Bandalos Chinos: de pedir plata prestada para poder grabar su nuevo disco al osado pedido de Peter Lanzani

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No falta quien los defina como una banda “indie pop”. Más allá de las nomenclaturas, Bandalos Chinos viene transitando un sólido derrotero desde aquel 2012 cuando editó su primer disco, rubricado con el nombre de la agrupación.

“Ya nos acostumbramos a que no falte quien diga ‘Banda Los Chinos’”, se resignan a dúo y sin complejos Gregorio “Goyo” Degano (voz) y Salvador “Chapi” Colombo (teclados-sintetizadores), dos de los integrantes del grupo que también conforman Tomás Verduga (guitarra-coros), Matías Verduga (batería-percusión), Iñaki Colombo (guitarra-sintetizadores) y Nicolás Rodríguez del Pozo (bajo). Dos parejas de hermanos en la misma banda, una curiosidad identitaria.

Está claro que confundir el nombre del grupo hoy es una suerte de blasfemia porque hace rato que son marca; nombre propio y un sonido distintivo. Ese que instalaron hace tiempo, primero como una banda estudiantil en el colegio secundario de San Fernando y luego como referentes de la música local en esa zona ribereña de Beccar que los vio crecer.

Hoy, juegan de local en mercados grandes y de difícil seducción, como el DF mexicano. Trascendencia que también se irradió a suelo español.

En Bandalos Chinos las decisiones no siempre son consensuadas, pero se basan en la

El 14 de agosto se presentarán en el Movistar Arena porteño -primera vez en este espacio, luego de una gran performance en el Luna Park- y el 22 de octubre en el Auditorio Nacional de Ciudad de México, dos puntos salientes de un tour latinoamericano que también escalará el mapa hasta pisar, una vez más, los Estados Unidos.

Lo nuevo

Bandalos Chinos editó Vándalos, su cuarto material, producido junto a Fermín Ugarte en los estudios Coco, sin romper con sus raíces, aunque el flamante disco es un punto de quiebre en su historial, definiendo el sonido de un presente consolidado. La bisagra también reside en la decisión de contar con el nuevo productor, luego de una gran experiencia con el reconocido Adán Jodorowsky (conocido artísticamente como Adanowsky).

Reconocimientos en el Premio Gardel y el Latin Grammytambién hablan de la buena mirada de la crítica y de la industria, aunque “los Bandalos” prefieren mantenerse al margen de los grandes sellos y recorrer una senda de forma independiente.

“Este es un disco de quiebre en un montón de niveles, tanto a nivel musical como humano e interno. Sin darnos cuenta, el año pasado cumplimos quince años de banda, lo cual nos llevó a ver dónde estamos parados, a renovar votos y ver cómo queremos seguir, a qué costo, de qué manera. Una especie de búsqueda de un nuevo contrato interno, definir hacia dónde rumbeamos como músicos, banda, amigos y grupo humano”, reflexiona Goyo Degano.

Durante el año pasado casi no se los vio, salvo en algunas presentaciones ya agendadas que tenían pendientes. Fueron doce meses de pensarse, de investigarse hacia adentro. “Buscamos un quiebre a nivel humano y musical”, reafirma el cantante.

Luego de tres discos producidos bajo la tutela de Jodorowsky, comenzaron a trabajar con Ugarte. “Una forma de renovar energías, renovar el contrato de la motivación”, sostienen.

Chapi lleva diez años y es el hermano de Iñaki, con lo cual siguió de cerca los cinco años primeros de la agrupación, algo que le permitió ingresar a un terreno que venía olfateando desde afuera o no tanto. El músico reconoce que, casi como una marcha natural, “tuvimos una crisis interna muy importante, que también tiene que ver con lo individual de cada uno, pensar qué estilo de vida queríamos llevar; hubo caos, cosas problemáticas y, muchas otras, muy increíbles. Tener una banda es difícil, pero mucho más mantenerla”.

“Nunca paramos, fue toda una locura de disco y gira de manera permanente, ni siquiera nos detuvimos en la pandemia; por eso, necesitábamos frenar la inercia y todo eso que nos pide la industria, fue revelarnos ante un sistema, que no nos lleve a la locura. Paramos para pensarnos como artistas independientes, qué queremos ser”, piensa en voz alta Goyo, casi como en una sesión de terapia.

Está claro que la trascendencia y ese misterio llamado “éxito” conlleva ribetes menos festivos. Tocar determinados parámetros de divulgación suele conllevar a una modificación en los modos de establecer el trabajo y con mutaciones que, en muchos casos, hasta modifican lo más profundo de la concepción musical. Sin embargo, no fue el caso.

“Nos dimos cuenta que podemos generar el sistema que queremos, nos gestionamos y no necesitamos de un jefe. Nuestro compromiso es tener la banda y disfrutarla”, remarca Chapi.

Las decisiones las toma el “consejo de sabios”, como los definió “Cachorro” López cuando grabaron una hermosa versión de “Costumbres argentinas”.

Chapi Colombo: -En el arte, no necesariamente es válida la democracia, cada uno de nosotros tiene más peso en determinada área.

Goyo Degano: -Sos un dictador, Salvador, pero te banco. Es dejarse llevar por el arte del sofismo, del intercambio de ideas, escuchar al otro.

-Entonces…

Goyo Degano: -No todos votamos cada decisión, no es así.

Chapi Colombo: -Hay mucha prueba y error.

El ágora de Bandalos Chinos no siempre reúne a todos sus integrantes. Se reparten las áreas, respetan “especialidades” y si alguno de ellos tiene muy clara una idea, ese convencimiento hace que el resto de un paso al costado y apoye confiado.

Ese objeto de culto

“Nosotros no somos fetichistas, pero sí nuestros fans”, coinciden Goyo y Chapi en relación a la edición física del vinilo del álbum Vándalos que, más allá del anclaje en todas las plataformas digitales, será una opción para quienes deseen tener en sus manos el material acompañado por su arte correspondiente, un documento nada desdeñable en tiempos de materialidades perecederas.

“Cuando salimos de gira, nos piden los vinilos; luego de los shows, a la gente le gusta llevarse ese recuerdo, la verdad es que nos sacan los discos de las manos. Es un objeto que reivindica el arte de tapa y contiene información que no se encuentra en ningún lado”, reconoce Chapi Colombo.

En igual sintonía, Goyo Degano entiende que “el arte termina siendo la máxima expresión del disco y un sostén de la gira. En los Estados Unidos, la caja chica la hacíamos con los discos. Comíamos de los discos, literalmente”. “No hicimos una fortuna, pero pudimos mantenernos con los discos, tanto en los Estados Unidos como en México”, reafirma Chapi Colombo.

Cinematográficos

“Convocar a Peter (Lanzani) fue idea del director (Tomás Terzano), quien también estuvo muy presente en la grabación del disco, pensó la estética del arte y de las fotos. A él se le ocurrió la idea del falso gurú, es una crítica social”, explica Colombo en relación al video de “El ritmo”, uno de los cortes de difusión del flamante disco lanzado hace pocos días.

Allí se puede ver al actor Peter Lanzani -seguidor de la música de Bandalos Chinos– en una multitudinaria sesión de seguidores. “Nos dijo, ’solo lo hago si es en sunga’, así que tuvimos que cumplirle el deseo”, cuenta Degano. Efectivamente, el protagonista luce un vestuario minúsculo acompañado por un elenco conformado por familiares y amigos de los músicos.

-¿Qué aportó la puesta en escena de esta historia?

Goyo Degano: -El video no pasa inadvertido, genera preguntas, refuerza la idea de la canción, le da otra capa.

La realización de “El ritmo” demandó una extensa jornada de rodaje y bajo presupuesto en la producción. El material se registró en un gran salón de un reconocido hotel de Buenos Aires.

Simbología

El 26 de octubre de 2012 no es una fecha más, al menos para la banda. Ese día, Bandalos Chinos presentó su primer material en el Auditorio San Isidro, un espacio que todos habían conocido desde niños y adolescentes por tratarse de un teatro emplazado en la zona donde se criaron. Mucho de causalidad habrá habido en ese acontecimiento.

Goyo Degano: -Ahí lo había ido a ver a (Luis Alberto) Spinetta, no lo podía creer. No teníamos la idea de un disco y eso también estuvo bueno, pero luego apareció una identidad más marcada, con más coherencia. Hay que amigarse con el error, los discos de los (Rolling) Stones, grabados en vivo, tienen falencias, pero ahí está la magia. Es valorar lo que sucedió en la performance y no pensar tanto en la perfección, que luego nos lo trajo trabajar con Adán (Jodorowsky).

Chapi Colombo: -Él es elegante y caótico.

En un bar de Colegiales, Chapi y Goyo hacen un balance del pasado y piensan en el Movistar Arena y en el Auditorio Nacional de México

“Aquellos temas que tienen más errores son los que más nos gustan”, dijeron, alguna vez, aunque la influencia del trabajo del productor, actor y director de cine franco mexicano les dio una impronta renovada, una “prolijidad” que los estilizó.

Vamos, Argentina

Durante el último mundial de fútbol, disputado en Qatar, Bandalos Chinos se encontraba en México. Fanáticos del fútbol, se cuidaron de las efervescencias fanatizadas, al menos ante los ojos públicos.

Chapi Colombo: -Estábamos viendo a la Selección en México y, en la mesa de atrás, había dos mexicanos almorzando, que eran “anti Messi”.

Goyo Degano: -Políticamente hay una muy mala relación, nos odian.

Chapi Colombo: -Todos tenemos distintos niveles de paciencia y de pasión. Cuando jugamos contra Holanda [Países Bajos], los mexicanos festejaban sus goles, casi “se pica”. Veníamos de dos meses de gira y, si Argentina ganaba, el siguiente partido lo veríamos en Buenos Aires. Llorábamos, extrañábamos.

Goyo Degano: -Argentina-México lo vimos en Monterrey, escondidos en un cuartito; el resto del hotel estaba en el foyer.

A pesar de la rivalidad futbolera, reconocen que se sienten muy queridos por los mexicanos. En la tierra azteca, prácticamente juegan de locales.

Chapi Colombo: -El público de Monterrey es muy regio, medio agringado. Nos trataron muy bien. Además, en el mundo, la gente no es tan loca por el fútbol como nosotros.

-Este año van a revalidar títulos ante las diez mil personas que colmarán el Auditorio Nacional.

Goyo Degano: -Será la primera vez, un lugar emblemático. Lo vivimos con mucha gratitud. El hecho de que nos empieza a ir bien en México, Perú, Chile, Estados Unidos, también nos hizo crecer en la Argentina. Se retroalimenta.

-Son profetas en otras tierras, pero también en nuestro país.

Goyo Degano: -México nos abrió las puertas y nos enseñó a girar de manera internacional. Tienen una gran estructura de shows, es una población muy grande.

-¿Es cierto que para trabajar con Adán Jodorowsky se endeudaron?

Chapi Colombo: Siempre hay deudas, pero tenemos familias que, de una u otra forma, apoyaron nuestras carreras artísticas. Nos llevaban a clases de instrumentos o nos compraban la batería. Cuando les planteamos que queríamos trabajar con este productor, que nos abriría las puertas de México, cosa que sucedió, fuimos a pedir préstamos a nuestras familias, como los que les piden a las discográficas.

Goyo Degano: -Vimos cuánto nos salía la “jodita”, cuánto había que poner por cabeza, y salimos a pedir a nuestros viejos, tíos, algún amigo. Nuestro logro, luego, fue poder pagarnos las grabaciones.

-Podríamos decir que Bandalos Chinos hoy es una agrupación “sustentable”.

Chapi Colombo: -Sí, por supuesto, pero, además, al no haber firmado con ninguna discográfica, seguimos siendo dueños del master. Una discográfica te banca todo eso, pero el master es propiedad de ellos.

-Se mantienen fieles a la decisión de no contar con el respaldo de un sello.

Chapi Colombo: -Sí, aunque tuvimos algunas ofertas.

Goyo Degano: -Pocas.

Chapi Colombo: -Sí, pocas, porque una vez que construís algo solo, cada vez es más difícil que alguien te lo venga a comprar, porque resulta más caro. Bandalos Chinos hoy es más caro que hace dos años. Además, lo que nos ofrecen no lo necesitamos. Es un camino más paulatino, paso a paso, que nos sienta bien a nivel psíquico.

Goyo Degano: -Si dependiéramos de una discográfica, no podríamos haber parado casi un año o grabar de una manera tan libre.

Chapi Colombo: -Cuando elegimos a Fermín (Ugarte) fue porque trabajó con Dillom. Si firmás con una major te pueden imponer a algún productor que tienen en su lista in house, pero nosotros salimos a elegir a un pibe de 25 años que nos interesaba.

Eligen la independencia financiera y, sin firmar con un sello, conservan el dominio total de los derechos de su música

Antes de la despedida, Chapi y Goyo reconocen que algún dolor los atravesó tan fuerte que los marcó personalmente y también en la faceta artística. Se sabe, vida y arte suelen confluir.

Chapi Colombo recuerda a Mateo, “un amigo que murió en 2017, víctima de un accidente; sucedió mientras componíamos el disco Bach. No es que ese hecho entró como temática de las letras, pero fue algo traumático que afectó mi forma de vivir profundamente, la manera de vincularme. Fue el evento más significativo que me sucedió”.

En tanto que Goyo Degano rememora que, en esa misma época, “mí novia de entonces tuvo un accidente muy fuerte que casi le cuesta la vida. Eso me atravesó, me hizo entender la finitud, cambió mi manera de vivir y de decodificar lo que hago”.

Bandalos Chinos apuesta por fortalecer su presencia en España, pero sin descuidar el contacto con los fans argentinos

-¿Cómo se llevan con la repercusión pública?

Chapi Colombo: -Lo llevo muy relajado, en la calle no me reconoce nadie. En los conciertos, en cambio, me encanta la mirada directa con la gente, el ojo a ojo, y también disfruto cuando nos esperan a la salida poder conversar.

Goyo Degano: -Es algo muy lindo lo que pasa con los fans, nadie se acerca para decirte “sos un pelotud…, tu música es mala”. Te dicen que los acompañás, que los marcás en momentos puntuales de sus vidas. Obviamente, te sentís un poco observado y perdés algo de libertad, pero la canalizás por otro lado. Yo lo llevo muy bien.

Allí están los amigos del colegio Santa María de Las Lomas de Victoria, en la zona norte del conurbano, donde emergió Escoria, la banda que fuera semilla de Bandalos Chinos. Los pibes que eran los ídolos de sus compañeros que convirtieron esa afición adolescente en una vocación que los lleva hoy a contar con seguidores en nuestro país, Latinoamérica, los Estados Unidos y una emergente plaza europea. Y todo nació cerquita del río.

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