La obra, o como se llame, se titula Cmmn sns prjct. Por lo pronto, hay que reconocer que su nombre desafía al sentido común de llamar a una propuesta escénica de manera entendible, como si se siguiera la lógica de lo publicitario. Del paisaje alpino, cuando fue su estreno mundial, ahora esta performance llega a pleno microcentro porteño, más concretamente a ArtHaus, en el marco de la variada oferta de Paraíso Club para este año. En la página de esta notable iniciativa gestada por importantes artistas del circuito alternativo se aportan datos sobre esta experiencia escénica de nombre extraño, que inicia su actual temporada el viernes 25 de abril.
El artista visual Rodrigo Moraes afirma: “Es una obra de teatro del futuro. Casi no es teatro, es mejor. Todas las veces que la ves, te llevás un regalo”. La bailarina y coreógrafa Luciana Acuña repara en el inicio de esta experiencia: “Tiene el mejor comienzo de todas las obras que vi”. Al actor y director Iair Said le pareció distinto a todo lo presenciado. “Es como algo extranjero”, apuntó. Para la bailarina Flor Vecino, es “como caminar en la cornisa”.
Pero la obra del futuro, como afirma uno de ellos, tiene su pasado. Se estrenó en 2011, en Suiza, en donde estaba viviendo la creadora Laura Kalauz. En su Buenos Aires natal había estudiado Danza y Ciencias de la Comunicación hasta que partió a los Países Bajos, en donde siguió estudiando (se graduó como creadora de la danza en una importante academia) antes de radicarse por un década en el país de los relojes de alta gama. Junto con el performer y director Martin Schick habían ganado un premio por una performance sobre el malentendido como una forma posible de la comunicación. El reconocimiento implicó un presupuesto para encarar un nuevo trabajo.
Antes de un iniciar un ensayo, Kalauz, quien desde 2014 vive en Buenos Aires, aclara aquel malentendido. “Era un montón de plata para hacer algo que no sabíamos de qué se trataba; era como el absurdo de la abundancia”, apunta a LA NACION. La lógica del absurdo de todo aquello se terminó trasladando a escena. Como la obra futura ya estaba programada para un festival, desde la organización les pedían detalles de la escenografía a trasladar cuando ninguno de los dos tenía idea de esas cuestiones. Así fue que armaron una estrategia que terminó siendo parte del lenguaje artístico. “Mejor que transportar escenografía y vestuario, es no tenerlo cuando finaliza la obra”, señala la creadora en una hoja de ruta que escribió para los socios de Paraíso Club.
“Todas esas reflexiones se trasladan a escena. La propuesta no predica algo que no haga. Además, se declara mercancía. Pero no como cualquier otra, porque lo que está en disputa en todo esto es el sentido”, afirma la talentosa creadora.
Coherente con esa prédica, ya en esa primera escena los dos performers se presentan en ropa interior mientras acomodan una amplia variedad de objetos enumerados como si fueran parte de una feria, de una kermés. De fondo suena la versión instrumental de As Time Goes By, la famosa canción de la película Casablanca, que dice que un beso es solo un beso y “que las cosas fundamentales se aplican a medida que pasa el tiempo“. Cuando el público ya está ubicado en sus butacas, les solicitan si alguno de ellos tiene una pollera, un pantalón, unas zapatillas número 42, una remerita o un algo para ponerse en una (¿sutil?) manera de romper la famosa cuarta pared.
Temporada previa
Cmmn sns prjct ya hizo una temporada en el Centro Cultural Matienzo hace 15 años. Era, decididamente, otro país, otro mundo. En una de las funciones, quien escribe esto estuvo allí, un espectador decidió quedarse en ropa interior y le dio su pantalón al performer (que en ese momento era Ignacio Sanchez Mestre). Otras espectadoras le dieron a ella un saco, una blusa y un chal. Creer o reventar, eso pasa siempre. Nada de este intercambio está arreglado de antemano. Sucede. A todo esta maquinaria escénica se va llegando a un acuerdo, o no, a medida que avanza la acción. Al finalizar la obra, o como se llame, se le pregunta a aquellos que cedieron sus pilchas qué destino quieren para esas ropas. Puede ser una compra, alquiler, una donación, o….; lo que sea. En Suiza, radicalizando la cosa, Laura Kalauz recuerda que un espectador decidió volver a su casa en calzoncillos. También le viene a la mente unas funciones en China en las que notó que eso de compartir o prestar ropa sucede, pero con ciertos reparos.
“La realidad supera la ficción”. Ella escuchó desde chiquita esa frase para relatar algún hecho de la coyuntura nacional. Para todo aquel que sea parte de Cmmn sns prjct, en varios momentos de esta aguda reflexión sobre los acuerdos sociales, el intercambio o cómo se estipula el precio de algo se topará con esa sensación de que lo real supera a la ficción teatral.
Sin ánimo de entrar en detalles, el destino del dinero recaudado por la venta de entradas lo definen los mismos espectadores que, por momentos, terminan siendo coproductores de esa mercancía Cmmn sns prjct. Una vez, en un teatro de Viena, el dinero quedó tirado en el piso porque no hubo acuerdo. “Y estuvo bien. No hay mejor o peor final. Cada uno tiene su belleza. Y aún si el público no participa la obra funcional igual”, la cocreadora de este proyecto.
Desde otra perspectiva, este montaje incluye su propio desmontaje, disecciona su propio cuerpo. En ese sentido, Laura Kalauz encuentra cierta coherencia en la programación de Paraíso Club que abrió su temporada internacional con El desmontaje, un inquietante y lúcido espectáculo de la uruguaya Jimena Márquez que iba develando sus distintas capas de ficción y realidad a medida que avanzaba esa conferencia performática que no era tal. Desde un punto de vista ligado a lo económico, Cmmn sns prjct tiende lazos con Por el dinero, propuesta de Luciana Acuña y Alejo Moguillansky, así como con Precarizada, de Josefina Gorostiza.
Ignacio Sánchez Mestre, el actor, director, dramaturgo y pieza fundamental de Paraíso Club, ya fue parte de Cmmn sns prjct las veces que el artista suizo no estuvo en Buenos Aires. Volverá a serlo en las funciones de mayo. En un escrito subido a la redes reflexiona sobre la frase “hay consecuencias que se nos escapan”, que Laura pronuncia al final de esta obra de teatro que no es tal. “En ella, quizá, se encuentre el núcleo vital de esta obra. Porque en esas grietas, en esos desajustes de los intercambios, es donde aparece lo irrepetible», sostiene.
Al finalizar este proyecto, que se presenta en un contexto social y político muy distintos a cuando hizo funciones hace 15 años, quizás un espectador vuelva a su casa con un regalito o en ropa interior; todo es posible. El sentido común no tiene por qué se tan común.
Un desafío
Decididamente, la trayectoria de Laura Kalauz corre muy por fuera de los parámetros más tradicionales de la misma escena alternativa. Hace 10 años, junto con Sofía Medici montaron Nostalgia de una ciencia ficción futura, una instalación performática basada en investigaciones y testimonios de antropólogos, científicos de fama, políticos de la época y religiosos sobre la historia de los onas, o selk’man, los habitantes originales de Tierra del Fuego. Sucedían situaciones insólitas. Por ejemplo, se exponía el testimonio de Fitz Roy cuando les preguntó a los fueguinos sobre el nombre de cierta bahía. Uno de ellos, le respondió «tekenika». La bahía actualmente lleva ese nombre (y también un minimercado, un hostal y sigue el listado). Además, esa misma microescena se completaba con el testimonio escrito de otro investigador de fama que sostenía que “tekenika” significaba “no tengo ni idea”.
En paralelo a Cmmn sns prjct, Kalauz es la creadora -junto con Mariana Eva Pérez- de Antivisita, formas de entrar y salir de la ESMA, una visita guiada al actual Museo Sitio de Memoria ESMA, pero que nunca sucede en ese lugar sino en una mezcla entre la representación escénica y el relato histórico. Ya lo hicieron en el Centro Cultural Paco Urondo, en el Archivo General de la Nación, en una de las sedes de ATE. Y junto con Cecilia Blanco, Marina Quesada y Elina Rodríguez forma parte del colectivo Jardines subterráneos, en los que conjugan arte, ambiente y política.
Pero, desde este viernes y durante mayo, sus sentidos están puestos en Cmmn sns prjct, una performance tan lúcida como lúdica.
Para agendar
Cmmn sns prjct, de Laura Kalaz y Martín Schick. Funciones: del 25 al 30 de abril, a las 20; y los sábados 3, 10, 24 y 31 de mayo, también a las 20. Lugar: ArtHaus Central, Bartolomé Mitre 434.