La investigación por el atentado del precandidato presidencial y senador del Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay, continúa revelando detalles.
A partir de la información revelada por un testigo protegido, las autoridades han puesto en la mira los vínculos de Elder José Arteaga Hernández, alias El Costeño o Chipy, con las altas esferas de las disidencias de las Farc, centrándose no solo en sus actividades criminales, también en las relaciones de confianza que mantenía con los jefes guerrilleros.
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El Costeño es señalado como el articulador del ataque y líder de una banda delincuencial con operaciones extendidas en Medellín y Caquetá.
El testigo, bajo juramento, aportó una imagen de las escrituras y del apartamento que, según su relato, Chipy recibió de Iván Mordisco como recompensa por haber ejercido funciones de escolta para su pareja: “Chipy alardea mucho que trabaja para ese señor, que le cuida la esposa, que van mucho a unos apartamentos en Coveñas, porque supuestamente a él ese tal “Iván Mordisco” le dio un apartamento a “Chipy” dizque en pago por escoltar a la mujer”.
Ante esto, agregó: “Yo tengo una imagen de las escrituras y de ese apartamento porque ”Chipy» me las envió”, y entregó dicha evidencia.
A pesar de que el testigo señaló a la pareja de Iván Mordisco como la principal beneficiaria de la protección de El Costeño, los investigadores aún buscan confirmar si la mujer se trata efectivamente de la compañera sentimental de este jefe guerrillero o de una allegada a alias Iván Márquez.
Esta incertidumbre mantiene vigente la hipótesis de que “la disidencia que esté detrás del atentado sea la Segunda Marquetalia”, un grupo escindido que disputa control territorial y político con otras facciones.
La investigación se concentra en la identificación de “dos mujeres cercanas a los cabecillas de las disidencias para establecer cuál fue la Patrona de “El Costeño””. Un integrante del equipo investigador, citado por el diario El Tiempo, expuso la información manteniendo en reserva los nombres de las implicadas.
El rastreo de la Fiscalía y la Policía ha fortalecido la línea de investigación hacia el departamento del Caquetá, donde según los reportes, se encontraría el enlace entre el grupo guerrillero y oficinas de sicariato en Bogotá, con las cuales Elder José Arteaga Hernández mantenía vínculos operativos.
Conexión con alias Bayron
Un tatuaje de calavera en la mano derecha, hecho apenas dos días después del atentado se convirtió en uno de los elementos que vinculan a Bayron con el caso del senador del Centro Democrático.
Las nuevas revelaciones han surgido de la declaración de un adolescente de 17 años, quien se entregó voluntariamente ante el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación y proporcionó detalles que refuerzan varias líneas de investigación.
Según lo informado por El Tiempo, el joven declaró: “Alias El Costeño me dijo que la orden de matar a Uribe Turbay salió de las Farc desde el Caquetá. Que David era el que lo estaba presionando con el tal Jhon Bayron, y le preguntaba mucho cuando le decía: ‘¿Por qué no se había roto la piñata?’ También le advertían que ‘esos no eran juegos, que ya se había dado un adelanto’”.
De acuerdo con lo documentado por el mismo medio, el testimonio de este menor, que aseguró ser “hombre de confianza de Elder José Arteaga Hernández”, ha permitido a los investigadores aproximarse no solo a los autores materiales del homicidio, sino también a los responsables intelectuales y a la estructura jerárquica que ordenó el ataque.
El joven confesó haber participado en varias reuniones posteriores al crimen, donde presuntamente se discutió el operativo y se mencionó la participación de un eslabón superior dentro de la estructura criminal.