SANTIAGO.- La comunista Jeannette Jara y el candidato de derecha, José Antonio Kast, se vieron las caras este jueves por primera vez desde las elecciones generales de Chile en las que ninguno alcanzó la cantidad de votos necesaria para asegurarse la victoria en la primera vuelta.
Jara, que encabeza una alianza de toda la izquierda chilena, cosechó un 26,85% en los comicios, mientras Kast, fundador del Partido Republicano y quien se postula por tercera vez a la presidencia, logró el 23,92% de apoyo.
Ambos dirigentes volverán a medirse en las urnas el próximo 14 de diciembre, en el decisivo balotaje donde quien obtenga la mayor cantidad de votos válidos será elegido mandatario para los próximos cuatro años.
Los primeros sondeos publicados tras la primera ronda apuntan a una victoria de Kast. Según una encuesta del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales, divulgada el miércoles, Kast se impondría con un 57% frente al 43% de Jara.
Un estudio de la consultora de opinión pública Cadem pronosticó resultados similares, con un 58% de los sondeados que indicaron su preferencia por Kast, frente al 42% que lo hizo por Jara.
En su primer cara a cara previo al balotaje, Jara y Kast protagonizaron un tenso encuentro en un foro convocado por seis organizaciones que fue transmitido por la Radio Cooperativa y que estuvo centrado en el rol del Estado, la migración y las estrategias para mitigar la pobreza.
Los dos candidatos compartieron sus propuestas para combatir la pobreza y mostraron afinidades en algunas iniciativas, como la implementación de desalinizadoras -plantas industriales que convierten el agua salada del mar o agua salobre en agua potable- para combatir la pobreza.
“Hoy día estamos en varias comunidades con camiones aljibe, y eso realmente tiene que irse terminando, o sea, es una realidad que para quien vive en una ciudad parece invisible, pero la verdad hay mucha gente que consume todavía agua potable a través de camiones aljibe», dijo Jara. “La pobreza en el país se ha ido superando en el tiempo, pero tenemos desafíos todavía muy persistentes y que en la ruralidad se expresan con mayor razón”, añadió.
Crimen organizado y migración
También coincidieron en que es necesario mejorar las herramientas para combatir el crimen organizado y regular el flujo migratorio, aunque propusieron hojas de ruta completamente distintas.
El derechista Kast defendió sus propuestas de cierre de fronteras, presencia efectiva policial y control de cárceles, afirmando que “cada vez que alguien insulta o agrede a un carabinero, insulta al Estado”. La candidata del oficialismo defendió “ordenar la casa” empadronando a los migrantes indocumentados. “No podemos poner una puerta giratoria en la frontera”, dijo Jara.
Según los datos oficiales más recientes, los extranjeros alcanzaron el 8,8% de la población en Chile en 2024. Se calcula además que unos 330.000 migrantes están en situación irregular.
En ese sentido, Kast reiteró que a los que estén indocumentados “les quedan 104 días” para abandonar el país de forma voluntaria. En caso contrario, serán expulsados una vez que asuma el eventual gobierno. “Si se va a hoy día puede llevarse todas sus cosas”, dijo.

Jara cuestionó las “propuestas populistas” que “no son factibles” de su oponente e hizo un llamamiento para frenar la xenofobia en el país -donde muchos vinculan el aumento en la delincuencia con la llegada masiva de inmigrantes-. “Creo que para la convivencia no hay que levantar el odio y la discriminación”, expresó.
En materia económica, ambos candidatos coincidieron en la necesidad de fortalecer las pequeñas y medianas empresas y flexibilizar la estructura estatal, cuyos mecanismos actuales dificultan la formalización de nuevos negocios.
Jara defendió la simplificación tributaria y un sistema bancario que facilite el acceso a servicios financieros para pequeños y medianos empresarios, en tanto Kast propuso un «Estado facilitador» a través de la eliminación de la burocracia y el fortalecimiento de instrumentos para prevenir la corrupción.
Kast aludió a un caso que involucró a algunas fundaciones civiles y reparticiones del Estado. Dijo que “el tema del abuso de la confianza de las personas, eso golpeó profundamente a estas organizaciones de la sociedad civil que suplen gran parte de la labor que hace el Estado. El Estado no podría hacer toda la función social si no estuvieran las organizaciones de la sociedad civil. Y aquí también, así como hay abusos del Estado fuerte, falta transparencia». Y dijo que para que los órganos del Estado funcionen, “se necesita un buen liderazgo”.
Agencia AP y El Mercurio/GDA
