Los asistentes durante la noche de este sábado a la Vigilia de Oración con el Papa León XIV en Tor Vergata (Roma) –que ha reunido a cientos de miles de jóvenes procedentes de 146 países de todo el mundo– han coincidido en señalar que este evento constituye «una oportunidad para reavivar la fe».
Así se han expresado en declaraciones a Vatican News, recogidas por Europa Press, antes de la celebración de la Santa Misa en el XVIII Domingo del Tiempo Ordinario. En este sentido, el diácono Luis Manuel Pérez Zambrano, de la diócesis de Lérida, ha destacado «que este evento es una oportunidad para reavivar la fe, especialmente la de los jóvenes».
Perez Zambrano también ha destacado que, gracias a esta vigilia, se ha podido «compartir la fe con muchos hermanos que están en esta explanada y tener la posibilidad de poder encontrarse con el Señor en la oración». Es un motivo de alegría, todo esto nos anima y anima a los jóvenes», ha apostillado.
Durante la oración de la Vigilia del Jubileo de los Jóvenes, el Papa comenzó un diálogo en español con una joven mexicana que le preguntó cómo «encontrar una amistad sincera y un amor genuino» que lleven «a la verdadera esperanza». «¿Cómo la fe puede ayudarnos a construir nuestro futuro?», preguntó la joven a León XIV que respondió que «las relaciones con otras personas son indispensables».
«Nuestra vida comienza con un vínculo y es a través de los vínculos que crecemos. En este proceso, la cultura juega un papel fundamental: es el código con el que nos entendemos a nosotros mismos e interpretamos el mundo», prosiguió el pontífice que hizo un llamamiento al papel de la tecnología y la comunicación: «estos instrumentos resultan ambiguos cuando están dominados por lógicas comerciales e intereses que rompen nuestras relaciones en mil intermitencias».
Posteriormente, otro joven le preguntó en italiano dónde encontrar el valor para decidir. «La decisión es un acto humano fundamental. Observándolo con atención, entendemos que no se trata sólo de elegir algo, sino de optar por alguien. Cuando elegimos, en sentido profundo, decidimos qué queremos llegar a ser», replicó el Papa, al tiempo que precisó que «se aprende a elegir a través de las pruebas de la vida».
«Hemos recibido la vida gratis, sin elegirla. No somos fruto de nuestra decisión, sino de un amor que nos ha querido», prosiguió el Papa, poniendo el foco en «el amor de Dios».
Por último, el pontífice fue consultado por un joven en inglés sobre cómo encontrar «al Señor Resucitado y estar seguros de su presencia incluso en medio de las pruebas y las incertidumbres». «Si realmente quieren encontrar al Señor resucitado, escuchen su palabra, que es el Evangelio de la salvación», respondió León XIV.
En este punto, aconsejó a los jóvenes a reflexionar «sobre su forma de vivir» y buscar «la justicia para construir un mundo más humano», además de servir a los pobres y dar testimonio del bien que siempre gustaría recibir. «Estudien, trabajen y amen siguiendo el ejemplo de Jesús, el buen Maestro que siempre camina a nuestro lado», concluyó.
Finalizado este diálogo, el Papa tuvo un momento de oración y adoración ante Jesús Sacramentado, e impartió la bendición a los jóvenes de las 146 naciones presentes en el jubileo de este Año Santo 2025.
MÚSICA Y TESTIMONIOS
Por otro lado, la pre-vigilia estuvo caracterizada, entre otros instantes, por la presentación de cuatro testimonios de jóvenes provenientes de distintas partes del mundo, que compartieron sus historias de fe, conversión y compromiso con la Iglesia entre la atención y aplausos de los asistentes.
Otro momento destacado de la jornada se produjo cuando tuvo lugar la participación musical del Movimiento Hakuna, nacido precisamente en el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro en 2013. El grupo, originario de España, no solo compartió una de sus canciones en el escenario principal, sino que también estuvo presente entre los peregrinos.
Fue el Papa Francisco quien convocó este Jubileo de los Jóvenes durante la misa de envío de la Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2023. Este 2 y 3 de agosto, es León XIV, su sucesor, quien los recibe en Roma, en uno de los primeros grandes eventos de su pontificado.