muchas cosas de las que no le gustaba hablar y además, las otras personas le tenían miedo. Así que para mí, fue un gran desafío porque todos decían: “¿Diego dijo que sí?” Yo respondía: “Sí”. Estaban sorprendidos, porque normalmente él le decía que no a todos. Pero Diego era un gran fan de Senna y de mi película sobre Senna, así que estaba muy feliz… Lo mismo cuando Amy ganó un Oscar, posteó en su página de Facebook: “La próxima próxima película de este tipo va a ser sobre mí”.

—Por lo que decís, se me ocurre un paralelo con una biografía y lo que se llama “biografía no autorizada”.

—¿Cuál estaba haciendo yo?

—La no autorizada, porque “la autorizada” no es la verdad.

—Sí. Creo que es un equilibrio realmente difícil. Diego tenía que estar involucrado, pero para eso había que tener un acuerdo con él y su abogado. Lo otro bueno fue que… Vivo en Londres, lejos. No vivo en Nápoles ni en Buenos Aires, así que fue realmente bueno estar lejos y simplemente hacer mi trabajo.

Asif Kapadia explica cómo utiliza material inédito y testimonios cercanos para construir retratos honestos de sus protagonistas

—La película de Kusturica sobre Maradona tiene una escena muy reveladora: lo llevó a Manu Chao a cantar a la puerta de la casa de Maradona. Él salió, lo vio, escuchó la canción, se emocionó un poco y luego… Se fue. Los dejó plantados

—Oh, Dios mío. Sí, por supuesto que Diego era muy difícil. Y Kusturica también. Creo que Diego en ese momento no estaba en un buen momento. Así que encuentro esa película un poco incómoda. Y además, es tanto sobre Maradona como sobre Kusturica. Un choque de egos. Mi estilo es diferente: no quiero estar en mi película. Es solo sobre el personaje, sobre la historia. Soy un observador.

—Entiendo que hacer el documental sobre Amy Winehouse habrá sido diferente: ella era popular en el Reino Unido, pero no tenía un aura de santidad como Senna y Maradona.

—Sí. Pienso en países como Argentina y Brasil, en la forma en que la gente tiene que convertirse en un ícono o un dios. El deporte es la droga de la nación. Así que si eres un piloto de Fórmula Uno en Brasil en los años 80, cuando el país está sufriendo económicamente y la gente no tiene nada bueno para vivir, entonces sos un héroe, todo el país te ama. Lo mismo con Maradona: 1986, después de la guerra, ya sabes, él aparece y es… Es dios.

Los británicos son muy diferentes. Cuando la gente es famosa, especialmente las mujeres, todos las atacan. Y en Inglaterra tenemos una cultura muy sensacionalista, que es particularmente desagradable, sobre todo con las mujeres. Fue muy interesante, porque hubo un momento en que pasamos de los periódicos al digital, así que ella fue la primera persona que si ponían una foto de ella en un sitio web viéndose muy bien, no había clics. Si ponían una foto de ella viéndose mal, había muchos clics. Así que Amy Winehouse fue como… El animal experimental para entender cómo funcionaba la tecnología de los periódicos digitales. En ese momento, tuvimos una gran batalla entre dos empresarios de medios millonarios: uno era Rupert Murdoch con The Sun, y el otro Robert Maxwell con The Mirror. Amy fue el daño colateral de esa guerra.

Amy Winehouse en su show de los premios Brit Awards, el 20 de febrero de 2008 (Foto: REUTERS/Alessia Pierdomenico/Archivo)

—Son muy impactantes las grabaciones caseras que ella, su novio, su gente más cercana grababan. Incluso cuando no se la veía muy bien.

—La mayor parte del material de esta película fue filmado por personas a su alrededor, en cámaras físicas, no en teléfonos. Esto fue antes del teléfono. En la primera toma de la película, su mejor amiga, la graba cantando es su cumpleaños con una cámara mini DV. Y Amy canta a la cámara, directamente al público.

Quería mostrar dónde va el poder en la historia Comienza con Lauren, su mejor amiga, a los 14 años. Luego, cuando tienen 16, 17, es Nick Szymanski, el primer mánager, quien la filma y ahí la ves coqueteando con él y con el público. Poco a poco la cámara se vuelve más violenta y así quería mostrar que en algún momento está su novio filmando mientras consumen drogas. El padre aparece con una cámara. Los paparazzi la golpean con la cámara. Usamos todo eso porque mi trabajo es un mosaico. Y cuando tienes un mosaico tienes pequeños trozos de vidrio que encuentras por todo el mundo, de diferentes colores. Hay que juntarlos. Luego te alejas y tienes un retrato.

Así que para mí, lo importante cuando haces un retrato de una persona que tuvo una vida muy difícil, es que tienes que mostrar cosas difíciles o si no, no es honesto. Así que teníamos este material y la gente nos lo daba porque querían que saliera la verdad. Al principio todos decían que no tenían nada pero eventualmente un día pensaban… Esto es lo realmente importante, todos estaban sufriendo cuando ella murió. Todos se sentían culpables. Muchas personas eran adictas ellas mismas. Entonces, la película se convirtió en una terapia, para lidiar con algo que les hacía sentir mal y culpables, y para seguir adelante con sus vidas.

Es cierto, algunas imágenes son horribles pero honestamente, según mi investigación, la historia real es mucho más oscura que cualquier cosa que pudiera poner en una película. Su vida fue horrible. Así que la película es solo una pequeña muestra de la realidad y algunas de las cosas que he visto. No puse todo. Ese es el trabajo del director: encontrar el equilibrio correcto para mostrar lo suficiente aunque el público se sienta mal. Esa es la idea.

—Por último, quisiera preguntar si el título de su última película no está equivocado ¿En lugar de 2073 no debería titularse 2025?

—Por supuesto, es ahora. Es ayer, es mañana. Está pasando ahora. Todo está pasando ahora. Me gustan las películas de género, ¿verdad? Así que Senna para mí fue mi película de acción. Amy es un musical: se trata de canciones. Así que me gusta la idea de decir, ok, haré una película de ciencia ficción. ¿Cómo hago para que la gente preste atención al presente? A veces en una novela, 1984, Un mundo feliz, la sitúas en el futuro, ya sabes. ¿Cómo comentas sobre el presente? Quería jugar con el género para fingir que todo esto es en un futuro cercano, y también para decirle al público “aún tienes tiempo para detenerlo”. Está pasando, pero va a empeorar a menos que hagamos algo, todos. Y realmente quería conectar los puntos entre diferentes países para decir que esto está pasando en todas partes. Eso es lo que aprendí de mi investigación. Todos piensan que solo les pasa a ellos. No te estás volviendo loco, todos sentimos esto. Todos estamos experimentando esto y nos sentimos impotentes. Pero no solo nos sentimos impotentes aquí o en Brasil, Estados Unidos, Francia, Ucrania, Palestina e India. Es en todas partes al mismo tiempo. Así que esto es realmente lo que quería investigar. Y la razón es la tecnología, cómo se manipula a la gente en cada país… No importa cuál sea tu idioma o tu cultura, ellos dicen “podemos dividirte en dos y hacer que pelees con el otro por algo que puede que ni siquiera sea real”. Steve Bannon lo dice en cámara: “Vamos a crear una revuelta en todo el mundo con cada líder populista”. Y lo hicieron. Nos dijeron que lo iban a hacer, y lo están haciendo.

*Asif Kapadia ofrecerá una clase magistral el viernes 3 de octubre a las 19 hs. en el Aula Magna del Pabellón III de Ciudad Universitaria, sede de FADU. Con inscripción gratuita previa.

[Fotos: Gastón Taylor]

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