La Fundación Montserrat Caballé, creada en honor a la legendaria soprano para preservar y difundir su legado, ha vivido días de gran tensión tras conocerse la orden de desahucio que pesaba sobre su sede en Barcelona por supuestos impagos. El riesgo de perder este espacio, un enclave simbólico para la lírica nacional, había generado preocupación tanto en el entorno cultural como entre los admiradores de Caballé.
En este contexto, la situación parece encaminarse hacia una resolución satisfactoria. El desahucio ha quedado paralizado y, tras días de incertidumbre, el hermano de la soprano, Carles Caballé, ha querido transmitir un mensaje de calma. «Todo se está arreglando, gracias a Dios», ha asegurado cuando el equipo de Europa Press le ha preguntado por el futuro de la fundación familiar.
Sin embargo, Caballé se ha mostrado visiblemente molesto cuando los periodistas han insistido sobre si la entidad se encuentra al corriente de pago, el argumento principal que desembocó en la amenaza de desalojo. Reacio a entrar en detalles sobre aspectos económicos, ha preferido reafirmar su mensaje de tranquilidad: «Todo se está arreglando, le acabo de decir», zanjando así cualquier duda sobre el proceso y evitando alimentar la controversia.
A la espera de que la fundación pueda consolidar su estabilidad y seguir operando con normalidad, la familia de Caballé apela a la prudencia y el trabajo discreto, confiando en que la memoria de la soprano continúe viva a través de las actividades y proyectos previstos en su emblemático espacio.