Un ambiente de alta tensión se vivió en la plenaria del Senado de la República el miércoles 14 de mayo, cuando, tras un acalorado debate que se extendió por dos sesiones, la solicitud del presidente Gustavo Petro para convocar una consulta popular fue finalmente rechazada.
La votación cerró con 47 votos a favor y 49 en contra, lo que significó un revés contundente para el Ejecutivo, que pretendía llevar a las urnas varias de sus reformas estructurales.
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Lo que parecía una jornada democrática terminó convirtiéndose en un escenario de confrontación abierta. El debate se transformó en gritos, acusaciones cruzadas y forcejeos que obligaron a la intervención de la Policía en el recinto senatorial para evitar que la situación escalara aún más.
La discusión derivó en un fuerte enfrentamiento entre los senadores de la oposición y los integrantes del Pacto Histórico, la bancada oficialista que ha venido respaldando las iniciativas del presidente Petro.
La tensión alcanzó niveles inusitados cuando algunos congresistas del Pacto Histórico acusaron a la oposición de sabotear las iniciativas del Gobierno. Desde el otro lado, los opositores señalaron que la consulta popular era un intento de “bypassear” al Congreso y hacer política por otros medios.
Las cámaras captaron el momento en que varios agentes de la Policía ingresaron al salón para separar a senadores que se enfrentaban verbal y físicamente, en un episodio que dejó en evidencia la creciente polarización política en el Congreso y los límites de la gobernabilidad en medio de un clima de confrontación constante.
En medio del ambiente ya caldeado, el ministro del Interior, Armando Benedetti, se exaltó y tuvo que ser apartado por la senadora María José Pizarro, que intervino para calmar la situación justo cuando el secretario del Senado, Diego González, intentaba anunciar el hundimiento de la consulta popular.
El senador León Fredy Muñoz, integrante de la bancada oficialista, anunció que tomará acciones legales tras lo que calificó como un procedimiento viciado en el archivo de la consulta popular. Visiblemente molesto, el congresista denunció públicamente que el hundimiento fue producto de una “trampa” organizada desde sectores de la oposición.
“Bueno, lo que pasó aquí es una vergüenza, primero que todo, aquí hubo una trampa, una trampa orquestada desde el Centro Democrático con el presidente del Senado. Yo había denunciado esa jugadita desde la semana pasada, hoy se materializa la jugadita y la trampa, lo que hicieron”, afirmó.
Muñoz criticó duramente el manejo de la votación y aseguró que se violaron los procedimientos reglamentarios: “No permitieron ni siquiera que todos votaran, levantaron en dos minutos, en dos minutos cuando tenemos media hora para esperar que voten. Eso fue orquestado, levantaron inmediatamente, es una vergüenza”, añadió.
El senador anunció que presentarán una demanda para impugnar el archivo del proyecto y responsabilizó a la oposición de bloquear la participación ciudadana: “Vamos a demandar, porque esto no se puede quedar así. Los colombianos y las colombianas estaban esperando que les dejaran participar. (…) Le quitaron la posibilidad al pueblo colombiano de que tomara sus decisiones”
A pesar del fracaso de la consulta popular, la jornada dejó otro hecho político relevante: la plenaria del Senado aprobó la apelación al hundimiento de la reforma laboral, una decisión que implica que el proyecto, archivado inicialmente por la Comisión Séptima, volverá a discutirse.
Esta medida fue leída por algunos sectores como una jugada estratégica del oficialismo para mantener viva su agenda reformista, a pesar de los reveses legislativos. Lo cierto es que, a medida que se acercan nuevas discusiones claves, como la reforma pensional y de salud, la pregunta sobre la viabilidad del proyecto político del presidente Petro sigue abierta.