La relación de los carpinchos y el barrio de Nordelta tiene un capítulo más en su historia luego de que horas atrás la Justicia resolviera, tras una medida cautelar presentada por una asociación civil, prohibir que se aplique castración química mediante inyecciones anticonceptivas a los roedores, algo que se había decidido para intentar controlar el crecimiento de esa población. Además, solicitó que se suspendan momentáneamente las obras que se habían iniciado para crear un corredor biológico para esos animales.
Días atrás, el magistrado Guillermo Ottaviano, titular del juzgado en lo Civil y Comercial Nro. 13 de San Isidro, dictó una serie de medidas cautelares que buscan proteger a esta especie.
Se dispuso, según pudo saber LA NACIÓN, que Nordelta S.A. cumpla con “la suspensión inmediata de toda obra o actividad que altere, dañe o destruya humedales y fauna silvestre en la zona hasta tanto se dicte sentencia definitiva o, en su caso, hasta que se acredite la realización y aprobación por la autoridad pertinente de un Estudio de Impacto Ambiental Acumulativo que contemple de manera integral los efectos pasados, presentes y futuros de las urbanizaciones, las fumigaciones que afectan al ambiente y demás intervenciones sobre los humedales y la fauna local”.
Y además de prohibir el plan de esterilización temporal que se había propuesto para intentar controlar la población de los carpinchos dentro de los límites del barrio, el juez vetó la realización de fumigaciones “que atenten contra el ambiente en la zona de humedales del delta del Río Paraná”, de acuerdo al texto de la resolución. Según pudo indagar este diario, las autoridades del exclusivo barrio del norte del conurbano aún no habrían sido notificados de esta última medida judicial.
Las medidas dictadas por el magistrado Ottaviano llegaron luego de que la Asociación Civil “Callejero Casa Quiere”, a través de sus abogadas y “en representación de los carpinchos y demás animales silvestres que residen en el hábitat”, promoviera una acción de amparo contra Nordelta S.A. “con el objeto de que se disponga el cese inmediato de las conductas dañosas que la demandada estaría desplegando sobre un área de 1750 hectáreas de humedales”, reza el texto de la resolución judicial.
En diálogo con LA NACIÓN, la abogada que representa a la entidad que presentó la cautelar, María de las Victorias González Silvano, explicó que Nordelta S.A. tiene unos días por delante para apelar la medida. “Las obras que tienen que suspender son también las que están haciendo dentro de la reserva”, añadió la letrada.
“Dentro de las diversas conductas endilgadas a la demandada, se destaca la fragmentación del ecosistema mediante cercos perimetrales, tablestacados en lagunas y construcciones, colocación de cercos eléctricos, ocupación del camino de sirga y fumigaciones ilegítimas. Explica que todo ello genera una alteración irreversible del humedal, impide el libre tránsito y acceso al agua de la fauna, y causa la muerte de ejemplares de carpinchos”, suma la resolución con fecha del 29 de septiembre.
Según otra organización denominada “La voz de los carpinchos”, unos 46 animales murieron en los últimos meses a causa de desmontes y atropellos en los alrededores del barrio. Ese roedor es una especie protegida tanto por el Decreto Ley 10081/83 de la Provincia de Buenos Aires como por la Ley nacional de flora y fauna, lo que refuerza el marco legal de la decisión judicial.
Medidas
La presencia de carpinchos en las calles de Nordelta llevó a su asociación vecinal a impulsar medidas frente a la inquietud que generaba el crecimiento de su población en ese exclusivo barrio del norte bonaerense. Entre otras medidas, se avanzaba con la construcción de un corredor biológico con rampas y refugios para que los animales pudieran alimentarse y resguardarse.
“Esta propuesta la presentamos al gobierno de la provincia de Buenos Aires como parte de nuestro plan de acción para la conservación de carpinchos”, explicaron desde la administración de Nordelta. El corredor abarcaría 50 hectáreas a lo largo de los cinco kilómetros del arroyo Las Tunas.
Respecto de la castración de los roedores, y con el aval del Gobierno bonaerense al Plan de Manejo de Flora y Fauna, se había autorizado tiempo atrás la aplicación de un anticonceptivo temporal. “Es una vacuna que los esteriliza solo por un año”, detallaron desde la administración provincial. El método fue evaluado junto al INTI, el Conicet y otras instituciones científicas. Se trata de GonaCon, una droga utilizada en animales de granja y caballos para controlar la reproducción.