Rodeado de cariño, ovacionado por el público y totalmente emocionado: así vivió Claudio García Satur su reencuentro con el público anoche en el Multiteatro, donde se subió al escenario para repasar su vida y su carrera con El Rolo y yo, una función especial que realizó sobre las tablas.
A los 87 años, el hombre que enamoró a las argentinas en la piel de Rolando Rivas, taxista, celebró su historia y su vínculo con el personaje que marcó generaciones. En un emotivo unipersonal en el que también charló con los espectadores, repasó su infancia en Boedo y fundamentalmente contó su encuentro con Alberto Migré, el autor que lo descubrió y que hizo famosa su figura en cada rincón del país.
Sobre aquel mítico encuentro, recordó que Migré lo descubrió en un patio de Canal 9 mientras él trabajaba en una de sus primeras novelas. “Usted va a hacer un protagónico”, le dijo. Años después, cuando lo convocó para Rolando Rivas, le aseguró: “A usted lo va a amar el país”. Ante la atenta escucha del auditorio, también le dedicó unos minutos a hablar de amor, sobre todo de los apasionados besos que se daban con Soledad Silveyra en las escenas, besos que, reveló, siempre eran más apasionados y largos de lo que marcaba el guion.
La emoción de García Satur
El interés del público por la vida y la carrera de García Satur sorprendió tanto al actor como a los organizadores de la función. El Rolo y yo, pensada como una única presentación para que el público pudiera vez una vez más al querido artista, iba a ser realizada en un principio en la sala más pequeña del complejo teatral de Carlos Rottemberg, pero la expectativa que generó la obra y la rápida venta de entradas -que se agotaron en muy poco tiempo- obligaron a los productores a pasar el espectáculo a la sala más grande del Multiteatro.
La sala se llenó enseguida. Además de sus seguidores, muchos colegas de Satur dijeron presente: Mauricio Dayub, Patricia Etchegoyen, Luisa Kuliok, Soledad Silveyra y Nora Cárpena sorprendieron al actor y lo saludaron, tras bambalinas. Los artistas, muchos de ellos compañeros de elenco de García Satur en algún proyecto del pasado, se emocionaron a la par del gran protagonista de la noche.
Siempre galán, de traje oscuro y camisa blanca, García Satur cerró la velada tan emocionado como agradecido. Apenas terminó la función, y con la canción de Rolando Rivas de fondo -“Yo te quiero, nos queremos”, con la voz de Juan Marcelo-, el legendario actor reapareció en escena acompañado por Soledad Silveyra y Nora Cárpena, quienes lo abrazaron, lo contuvieron y lo festejaron junto al público, que no paraba de aplaudir de pie. Para ese momento, el llanto del artista ya era incontenible.
El cariño del público trascendió el encuentro dentro de la sala: antes y después de la función, más de un centenar de personas esperó al actor para intentar lograr una foto o un autógrafo. Para lograr la misión, algunos llevaron el programa de la obra mientras que otros aparecieron con los libros, los discos o algún recuerdo del artista o de la famosa telenovela que protagonizó en la década del 70. Hubo un hombre que, incluso, se presentó con el primer capítulo de Rolando Rivas, taxista.
Las palabras de Rottemberg
“Lo vivido anoche en una única presentación de Claudio García Satur, en el reencuentro con el público -luego de más de una década sin subirse a un escenario- fue uno de los momentos más emocionantes en mis cincuenta años en la profesión.
Nuevamente el vivo del teatro pudo… pic.twitter.com/SUKn76Lqp5— Multiteatro (@multiteatro) April 9, 2025
Unas horas después del final de la obra, el productor teatral se volcó a sus redes sociales para compartir un pequeño fragmento de la velada y rememorar lo que se vivió durante el reencuentro de Satur y su público. “Lo vivido anoche en una única presentación de Claudio García Satur, en el reencuentro con el público -luego de más de una década sin subirse a un escenario- fue uno de los momentos más emocionantes en mis cincuenta años en la profesión”, confesó.
Y agregó: “Nuevamente, el vivo del teatro pudo amalgamar artistas con audiencia, produciéndose la magia que solo logra lo artesanal, el ´hecho a mano´ del teatro”.