EL CAIRO.- Una nueva jornada de violencia en la Franja de Gaza dejó este domingo al menos 40 muertos tras ataques aéreos israelíes sobre zonas residenciales y un campo de refugiados, en un contexto en el que crece el reconocimiento internacional a un Estado palestino y se multiplican las protestas contra la guerra en Israel.
Autoridades sanitarias del Hospital Al-Shifa informaron que entre las víctimas había 19 mujeres y niños, muchos de ellos alcanzados por un bombardeo nocturno que golpeó un bloque de viviendas en el sur de Ciudad de Gaza. En ese ataque fallecieron 14 personas, entre ellas un enfermero del propio hospital junto a su esposa y sus tres hijos.
Horas más tarde, otro operativo aéreo impactó frente a una clínica en el campo de refugiados de Bureij, en el centro de la Franja, y causó la muerte de al menos ocho palestinos, incluidos cuatro niños y dos mujeres, además de 22 heridos, según reportó el Hospital Al-Awda. Los cuerpos, cubiertos con mantas improvisadas, fueron alineados en los pasillos abarrotados del centro médico, en medio de escenas de desesperación de familiares.
El ejército israelí no emitió comentarios inmediatos sobre los ataques. Sin embargo, mantiene desde hace días una operación de gran escala que, de acuerdo con el gobierno de Benjamin Netanyahu, tiene como objetivo debilitar a Hamas, obligarlo a liberar a los rehenes y forzar su rendición. La ofensiva, que se desarrolla principalmente en Ciudad de Gaza, no tiene calendario definido y podría prolongarse durante meses, según fuentes militares.
Israel anunció que eliminó en un operativo a Majed Abu Selmiya, presunto francotirador de Hamas. Sin embargo, su hermano, el director del hospital Al-Shifa, negó las acusaciones y aseguró que el hombre de 57 años padecía problemas de salud que le impedían siquiera participar en combates. “Israel intenta justificar el asesinato de civiles”, denunció.
Presión sobre Netanyahu
Mientras tanto, la comunidad internacional dio un paso significativo: Australia, Canadá y Gran Bretaña anunciaron de manera coordinada el reconocimiento de Palestina como Estado, lo que constituye uno de los movimientos diplomáticos más relevantes desde el inicio de la guerra hace casi dos años. El primer ministro británico, Keir Starmer, justificó la decisión como un intento de “revivir la esperanza de paz para palestinos e israelíes”.
El presidente palestino Mahmoud Abbas celebró la noticia, en contraste con Netanyahu, que la rechazó categóricamente. “No sucederá. No se establecerá un Estado palestino al oeste del río Jordán”, afirmó el premier israelí, que además prometió ampliar los asentamientos judíos en Cisjordania. El mandatario adelantó que anunciará la respuesta oficial de su gobierno después de reunirse la próxima semana en la Casa Blanca con el presidente Donald Trump.
Las protestas dentro de Israel añaden presión política. Decenas de miles de personas marcharon el sábado en Tel Aviv y otras ciudades para exigir un alto el fuego y un acuerdo por los rehenes que aún permanecen en manos de Hamas. Una coalición de más de 60 organizaciones judías y árabes, conocida como “Es Hora”, reclamó el fin inmediato de la guerra y destacó que el reconocimiento en la ONU constituye una “oportunidad histórica” para cambiar el rumbo del conflicto.
Crisis humanitaria y exilio
En paralelo, Tel Aviv abrió un nuevo corredor humanitario para permitir la evacuación hacia el sur de la Franja, aunque miles de palestinos se resisten a abandonar sus hogares. Familias enteras avanzan a pie por la carretera costera de Wadi Gaza, interrumpiendo el trayecto cada pocos kilómetros para que los niños descansen, mientras las organizaciones humanitarias advierten que estos desplazamientos masivos agravan la crisis.
Las consecuencias humanitarias siguen siendo devastadoras. Según las autoridades de Gaza, los bombardeos desde octubre de 2023 han dejado más de 65.000 muertos, han destruido barrios enteros y han desplazado a cerca del 90% de la población del enclave. La ONU y las principales ONG advierten que la hambruna avanza en Ciudad de Gaza, donde miles de familias sobreviven con raciones mínimas y acceso limitado a agua potable.
El papa León XIV denunció este domingo lo que calificó como un “exilio forzado” de los palestinos y pidió una paz que no se base en “violencia ni venganza”. Desde la plaza de San Pedro, durante su bendición dominical, expresó además su apoyo a las organizaciones católicas que brindan asistencia en el terreno.
La tensión regional también se trasladó al Líbano. Un ataque con drones israelíes mató a cinco personas en la localidad de Bint Jbeil, entre ellas tres niños y su padre, según el Ministerio de Sanidad libanés.
El primer ministro Nawaf Salam calificó la acción como un “crimen flagrante contra civiles”. El incidente se suma a las frecuentes incursiones israelíes contra presuntas posiciones de Hezbollah, pese a la tregua vigente desde noviembre.
Agencias AP y AFP