Pekín, 27 may (EFE).- Un tribunal de la provincia insular meridional de Hainan condenó este martes a pena de muerte en suspenso a Peng Guofu, exvicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Provincial de Hunan (centro de China), por el delito de soborno.
La pena se suspende por un plazo de dos años, durante los cuales, si Peng no comete nuevos delitos y muestra buen comportamiento, la sentencia será conmutada a cadena perpetua.
La sentencia fue dictada por el Tribunal Popular Intermedio número uno de Hainan, que también ordenó la confiscación de todos los bienes personales del acusado y la privación de sus derechos políticos de por vida.
Peng fue hallado culpable de haber aceptado, de forma directa o a través de intermediarios, más de 134 millones de yuanes (18,6 millones de dólares, 16,4 millones de euros) en sobornos entre 2004 y 2023, informó la cadena estatal CCTV.
Durante ese período, ocupó altos cargos como secretario del Partido en la Universidad de Xiangtan, secretario del Comité Municipal del Partido en Huaihua, vicepresidente del Comité Provincial de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh) en Hunan y finalmente vicepresidente del Legislativo provincial.
Según la sentencia, Peng aprovechó esas posiciones para favorecer a empresas y particulares en adjudicación de proyectos, operaciones empresariales y ascensos profesionales.
El tribunal consideró que los sobornos aceptados por Peng alcanzaron una “cantidad especialmente elevada”, con “circunstancias extremadamente graves” y un impacto social “particularmente negativo”, lo que provocó “enormes pérdidas” al Estado y al pueblo.
No obstante, la corte tuvo en cuenta factores atenuantes como la existencia de delitos en grado de tentativa, la confesión de hechos no conocidos por las autoridades, el arrepentimiento mostrado y la devolución de la mayor parte de los bienes ilícitos.
Peng es uno de los funcionarios de mayor rango condenado dentro de la extensa campaña anticorrupción que el presidente chino, Xi Jinping, impulsa desde su llegada al poder en 2012.
Desde entonces, el actual secretario general del Partido Comunista de China (PCCh, gobernante) comenzó una campaña anticorrupción en la que numerosos altos cargos chinos han sido condenados por aceptar sobornos millonarios.
Si bien esta iniciativa, uno de los programas estrella de Xi, ha destapado importantes casos de corrupción en el seno del PCCh, algunos críticos han apuntado a que también podría estar siendo utilizada para acabar con la carrera política de algunos de sus críticos. EFE
