Williams Jonathan Quispe Quenta, un joven de 19 años de nacionalidad boliviana, murió a mediados de julio último en su departamento de Ciudadela, víctima de un equipo de viudas negras que había conocido en la disco Equinoxio de Liniers, frecuentada por miembros de la comunidad de su país. La autopsia a su cuerpo reveló que la causa de muerte fue un edema agudo de pulmón y una congestión visceral generalizada. El estudio toxicológico detectó clonazepam en su cadáver.
Así, la DDI de San Martín de la Policía Bonaerense comenzó a seguir el rastro de las sospechosas, con un detallado análisis de cámaras de seguridad y la toma de testimonios. La primera sospechosa del caso fue capturada el 19 de julio, cinco días después de la realización de la autopsia, indicaron fuentes el caso a Infobae.
En las últimas horas, casi un mes después, los mismos detectives capturaron en territorio porteño a la segunda acusada, con la colaboración de la División Homicidios de la PFA, que depende de la nueva DFI. Fue identificada como Eugenia Mendoza, de 20 años; se escondía en una casa de la calle Carlos Berg, en la zona del Bajo Flores, a pocas cuadras del estadio de San Lorenzo. En la requisa al domicilio, los detectives encontraron tusi y pastillas de clonazepam.
Su indagatoria, a cargo de la fiscal Silvana Giordano, se espera en las próximas horas.
Otros dos jóvenes acompañaban a Williams aquella noche. Según los primeros testimonios incorporados a la causa, los jóvenes aparentaban estar “muy borrachos”. Tras llegar a la casa en un taxi, compartieron bebidas alcohólicas hasta que se quedaron dormidos. Había fernet en el lugar, así como vino y cerveza. Al despertar, los dos amigos encontraron a Quispe ya muerto. Notaron además que les faltaban sus celulares y un televisor. Las mujeres con las que habían dejado la disco Equinoxio ya no estaban.
Aterrados, pidieron auxilio.
Una ambulancia del SAME constató el fallecimiento del joven en el lugar. No se detectaron signos de violencia física en el cuerpo ni en la escena. La fiscal Giordano, a cargo de la UFI N°1 de San Martín, ordenó el traslado del cuerpo a la morgue judicial y dispuso medidas para dar con las sospechosas, entre ellas el análisis de cámaras de seguridad del boliche y del barrio donde ocurrió el hecho.
Así, los investigadores llegaron al primer video en el expediente, que ilustra esta nota. En las imágenes, se ve al grupo llegar al lugar. Allí, no pudieron verse las caras de las acusadas. Sin embargo, fueron el primer paso para encontrarlas.
La imputación en su contra es la de homicidio criminis causa, matar para ocultar.