El Gobierno colombiano anunció la activación de la cláusula de escape para suspender temporalmente la regla fiscal, una decisión que reconfigura el panorama macroeconómico del país y marca un punto de inflexión en la política fiscal. La noticia fue confirmada por el ministro de Hacienda, Germán Ávila, durante la presentación del Marco Fiscal de Mediano Plazo (Mfmp), documento que establece las proyecciones económicas y fiscales de Colombia para los próximos años.
Según el ministro, la decisión responde a la necesidad de proteger la estabilidad económica y evitar un freno en el crecimiento proyectado. No adoptar esta medida habría puesto en riesgo tanto la estabilidad como el crecimiento económico que se proyecta para el desarrollo del país, explicó Ávila. En otras palabras, la activación de esta herramienta legal, prevista en la Ley de la Regla Fiscal para contextos extraordinarios, busca otorgar al Ejecutivo un mayor margen de maniobra ante un entorno económico desafiante.
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En el Mfmp, el Gobierno estimó un crecimiento del PIB del 2,7% para 2025, con una inflación proyectada del 4,5%, una tasa de cambio promedio de $4.625 y un precio del barril de petróleo Brent en USD67,2. Estas cifras, relativamente conservadoras, muestran una economía que aún enfrenta presiones internas y externas, especialmente en sectores clave como la industria y la energía, los cuales mostraron señales de desaceleración, como lo reflejan los más recientes datos del Dane.
La suspensión de la regla fiscal implica que el Gobierno podrá aumentar su margen de gasto, lo que podría traducirse en mayor inversión pública en infraestructura, programas sociales y reactivación sectorial. No obstante, también abre un debate sobre el manejo responsable de las finanzas públicas, la sostenibilidad de la deuda y la credibilidad ante los mercados internacionales.
Aunque la cláusula de escape es una herramienta legal y prevista en el diseño fiscal colombiano, su uso no es trivial. Desde distintos sectores se espera una respuesta técnica detallada sobre el alcance de la medida, sus límites temporales y los mecanismos de retorno a la senda fiscal establecida. Además, analistas advierten que, si bien es una salida legítima en tiempos de presión económica, su aplicación sin un plan riguroso de ajuste posterior podría comprometer la estabilidad macro en el mediano plazo.
La importancia del Marco Fiscal
Con la decisión ya tomada de suspender la regla fiscal mediante la cláusula de escape, el Gobierno presentó el Marco Fiscal de Mediano Plazo, un documento clave que definirá no solo el rumbo del gasto público en el corto plazo, sino las proyecciones fiscales y económicas para la próxima década. Esta herramienta es exigida por ley y debe presentarse cada año antes del 15 de junio ante el Congreso, según lo establece la Ley 819 de 2003.
A diferencia de otras entregas, esta edición llega en un contexto excepcional. El lunes 9 de junio, el Consejo Superior de Política Fiscal (Confis) avaló la suspensión temporal de la regla fiscal, una medida que no se activaba desde 2021 durante la pandemia. Esto permite al Ejecutivo sobrepasar el límite del déficit fiscal durante un máximo de tres años, siempre que justifique la necesidad y proponga un plan de retorno a la senda de sostenibilidad.
El Mfmp no solo establece metas en materia de deuda y déficit, sino que ofrece un panorama detallado del comportamiento de la economía nacional, incluyendo indicadores como el PIB, los precios del petróleo, la tasa de cambio, el recaudo y los gastos del Estado. A través de este documento, se busca proyectar un plan financiero coherente entre 2026 y 2036, que garantice estabilidad macroeconómica sin desconocer los desafíos estructurales actuales, como el elevado déficit fiscal.
Asimismo, se incluirá un análisis del gasto tributario y del impacto de las leyes aprobadas el año anterior, así como las estrategias para mejorar el recaudo. El Mfmp no es solo un ejercicio técnico, es una radiografía del país que permite identificar riesgos fiscales y anticipar medidas para asegurar el equilibrio entre ingresos permanentes y gasto público. Esta edición será especialmente observada por su coherencia con la decisión de flexibilizar el marco fiscal, y por el plan que trace para recuperar el orden en las finanzas públicas en un momento de presión sobre el gasto y la deuda.