La Ciudad sigue avanzando en el proyecto para construir la nueva línea F de subtes, un plan que fue relanzado en febrero de este año por el jefe de gobierno, Jorge Macri, luego de años de anuncios incumplidos de otras gestiones. Es una idea ambiciosa que representaría la primera obra del estilo en casi 20 años, para unir los barrios de Barracas y Palermo. Luego de abrir un llamado a manifestación de ideas en mayo, que fue el primer paso concreto para desarrollar la traza, ahora confirmaron las empresas que expresaron interés durante esta etapa.
En total, son 22 compañías, nacionales e internacionales, que participarán próximamente en un data room a través del cual podrán acceder a información técnica: estudios, análisis e investigaciones para la concreción de las obras.
Son firmas europeas, asiáticas y argentinas, entre las que se encuentra la japonesa Hitachi, más conocida por sus productos tecnológicos, aunque también se abocan al sector energético y a la infraestructura. De Europa se anotaron Alstom (Francia), Ghella (Italia), Acciona (España), Siemens Mobility (Alemania); Mota Engil junto con Chediak, una alianza de la portuguesa con la empresa de construcción nacional; Webuild (Italia), CMC di Ravenna (Italia) y Systra (Francia).
De Asia, además de Hitachi, manifestaron su interés Powerchina, CMEC, CREC, CCECC y CRRC Changchun, todas de China. Esta última ya fue la adjudicataria de la licitación para renovar la flota de la línea B de subtes –se comprarán de 174 coches– por “cumplir con los requisitos técnicos” y resultar “económicamente más favorable que las otras ofertas”.
El data room, que es el próximo paso, y algo “muy habitual en licitaciones grandes, va a estar en breve”, según especificaron fuentes del Ministerio de Movilidad Urbana (ex-Infraestructura) porteño, a cargo de Pablo Bereciartua. A esto le seguirá la licitación de las obras civiles propiamente dichas, antes de fin de año, afirmaron. La presentación de las mencionadas empresas para acceder a la documentación y conocer mejor el proyecto no significa, necesariamente, que alguna de ellas realice los trabajos.
“No significa que va a salir de alguna de estas, ni que si no te anotaste no vas a poder presentarte a la licitación”, detallaron. Básicamente, cuanta más información tengan sobre la traza y los planes, más “cercana a la realidad” podrá ser la propuesta que hagan; por ejemplo, en cuanto al presupuesto o las tecnologías a utilizar. Que haya una veintena de anotados deja en evidencia que hay un alto interés por el proyecto en el mercado, tanto local como extranjero.
Por otro lado, todavía falta saber si esa licitación se hará en un llamado o en dos, ya que deberá contemplar tanto la obra civil como la compra de los vagones. También hay estudios técnicos todavía en curso que está desarrollando la cartera porteña, y varios que ya fueron realizados hace algunos años por Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), la empresa de la Ciudad que tiene a su cargo la administración de la red de subtes. Por caso, durante la gestión de Horacio Rodríguez Larreta, quien también intentó poner en acción el plan de la línea F, Sbase hizo distintos análisis para establecer el trazado prioritario y el presupuesto. Aunque se había abierto también la licitación para los estudios de ingeniería, en 2022 fue dada de baja y el proyecto quedó cerrado.
Ahora, tras el data room y el llamado a licitación para fin de año, el gobierno porteño espera que los trabajos comiencen de forma efectiva en 2026, “idealmente, entre abril y mayo”. Se estiman cinco años para terminar las obras, por lo que la inauguración podría estimarse para 2031.
Como se contó, la nueva línea F conectaría los barrios de Barracas y Palermo, pasando por Constitución, San Cristóbal, Monserrat, Balvanera, San Nicolás y Recoleta. Con 12 estaciones, también se uniría a las demás líneas (A, B, C, D y H) y al tren Roca. A partir de esto, calculan que se incorporarán cerca de 307.000 pasajeros diarios a este medio de transporte urbano.
Las obras se harán en dos etapas. Primero se centrarán en seis estaciones: Brandsen, Constitución, Cochabamba, Chile, Congreso y Tucumán.
El monto total para las obras es de US$1850 millones, de los cuales US$1050 serán para esta primera fase. Pero todavía no hay certezas sobre el financiamiento: las mismas fuentes del ministerio explicaron que primero va a tener que pasar por la Legislatura porteña, donde deberá ser aprobado.
Destacaron, a la vez, que en el llamado a manifestación de ideas que concretaron en mayo también se podían presentar opciones para la financiación. Muchas de las empresas, ejemplificaron, pueden estar asociadas a bancos que proveen préstamos, en cuyo caso funcionarían mejor de presentarse a la licitación bajo esos términos. De todas formas, agregaron que ya estaba contemplado que la Ciudad posee los fondos suficientes para iniciar las obras de esta nueva traza.
En los próximos meses, además, se trabajará sobre el proyecto de arquitectura e ingeniería, que fue adjudicado a finales de julio. La empresa seleccionada por la cartera porteña es una unión transitoria conformada por UPU y Asociados SA, Iatsa y ATEC SA, que realizó una oferta por un presupuesto menor al oficial: mientras que este se ubicaba en los $3400 millones, la UTE ganadora propuso de $2200 millones.