Calu Rivero volvió a caminar las calles de Nueva York, ciudad que la acogió durante tres años en otra etapa de su vida. Esta vez lo hizo acompañada por sus hijos Tao y Bee, fruto de su relación con Aíto de la Rua, vivenciando la metrópoli desde la perspectiva renovada de la maternidad. Su paso por la Gran Manzana quedó reflejado en un carrete de imágenes entrañables que desbordan ternura, cotidianeidad y una búsqueda constante de equilibro familiar en medio del ritmo frenético urbano.
En una de las fotos, Calu aparece sobre una vereda arbolada junto a una amiga que sostiene a un bebé en portabebés. Con blusa clara estampada, falda larga, cinturón de doble hebilla y el cabello suelto, Rivero sostiene a Bee —que luce pantalón de rayas y remera beige—, ambas sonriendo bajo la luz natural, rodeadas de comercios neoyorquinos y aire de complicidad.
Otro de los registros la muestra de espaldas, cargando a Tao y caminando por la acera mientras Bee se agacha cerca del cordón en medio de sombras y árboles, imágenes que condensan el presente activo y familiar de la actriz. También se la ve bajo una estructura metálica morada con un enterito claro y botas negras, sonriente mientras pasea una carriola azul cubierta, con los emblemáticos rascacielos como telón de fondo.
Acompañando la galería, Calu eligió un texto reflexivo para retratar este tiempo: “Viví tres años en esta ciudad. Volver ahora, con mis dos hijos, es otro plano: el mismo mapa, pero con otra mirada. Todo cambia, todo se mueve, todo respira distinto. Hoy camino sin maquillaje, sin amuletos. Más cómoda. Acompañada. Buscando ese balance entre lo que quiero ser y lo que puedo. Me gusta esta versión mía, la que cede espacio, la que se desarma un poco para hacer lugar a dos mundos chiquitos”.
En el álbum aparecen más postales de maternidad urbana y afectos: Calu le sonríe cariñosa a su hijo en un cochecito negro que acerca la mano a otra beba; comparten momentos hogareños junto a una amiga y un bebé dormido; y protegen el descanso de uno de sus hijos con ropa mullida, rayas y auriculares para atenuar los ruidos citadinos. Llegando la noche, Rivero besa a Bee en la mejilla en una terraza iluminada, mientras la niña reposa sobre su regazo entre gestos de complicidad.
Este viaje comenzó días atrás y la llegada de Rivero y su familia a la ciudad de Nueva York reavivó el interés por los vínculos entre la actriz argentina, su pareja Aíto de la Rúa, el hermano de este, Antonio y la cantante Shakira, en el marco del esperado show que la artista colombiana ofrecerá en el Global Citizen Festival en el Central Park.
La estancia de los De la Rúa en Nueva York alimentó las especulaciones sobre la posible reconciliación entre Shakira y Antonio de la Rúa, quienes fueron pareja en los años 2000. La artista será la figura central del festival el sábado 27 de septiembre, acompañada por The Weeknd, y la atención se centra en la eventual asistencia de Antonio, cuya relación con la colombiana ha sido objeto de renovado interés en los últimos meses.
La posibilidad de un nuevo acercamiento entre Shakira y Antonio de la Rúa se sostiene en una serie de episodios recientes. Hace algunas semanas, el empresario argentino fue visto en las tribunas del estadio GNP de México durante un concierto de la cantante. En un video que circuló rápidamente en redes sociales, se observó a Antonio sentado en su butaca, incómodo ante la cámara de una fan que lo grababa de frente. Mientras intentaba cubrirse el rostro con la mano, Shakira interpretaba “Días de Enero”, una canción que escribió para el argentino cuando eran pareja y refleja los sentimientos del argentino por esa época, luego de la crisis del 2001 cuando su padre Fernando de la Rúa era presidente de la nación en plena crisis económica y social en el país.