Carlos Vives: su hobby favorito, su experiencia con el rock y la sorprendente declaración sobre los argentinos

admin

Cuando empezó a componer sus primeras canciones, Carlos Vives tenía claro que no quería hacer folclore. Comprender eso fue la clave para inventar su propio pop y hacer su rock and roll a partir de sus raíces colombianas, los vallenatos. Hoy, con más de 30 años de carrera, el artista oriundo de Santa Marta es una de las figuras más importantes de la música hispana.

A partir del vallenato tradicional, el creador de hits como “Pa’ Mayte”, “La Bicicleta”, “Déjame entrar”, “La Gota Fría”, “Fruta fresca” y “Robarte un beso” trascendió las fronteras de su país con un pop tropical que llamó “El rock de mi pueblo”, al igual que la gira que desembarcará en Argentina en el mes de octubre.

En diálogo exclusivo con LA NACIÓN desde la ciudad de Bogotá, Carlos Vives adelanta el show que ofrecerá en el Movistar Arena porteño y en el Quality Arena de Córdoba, habla sobre su próximo disco, su infancia en Santa Marta, su vida en Bogotá, sus creencias, sus hobbies, y aquello que más le gusta y más le disgusta de los argentinos.

–¿Cómo es por estos días tu rutina en Bogotá?

–Bueno, aquí en Bogotá, desde muy joven, tengo muchas cosas qué hacer (se ríe). Tengo mi estudio de grabación, tengo una escuela de música para niños y también tengo un teatro, el Cumbia House, donde trabajo con actores y músicos desde hace más de 20 años. Allí recreamos experiencias de nuestra cultura y toda nuestra hispanidad, de toda nuestra cultura latinoamericana. Es un lugar lleno de huellas, de gente que ha pasado. Esa es mi vida normal. Y lo demás, cuando me llevan a cantar a otras partes.

–¿En qué etapa se encuentran de la gira “El rock de mi pueblo vive”?

–Bueno, el tour está terminando, realmente. Iremos a Chile, Uruguay, y en Argentina tocaremos en Buenos Aires y Córdoba, donde hace rato que no íbamos. Digamos que ese concepto del “Rock de mi pueblo” empezó siendo algo muy personal, esto de que nosotros no queríamos ver la música solamente como algo del pasado, folclórico, con un montón de reglas, sino proyectar algo hacia el futuro, con nuestra identidad, con nuestro sonido, con nuestras percusiones. El rock no es único de los ingleses o de los norteamericanos, sino que es de todos, y siempre me da la oportunidad de valorar mucho lo que hay en cada localidad. Esa ha sido siempre mi filosofía, de apostar a la localidad. Entonces cuando vamos a Argentina mezclo vainas del rock argentino, vainas de esos cuartetos, de todo lo que nos conecta. Hay mucho afecto, mucha conexión, entonces sí es especial.

Carlos Vives en el Latin Grammy, el 14 de noviembre de 2024, en Miami

–¿Qué podemos adelantar del show que darás en octubre?

–Además de las canciones, el show tiene algo especial, toda una parte cinematográfica, una película autobiográfica que va corriendo a través del concierto. Son imágenes de mi familia en Súper 8, a medida que mi hijo Pedro crecía, desde los 6 hasta los 12 años; el día que me fui de Santa Marta y de alguna manera muestra por qué yo termino metido en todo esto, haciendo lo que hago.

–Desde el comienzo de tu carrera tuviste claro que no querías hacer folclore, sino hacer tu propio rock & roll a partir de tus raíces colombianas. ¿Tuviste resistencia por parte de sectores más conservadores o puristas de la música folclórica?

–Sí, totalmente, y era lógico. Lo que pasa es que nadie que esté en la industria, nadie que vaya a un estudio de grabación, hoy puede hablar de folclore. Podemos hablar de estampas folclóricas, de proyecciones folclóricas. Todo lo que nos vendieron a nosotros como la música que había que hacer, porque era exitosa en los Estados Unidos o porque la hicieron los ingleses, tiene un origen folclórico, pero cuando llega a la industria ya no la llaman folclore. Al final, todo tiene un origen y también una proyección moderna. Hace 30 años, si yo quería ser moderno, la industria me ponía a cantar baladas. Había que copiar a alguien que tuviera mucho éxito, porque si ibas a hacer música colombiana eso era para viejos, o tenías que ponerte una ruana o una pantufla, un montón de cosas que a mí ya no me cabían, y si no lo hacías así, no era folclore. Entonces decidí hacer mí música, hacer mi pop, hacer mi rock, hacer lo mío. A mí me gusta el blusero que inspiró al inglés allá, pero acá tengo un cumbiero que me va a inspirar igual.

 –¿Qué recuerdos tenés de tu infancia en Santa Marta?

–En mi infancia estaban los boleros, los vallenatos, la ciudad con las playas más lindas que tú te puedas imaginar, la gente. Y como mi papá trabajaba en un equipo de fútbol en Santa Marta, también estaba el fútbol. Eso fue mi infancia. Me acuerdo que todos los juglares pasaban por mi casa, por la casa de mis tíos, y cuando perdí a mi familia, me aferré mucho a ese mundo, y con ellos he hecho mi vida. La manera de no perderlos fue quedarme ahí, dándome cuenta de que ese mundo en el que yo había nacido era increíble. Y aunque ya sentíamos las diferencias sociales, el deporte, la música, la danza, la cultura nos unían, hacían que no se sintieran tanto. Lamentablemente, con el tiempo nos hemos ido perdiendo como sociedad, como comunidad, desconociéndonos todos, no sintiéndonos responsables de nadie. Y mi música habla realmente de cómo debemos unirnos en todo lo que somos.

–¿Cómo es tu dinámica para componer canciones?

–Yo he encontrado dos caminos. Por ejemplo, cuando escribí “Déjame entrar”, era como un poeta enamorado escribiendo un texto sin saber qué iba de música. Son como unas octavillas que si tú las lees, ya empiezas a escucharle la música. Así le pongo música también a los poemas de Rafael Pombo. Si uno lee atentamente, el poeta te está soplando la música. Por otro lado, como nosotros tenemos esa herencia de percusiones, de sonidos y de ritmos, el camino muchas veces empieza por soltar esos ritmos, y a partir de ahí ya se te va ocurriendo la letra. Hay muchos caminos para hacer la música, pero en esa herencia que tenemos de alegrías y de nostalgias a veces ya tienes la idea musical. La misma música te sopla y te va diciendo lo que tienes que decir.

–De todo tu repertorio, ¿cuál es tu canción favorita?

–Tengo varias, que a veces no puedo cantar en los conciertos porque no cabe. Pero elijo “Ella”, una canción que está cumpliendo treinta años: “Ella, ella es como el aire / Necesario para respirar / Pero se te escapa / cuando tu lo abrazas / Ella, ella es como el viento / ella es del mismo material / del que son mis sueños / del que son mis sueños…”. También me encantan las últimas que compuse.

Carlos Vives trabaja en un nuevo disco, que vería la luz este año

–¿Estás por lanzar un nuevo disco?

–Sí, en estos días estoy trabajando en un álbum nuevo que se va llamar El último disco, y estoy muy feliz con mis canciones. No es que sea el último en realidad, sino que es un disco cargado de emociones y de cosas, y juego con todo ese imaginario. Estoy feliz con esa vaina. El disco ya está grabado, ahora estoy terminando de mezclar cosas, y seguramente saldrá este año. Reencontrarme con el sentimiento original de todo esto me hace sentir bien. Además, en Santa Marta, que es la ciudad más antigua de Colombia, estamos celebrando y conmemorando 500 años de historia, que coincide con los treinta años de La Tierra del olvido [Nombre de su séptimo trabajo discográfico]. Es importante para mí como ciudadano entender esas señales, reconciliarnos con todo lo que somos, con nuestra hispanidad, con nuestra americanidad, con nuestra africanidad. Creo que al final mi música me ha ido recordando que es nuestro deber en esta cultura reconciliar todo.

–¿Tenés algún hobby?

–Sí, me gustan los cómics. Tengo muchos cómics, pero mi hobby más maravilloso es hacer puestas. Trabajar con actores y músicos, con la escuela, con los niños; rescatar personajes de nuestro imaginario cultural hispanoamericano, latinoamericano, sudamericano, del Caribe colombiano. Organizar las luces, armar las escenografías, hacer el trabajo en equipo. Desde chico, la creación colectiva fue mi hobby favorito, y lo sigue siendo hasta hoy.

–¿Sos religioso?

–Yo soy de una familia muy católica, y agradezco a la iglesia, también porque fue de mis primeros escenarios. Si bien en algún momento de mi vida pude haberme enfrentado a mis posiciones religiosas, hoy más que nunca, a mis sesenta y tantos años, valoro la ética y la moral que me dio mi iglesia, que me dio mi familia, que me dio mi abuela, especialmente.

–Viniste a Buenos Aires muchas veces. ¿Qué es lo que más te gusta y te disgusta de esta ciudad?

–Lo que más me gusta es que son los mejores, y lo que más me disgusta es que no se lo crean (risas).

–Con más de 30 años de trayectoria, ¿qué balance haces de tu carrera?

–Sólo tengo agradecimiento para con la gente. Empecé a hacer lo que hice para ser feliz, para sentir que era yo, por sentirme conectado a lo que soy. Nunca aspiré a viajar, a que me llenaran un Movistar Arena. Algo hice que me conectó con ustedes, y he tenido esa felicidad. Gracias por todo lo que me han dado.

Carlos Vives. “El rock de mi pueblo vive”. El 15 de octubre, en el Movistar Arena. Entradas en el sitio oficial

Deja un comentario

Next Post

Nuevo récord de precisión cuántica: es más fácil que te caiga un rayo

Físicos de Oxford han establecido un nuevo récord de precisión en el control de un solo bit cuántico, logrando una tasa de un error por cada 6,7 millones de operaciones de lógica cuántica. Este resultado récord representa una mejora de casi un orden de magnitud con respecto al punto de […]
Nuevo récord de precisión cuántica: es más fácil que te caiga un rayo

NOTICIAS RELACIONADAS

error: Content is protected !!