Con la consagración de la pareja que integran Leandro Bojko y Micaela García (representando a la Ciudad de Buenos Aires) culminó anoche, en el Teatro Gran Rex, una nueva edición de Tango BA Festival y Mundial, que organiza el gobierno porteño. Frente a la emoción de los ganadores se le puso el broche a casi dos semanas de actividades que incluyeron desde el gran certamen de baile, donde compitieron los bailarines más atléticos de esta categoría y los milongueros del “tango pista”, hasta las clases de tango, las milongas, los talleres y los conciertos, que, entre varios ejes temáticos, tuvieron a la figura de Aníbal Troilo, ya desde el espectáculo de apertura, en el Teatro Colón, como uno de sus emblemas.
La noche del martes fue exclusiva de la danza, porque cada final de Campeonato Mundial se vive en el marco de un ritual donde no faltan los nervios de los concursantes ni el apoyo del público que oficia de hinchada. A veces, esto ocurre por la familiaridad que se puede tener con los concursantes y otras por la gran admiración que despiertan las coreografías de ciertas parejas, y la originalidad que pueden demostrar al momento de echar a andar la historia que quieren contar durante lo que duran una canción, no sólo con sus pies sino con todo su cuerpo.
Y ese fue el motivo por el que Leandro y Micaela se quedaron este año con el premio principal. Para comprobarlo bastó con verla ganar el escenario encapuchada, mezcla de spiderwoman o viuda negra, mientras su compañero, con el primer botón de la camisa desabrochado, buscaba del último aliento y se ponía en el papel de la víctima de esta historia. Por supuesto que no es más que eso, una historia, porque cuando la pareja bajó al camarín con el premio en mano, además de la felicidad y los gestos de “todavía no caigo” por lo que estamos viviendo, se notaba que entre ellos había una relación de mucho trabajo y de amistad.
Esta historia es la de un rosarino que vive hace dieciocho años en Buenos Aires y la de una bonaerense de Ramos Mejía, que se encontraron hace dos años y medio en el estudio El CxuceTango, de Vanesa Villalba y Facundo Piñero, para perfeccionarse. Ella venía de la comedia musical, él del arte nativo, como integrante del Ballet Folklórico Nacional.
La primera vez que se anotaron en el Campeonato no pasaron la ronda clasificatoria; la segunda, terminaron consagrados campeones. ¿Por qué? Porque la segunda, llevaron una idea muy clara y muy trabajada.
“Me han preguntado si estaba bailando con mi sombra, con oscuridades, con la angustia, la depresión o la muerte -explicaba Leandro-. Lo que queríamos buscar era identificación”, contaba a LA NACIÓN.
¿Fue un reflejo de situaciones personales? “No, lo primero fue entender el tema -contó Micaela, cuando eligieron el tango ”Kicho”, que Piazzolla escribió en homenaje al célebre contrabajista Kicho Díaz-. “Nos pareció adecuado estudiarla y fuimos por este lado que todos vieron. El desafío, más allá de esto, fue la interpretación física de tener la cara tapada, y la exposición que él tiene en lo interpretativo. Lo lúgubre, la muerte, es lo que nosotros representamos, pero lo lindo fue que cada uno le fue encontrando su visión. La idea, ahora, es seguir trabajando estos lenguajes unidos al tango”.
Si para la categoría Tango Pista fueron cerca de cuarenta las parejas finalistas, para la de Tango Escenario resultaron solo veinte. La diferencia entre cada concurso es que mientras que las de la primera, por tratarse de un baile de salón, que se danza con los pies arrastrando el piso, puede tener rondas de competencia con muchas parejas al mismo tiempo, el Tango Escenario, que requiere mucho despliegue, solo permite que se evalúe apenas una pareja a la vez, con el tema que los bailarines eligen y con coreografías que han preparado, incluso, durante meses. No hay que olvidar que, ya desde sus inicios, el Mundial recibe cada año parejas de todo el mundo. Esta es una instancia definitoria porque en muchos casos, quienes participan ya fueron parejas ganadoras de competencias más chicas. En esta edición, por ejemplo, llegaron a la final bailarines que se impusieron anteriormente en el campeonato asiático y en el europeo.
En la platea hubo mucho fervor y eso acompañó el resultado final. Porque varios de los que el jurado decidió premiar habían sido ovacionados por el público. El segundo premio fue para Fede Ibáñez y Nuria Lazo (representantes de La Pampa) y el tercero para Facundo Cabral y Mara Navarro (en representación de Salta).
La noche de cierre también tuvo algunas perlitas. Una de ellas fue el enojo del jefe del gobierno porteño, Jorge Macri, que ante los chiflidos que se escucharon en la sala cuando subió al escenario a entregar un premio, respondió: “Desafinan para esto que es tango, muchachos”. Luego instó al público para que disfrute del entorno tanguero y deje de lado las cuestiones políticas.
La otra ocurrió en uno de los intervalos de la noche, cuando se remedió una equivocación de la jornada anterior. Además de la Categoría Pista, se premió a la “Senior” y se le otorgó el primer puesto, por falla de cálculos, a la pareja equivocada. Anoche finalmente se galardonó a la correcta, que integran Rosana Luján Porres y Gustavo Hipólito. “El tango no se ensucia. Podemos tener una equivocación. Amen el tango porque es lo mas lindo que nos puede pasar”, dijo ella. Y tras la insistencia del público, bailaron para la platea. Con el problema solucionado, el asunto no será más que una anécdota.
Tiempo de renovación
Gustavo Mozzi, director de Festival y Mundial, conversó con LA NACION minutos antes del anuncio de los ganadores y resumió esta edición, a modo de balance. “En 2024 dimos un salto importante y este año el desafío era volver a sorprender con la calidad y la cantidad de propuestas. Fue clave la posibilidad de sumar espacios que, por su tradición, invitaban a ciclos, con identidad propia, como el Salón Dorado del Teatro Colón, con el ciclo de cámara, los nuevos repertorios en Recoleta, o la inclusión del Teatro Alvear. Fue clave que el Ministerio de Cultura de la ciudad abriera sus principales salas durante todo el festival. Y eso también nos permitió que el polo milonguero, en la Usina del Arte, reúna a lo mejor del tango danza, con una milonga que funcionó a pleno”.
El director también habló de renovación y se refirió al espectáculo de tango danza que se vio antes del cierre de anoche: “Creo que todo esto viene acompañado de una ampliación de audiencias, que es uno de los objetivos de este encuentro. Hoy cerramos el Campeonato de tango con una compañía que reúne a cuatro parejas que fueron campeonas [en ediciones anteriores] y es una manera de ilustrar el modo cómo el Campeonato queda integrado a la escena y se prolonga en el tiempo. Es una escena inmensa que sigue creciendo”, completó.
Lunes de milongueros
En la noche del lunes se realizó la final de la categoría Tango Pista, en la que se consagraron Aldana Silveyra y Diego Ortega, de la localidad bonaerense de Colón. En segundo puesto fue para Naima Gerasopoulou y Lucas Gauto, mientras que Ornella Simonetto y Juan David Vargas obtuvieron el tercer puesto.
La fiesta, con Fernando Bravo como anfitrión, también se realizó en el Gran Rex y fue transmitida a través de la web de Tango BA. Durante varias horas compitieron los finalistas de este certamen; fueron parejas de Argentina, Colombia, Rusia, Corea, Japón e Indonesia, entre otros países. Para amenizar la velada y calmar los nervios, el público disfrutó de las actuaciones del bandoneonista Walter Ríos, que interpretó “Adiós Nonino”, de Astor Piazzolla. También hubo un homenaje a Miguel Ángel Zotto, por sus cuatro décadas de trayectoria como bailarín profesional. Zotto hizo una exhibición junto a Daiana Guspero, con quien baila desde hace 18 años, acompañados por el cuarteto Andrés Linetzky, integrado por Humberto Ridolfi en violín, Ricardo Guzmán en contrabajo, Ramiro Boero en bandoneón y el propio Linetzky en el piano y dirección.
La primera en hablar fue Aldana Silveyra: “Quiero agradecer porque para nosotros esto es un sueño. Lo deseamos desde hace muchos años, y estamos muy felices. Pensamos que no iba a ser posible, pero peleamos mucho. Gracias”. Su compañero agregó: “En este momento lo único que puedo decir es que te amo, y gracias por estar conmigo hasta el último momento. Este es un camino que recién empieza”.
Para la noche siguiente el espectáculo que se eligió para amenizar la espera de los resultados del jurado fue el de la Compañía Café de los Angelitos, un show con diez parejas, cuatro de ellas ganadoras del campeonato mundial en diferentes ediciones, dirigidos por los coreógrafos Gabriel Ortega y Sandra Bootz.
El festival (antesala del Mundial) había comenzado el 20 de agosto pasado, y tuvo durante esas casi dos semanas actividades programadas en unas cincuenta sedes. Por sus escenarios pasaron artistas y grupos de la talla del Sexteto Mayor, Sandra Mihanovich, Néstor Marconi, José Colángelo, Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto, Franco Luciani, Noelia Sinkunas, Víctor Lavallén, Melingo, Renato Venturini, Jairo, Miguel Ángel Zotto, Lidia Borda, Rodolfo Mederos, Piraña, Raúl Lavié, Milena Plebs, Adriana Varela, la Orquesta del Tango de la Ciudad, Tata Cedrón, El Arranque, Guillermo Fernández, Leo Maslíah, Eduardo Arquimbau, Hugo Rivas, Minino Garay, Natalia Hills, Ariel Ardit y Vanina Bilous, entre otros.