Un ataque de gran magnitud contra la infraestructura vial en el departamento del Cesar dejó como saldo la destrucción de al menos 33 vehículos y maquinaria pesada pertenecientes a la concesionaria Autopista del Río Grande, encargada de las obras en la Troncal del Magdalena II, una vía estratégica para la conectividad entre el centro y el norte del país.
Según informó el general Carlos Fernando Triana, director de la Policía Nacional, el atentado, ocurrido en la madrugada del lunes 26 de mayo, habría sido perpetrado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), aunque las investigaciones continúan para confirmar la autoría.
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El ataque se registró en un parqueadero ubicado en el kilómetro 20 de la vía que conecta los municipios de Pelaya y Curumaní, donde se encontraban estacionadas las máquinas utilizadas para labores de mantenimiento vial. Entre los equipos destruidos se incluyen mezcladoras de concreto, excavadoras, vibrocompactadores, camabajas, piloteadoras y carrotanques, todos esenciales para el avance del proyecto vial. Además, se reportaron detonaciones en la zona y nuevos actos vandálicos en otro punto cercano al municipio de Curumaní, según detalló el general Triana.
El impacto del atentado no solo es económico, también logístico, ya que afecta directamente el desarrollo de un proyecto clave para la región. La Troncal del Magdalena II es una obra de infraestructura prioritaria para mejorar la conectividad entre los departamentos de Santander y Cesar, y su paralización podría tener consecuencias significativas para el desarrollo económico y social de estas áreas.
Durante el ataque, dos vigilantes que prestaban seguridad en el lugar fueron retenidos y golpeados por los atacantes. La concesionaria afectada emitió un comunicado calificando el hecho como “uno de los atentados más graves contra un proyecto de infraestructura vial en la historia reciente del país”. En el mismo documento, se exigió al Gobierno nacional una respuesta inmediata y efectiva, subrayando que “no puede haber desarrollo sin presencia estatal ni garantías de seguridad”.
El general William Prieto, comandante de la Primera División del Ejército, confirmó en una entrevista con Noticias Caracol que tropas del Ejército Nacional y unidades especializadas de la Policía fueron desplegadas en la zona para investigar los hechos y perseguir a los responsables. Prieto señaló que las primeras indagaciones apuntan a que el ataque fue planeado con antelación y podría estar relacionado con extorsiones dirigidas a la empresa concesionaria. “Los trabajadores de la compañía manifestaron que los atacantes exigían un porcentaje del trabajo que se está realizando en el sector”, explicó el oficial.
El secretario de Gobierno del Cesar, Eduardo Esquivel, también se pronunció sobre la situación, señalando que el departamento enfrenta una “oleada terrorista” que incluye enfrentamientos entre grupos armados como Los Pachencha y el Clan del Golfo. Esquivel solicitó la intervención del Gobierno, destacando la necesidad de reforzar la seguridad en la región para garantizar la continuidad de los proyectos de infraestructura y la protección de sus habitantes.
El atentado generó una fuerte condena por parte de las autoridades y la sociedad civil. El general Triana calificó el ataque como un hecho “lamentable” que atenta contra el desarrollo regional y la seguridad de los trabajadores. Por su parte, el general Prieto enfatizó que este tipo de actos no pueden ser tolerados y aseguró que las tropas de la institución están trabajando para evitar que se repitan en otras partes del país.
La concesionaria Autopista del Río Grande reiteró su compromiso con el desarrollo de la Troncal del Magdalena II, pero advirtió que sin garantías de seguridad será difícil continuar con las obras. En su comunicado, la empresa hizo un llamado al Gobierno para que tome medidas concretas y efectivas frente a lo que calificaron como un acto de terrorismo que pone en riesgo no solo la infraestructura, sino también la estabilidad económica y social de la región.
Mientras las investigaciones avanzan, las autoridades intensificaron las labores de inteligencia y control en la zona, buscando esclarecer los motivos detrás del ataque y llevar a los responsables ante la justicia. La situación en el sur del Cesar sigue siendo tensa, con un fuerte despliegue militar y policial para garantizar la seguridad en las áreas afectadas.