CARACAS.- La situación de los asilados en la Embajada Argentina en Caracas sigue siendo grave. No solo por el asedio al que han sido sometidos, lo que contraría las normas elementales que regulan las relaciones diplomáticas, sino porque se está violando el Derecho Internacional ante el silencio cómplice internacional.
Es lamentable que después de un año el régimen de Maduro no haya otorgado los salvoconductos a los refugiados en la embajada, como corresponde de conformidad con la Convención de Caracas sobre el Asilo Diplomático. A Brasil le fue encomendada la custodia de la sede diplomática. ¿Contribuirá la afinidad ideológica con Caracas a ignorar y contrariar los compromisos asumidos? El gobierno de Lula da Silva, contraviniendo las normas del asilo diplomático, no ha exigido con la fuerza que era de esperar los salvoconductos para esos perseguidos políticos, pero actuó con total celeridad en el caso de Nadine Heredia, ex primera dama de Perú. Estas actuaciones debilitan la institución del asilo, porque se atiende a la conveniencia ideológica y se deja de lado una norma de entendimiento entre Estados, vital para proteger vidas y denunciar a las tiranías.