
Dos bombarderos B-52H de la Fuerza Aérea de Estados Unidos volaron el jueves en paralelo a la costa venezolana antes de virar hacia el norte sobre el Mar Caribe. Esta maniobra —registrada por plataformas de seguimiento y confirmado por medios especializados— marca la cuarta demostración aérea cerca de Venezuela desde mediados de octubre.
La propia Fuerza Aérea de Estados Unidos difundió imágenes de la misión. En una de ellas, un B-52H Stratofortress aparece frente a la costa venezolana con la península de Paraguaná visible al fondo. Otras fotografías muestran el reabastecimiento aéreo con un KC-135 Stratotanker y la escolta de cazas F-35, ambos basados en MacDill, Florida. Los bombarderos operan desde la base de Minot en Dakota del Norte.


Este despliegue aéreo coincide con la campaña militar estadounidense contra embarcaciones que Washington describe como “narcoterroristas”. La operación comenzó en septiembre en el Caribe y se extendió luego al Pacífico oriental. Según el recuento más reciente de Reuters y otros medios, los ataques han dejado entre 60 y 70 muertos en al menos 17 incidentes.
El Pentágono advierte que actúa en aguas internacionales como parte de una ofensiva antinarcóticos. Y la presencia militar estadounidense en la región no se limita a sobrevuelos. La Marina de EEUU ha desplegado buques de guerra, cazas F-35 operan desde Puerto Rico, y diversas publicaciones reportaron el envío del portaaviones USS Gerald R. Ford al Caribe. En octubre, bombarderos B-1B Lancer también volaron cerca de la costa venezolana en al menos dos ocasiones.

El patrón operativo reciente incluye vuelos prolongados al norte del archipiélago de Los Roques y al oeste de Isla de Aves, siempre fuera del espacio aéreo venezolano según los reportes disponibles.
Washington vincula la escalada con la presión sobre organizaciones criminales que operarían desde Venezuela y países vecinos, sobre todo el Cártel de los Soles. El llamado Cártel de los Soles, según el Departamento de Justicia de EEUU, está compuesto por altos mandos militares y funcionarios venezolanos implicados en el tráfico de cocaína hacia Norteamérica. Washington sostiene que el grupo opera bajo protección de sectores del Ejército y ha sido pieza clave en el sostenimiento financiero del régimen.
En marzo de 2020, fiscales federales presentaron cargos por narcotráfico y terrorismo contra el dictador Nicolás Maduro y varios miembros de su círculo cercano.

El Gobierno estadounidense mantiene vigente una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca al arresto o condena de Maduro, y de hasta 10 millones por varios de sus colaboradores, incluidos el ministro de Defensa y el presidente del Tribunal Supremo. Las acusaciones lo vinculan directamente con operaciones de transporte de cocaína y con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Este jueves, las fuerzas armadas estadounidenses eliminaron a tres narcotraficantes en un nuevo ataque contra un barco en aguas internacionales del Caribe, según informó el secretario del Departamento de Guerra, Pete Hegseth.
“Como ya hemos dicho, los ataques con buques contra narcoterroristas continuarán hasta que cese el envenenamiento del pueblo estadounidense”, comenzó indicando el funcionario estadounidense por medio de un comunicado publicado en X.
“Hoy, por orden del presidente Trump, el Departamento de Guerra llevó a cabo un ataque cinético letal contra un buque operado por una organización terrorista designada. El buque traficaba estupefacientes en el Caribe y fue atacado en aguas internacionales”, detalló.