Un abogado defensor fue capturado en Cartagena tras ser sorprendido cuando intentaba ingresar marihuana a un recluso durante una visita legal en el Centro de Detención Transitorio (CDT) Bellavista, ubicado en el barrio Bella Vista, también conocido como 20 de Julio.
El hecho, ocurrido el 12 de septiembre, puso al descubierto las estrategias de algunos reclusos que consumen o se dedican a la comercialización ilegal del estupefacientes al interior del penal, en complicidad de sus mismos abogados defensores.
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La detención se produjo durante los procedimientos habituales de registro e inspección que la Policía Nacional realiza a todas las personas que acceden al CDT Bellavista.
El abogado, que acudió al centro para visitar a la persona privada de la libertad a la que representa legalmente, fue interceptado por los uniformados encargados de la seguridad en el momento de su ingreso.
“La Policía Nacional en Cartagena de Indias, en los procedimientos de registro e inspección al Centro de Detención Transitoria de Bellavista, logra la captura de una persona quien pretendía ingresar a realizar una entrevista a un privado de la libertad a quien representaba legalmente“, indicó puntualmente el coronel Carlos Julio Esteban Blanco, subcomandante de Policía de Cartagena.
Durante la inspección, los agentes encontraron en uno de los bolsillos del pantalón del profesional del derecho un vapeador y una bolsa prensada de color negro. Al verificar el contenido de la bolsa, se descubrieron seis cápsulas esféricas que contenían aproximadamente 100 gramos de marihuana.
Tras el hallazgo, tanto el abogado como la droga incautada fueron trasladados a la Fiscalía General de la Nación, donde se iniciaron los trámites para su judicialización. El procedimiento se ajustó a los protocolos establecidos para estos casos, que buscan garantizar la seguridad y el control en los centros de detención.
El CDT Bellavista, donde se registró el hecho, cuenta con medidas de seguridad que incluyen controles de registro e inspección a todas las personas y objetos que ingresan o salen del establecimiento. Estas acciones forman parte de los protocolos habituales para prevenir el ingreso de elementos prohibidos y proteger la integridad de los internos y del personal.
“En lo corrido del año hemos realizado la captura, en estos procedimientos de registro e inspección, de seis personas, como también la incautación de aproximadamente $11 millones en sustancias estupefacientes”, complementó el uniformado.
Por último, el coronel Esteban Blanco hizo un llamado a la ciudadanía a continuar denunciando hechos que alteren la tranquilidad de los cartageneros: “Invitamos a la comunidad a continuar denunciando de manera reservada en un trabajo mancomunado de equipo con la institución para luchar contra las rentas criminales y las organizaciones criminales que atentan contra la convivencia y seguridad ciudadana en la ciudad de Cartagena”.
Las modalidades de los delincuentes para ingresar droga a los centros de reclusión
El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) investiga una nueva modalidad criminal que aprovecha drones para ingresar drogas, celulares y mercancías a distintas cárceles del país, una práctica que, según información divulgada en los últimos tres meses, ha encendido alertas por su posible uso para ataques o fugas en centros penitenciarios clave como La Picota en Bogotá, así como los penales de Cúcuta y Jamundí.
De acuerdo con fuentes consultadas por W Radio, el riesgo no se limita al ingreso de contrabando; existe preocupación por la eventual utilización de estos dispositivos para perpetrar ataques, ya que podrían lanzar explosivos en el interior de los recintos, con el potencial de causar daños a los internos o facilitar intentos de fuga. Así lo advirtieron voces reservadas dentro del Inpec, que resaltaron la urgencia de adoptar respuestas preventivas y tecnológicas.
Un funcionario del Inpec, citado sin revelar su identidad por el medio, informó que se han evaluado diversas estrategias para frenar la amenaza, concluyendo que la adquisición de sistemas antidrones —herramientas tecnológicas con capacidad para inhibir drones de manera remota— representaría la solución más efectiva en términos operativos.